–Así que Ladybug y Chat Noir, ¿eh? –preguntó Alya señalando a Marinette y a Adrien respectivamente. Ya habían superado la sorpresa inicial, y ahora Nino y Alya se dedicaban a comer galletas de la panadería mientras interrogaban a sus amigos, los cuales se mostraban bastante incómodos.
–Pues...Sí –respondió el rubio rascándose la nuca nervioso.
–No podéis decírselo a nadie –suplicó Marinette– y menos aún publicarlo en internet –esto último lo dijo mirando a su mejor amiga.
La morena se llevó una mano al pecho ofendida, para luego coger la última galleta en el plato y partirla por la mitad para compartirla con Nino, ya que eran los únicos que estaban comiendo.
–Sabes que yo no haría eso, entiendo perfectamente que tu identidad debe ser secreta y todo eso, no pensaba publicarlo en el Ladyblog –Marinette suspiró aliviada, mostrándose más relajada y le dirigió una mirada agradecida.
–Por mi parte tampoco tenéis que preocuparos –habló Nino al acabarse la galleta– vuestro secreto está a salvo con nosotros.
–Gracias chicos, en serio –Adrien también suspiró aliviado cambiando su postura tensa por una más relajada.
De repente le llegó un mensaje a Alya a su móvil. Extrañada lo abrió sorprendiéndose de que fuese de Marinette.
"Di que tienes que ir al baño" decía.
Miró disimuladamente a su amiga, quien se llevó el dedo índice a los labios pidiéndole silencio.
–Si me disculpáis, necesito ir al baño –dijo Alya siguiendo las instrucciones de su amiga, supuso que tenía que contarle algo importante.
–¡Te acompaño! –exclamó Marinette enseguida poniéndose de pie. Ambas chicas salieron de la cocina y se dirigieron al servicio, pero se quedaron paradas en frente de la puerta de este, en mitad del pasillo. Marinette se asomó a la zona de la cocina, comprobando que estuviese lo suficientemente lejos antes de hablar.
–Necesito consejo Alya –pidió esta, con desesperación plasmada en sus ojos.
–Cuéntame chica, ¿qué ocurre?
–Pues verás... –Marinette empezó a juguetear con sus dedos nerviosa– resulta que ayer Chat Noir y yo descubrimos nuestras identidades –ahora el rostro de Marinette había pasado a un tono escarlata– tras la batalla, yo purifiqué al akuma pero él me impidió soltarlo, me dijo que había tenido una idea. Dijo que podríamos usar el akuma purificado para seguirlo hasta la guarida de nuestro enemigo, pero yo me estaba quedando sin tiempo de transformación igual que él –la pelinegra tomó aire antes de continuar– nos escondimos en un lugar seguro para destransformarnos, acordando quedarnos de espaldas el uno del otro, pero repentinamente el kwami de Adrien se escapó chillando algo sobre queso y no tuvimos más remedio que seguirlo desvelando así quienes éramos.
–¿Y cuál es el problema? –preguntó la morena un tanto confundida.
–El problema es que no esperaba que Adrien fuese Chat Noir, a mí me gusta Adrien pero últimamente me he encontrado a mí misma mirando más de la cuenta a Chat y pensaba darle una oportunidad y ahora lo noto todo muy líado y no sé que hacer.
Marinette bajó la cabeza derrotada, mientras Alya suspiraba desesperada por la indecisión de su amiga cuando lo que tenía que hacer era bastante claro.
–Escúchame Marinette, ¿te gusta Adrien? –su amiga asintió– ¿Y Chat Noir? –Marinette volvió a asentir– ¿entonces cuál es el problema?
–Es que son muy diferentes y no sé qu-
Marinette fue interrumpida por un coscorrón que le propinó la morena. Sorprendida, la pelinegra se llevó la mano a la cabeza adolorida.
–¿A qué ha venido eso? –preguntó indignada Marinette.
–Para ver si te entra así algo de razón –respondió Alya muy seria– Marinette, no son dos personas distintas, son la misma comportándose de distinta forma y a ti te gusta como es él en general, sea coqueto o correcto, así que ve ahí dentro ahora mismo y bésalo hasta quedarte sin aire.
