Capitulo 65

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Sus mamás rieron pensando que era una broma, pero antes de que ellos dijeran algo los calle. Estaban muy emocionados y felices. Sus familias tenían que regresar a Estados Unidos pero prometieron que volverían. Y así se fueron dejándonos solos. Allie entró emocionada y los comenzó a felicitar a cada uno.

Al salir del gran lugar Allie quiso quedarse en casa cuando le dije que iría con ellos. Llegamos a su casa y se portaron muy lindos. 
Los chicos estaban cansados, así que decidieron irse a dormir. Yo no estaba tan cansada, pero los dejaría descansar.

Estaba en mi habitación sola con la luz apagada mirando por la ventana. Nunca me había sentido así por alguien. Y mucho menos por cinco personas. Me levante de mi cama y caminé hacía las habitaciones de ellos, casí todos estaban dormidos. Menos Liam. Estaba pensando, al igual que yo estaba hace unos minutos. Toque la puerta y el se sorprendió al verme.

– No te pares –Dije cuando vi que se iba a levantar. Caminé a su cama y me subí en ella.– ¿Porque estas despierto?

– Estoy feliz –Dijo mirándome–, estoy cumpliendo mis sueños. Es como un jodido sueño.

Reí.

– ¿Y porque tienes insomnio? –Me acomode encima de él.

– Por ti.

Reí.

– Eso es mentira –Dije y su risa lleno mis oidos haciéndome sonreír.– Eres muy varonil –Alce la ceja.– Tienes tatuajes, tu voz, tu cabello, eres todo un dios griego.

– Ángel –Dijo cuidadosamente–, quítate la ropa.

Reí por su comentario y lo mire. Le sonreí y puse mis manos en su estómago desnudo.

– ¿Porqué no me la quitas tú?

Escuche un quejido de asombro y reí. Sus manos se posaron en mi cintura y levantaron cuidadosamente mi bluson dejándome en ropa interior.

– Nunca te he visto desnuda –Dijo al verme en ropa interior–, joder, ¿como piensas que viva sin tí? –Dijo examinando mi cuerpo. Gemí.

Me mordí el labio felizmente