Marinette abrió tanto los ojos que parecían que se le iban a salir de sus cuencas. Parpadeó un par de veces sorprendida por la efusividad del discurso de Alya, pero luego asintió decidida y abrazó a su amiga dándole las gracias.
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–Nunca entenderé por qué las chicas van juntas al baño –Nino se quitó la gorra y la puso sobre la mesa, a continuación miró a su amigo, el cual parecía preocupado– tío, ¿qué te pasa?
–Nada... –Adrien seguía mirando por donde se habían ido las chicas, melancólico.
–Pues díselo a tu cara, porque parece que no se ha enterado –repuso el moreno, a lo que el rubio se giró a mirarle sonriendo.
–Me conoces demasiado bien –Adrien apoyó los brazos sobre la mesa para mirar de frente a Nino– resulta que ayer Marinette y yo descubrimos nuestras identidades.
–¿Y qué ocurre?
–Ocurre que a mí me gusta Ladybug, pero como ya te conté siento algo por Marinette, ciertamente, y ahora tengo la sensación de que está todo hecho un lío porque ella no hace más que huir de mí, cuando yo solo quiero salir con ella.
–¿Por qué no se lo dices? No lo veo tan complicado –Nino pensaba que sus amigos tan solo estaban haciendo una montaña de un grano de arena.
–Creo que ella cree que me fijé en ella por ser una heroína, cuando ella no ve que me gusta sea como sea –respondió Adrien compungido.
–Pues házselo ver, sino la perderás amigo, es lo único que puedo decirte –dijo él dándole un golpecito en el hombro al rubio, que sonrió agradecido– y mucho ánimo.
En ese momento entraron las chicas de nuevo en la cocina. Nino se fijó en que Marinette parecía nerviosa y era incapaz de levantar la vista del suelo. Miró a Alya exigiéndole una explicación con la mirada, pero ella solo le guiñó un ojo.
–Adrien, Marinette quiere que la acompañes un momento afuera –explicó Alya, que inexplicablemente parecía muy emocionada. Adrien tan solo parecía confuso, pero asintió y siguió a Marinette a la puerta que llevaba a las escaleras que bajaban a la panadería. Salieron al descansillo y cerraron la puerta tras ellos.
–¿Qué está pasando aquí? –preguntó Nino bastante confuso.
–Shh –le chistó Alya– calla y acompáñame.
Los dos morenos se pusieron tras la puerta, desde donde escuchaban claramente a sus amigos hablando, bueno solo a Adrien, que le preguntaba a Marinette qué quería. Alya le indicó que no hablase y abrió la rendija del correo, que era lo suficientemente grande para que ambos chicos mirasen por ella que pasaba fuera y Alya pudiese grabar todo lo que ocurría.
Podían ver a Marinette todavía cabizbaja y a Adrien preocupado por el silencio de la chica.
–¿Vas a decir algo? –preguntó el rubio desesperado– si es que no quieres verme más o trabajar sola lo entenderé, pero di algo ya o...
Los dos morenos pudieron observar el instante exacto en el que Marinette levantaba la cabeza decidida, cogía a Adrien del cuello de la chaqueta y lo besaba emocionada. El chico no tardó en corresponder y pronto estaban devorándose el uno al otro efusívamente. Nino sintió como enrojecía, mientras Alya lo grababa todo emocionada y susurraba: "esa es mi chica"
–Esto es cosa tuya, ¿verdad? –susurró Nino cerca del oído del Alya, la cual inexplicablemente sintió un escalofrío en la espalda.
–¿Acaso lo dudas? –respondió ella altanera, en el mismo tono, girándose brevemente para mirarlo cara a cara.
–Por supuesto que no –contestó él sonriendo, sonrisa que Alya correspondió.
Tan ensimismados estaban el uno con el otro, que no se dieron cuenta de que Adrien y Marinette se habían separado ya y habían abierto la puerta encontrándose a sus amigos mirándose de esa manera. Solo bastó una mirada entre ellos para entender que estaban pensando lo mismo:
Aquí hay algo más que una sencilla amistad.
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Compañeros de investigación-Alyno
FanfictionAlya es una intrépida aspirante a periodista dispuesta a lo que sea con tal de obtener una exclusiva. Nino no está dispuesto a permitir que Alya se arriesgue sola. ¿Qué puede ocurrir si deciden trabajar en equipo? Créditos del dibujo de la portada a...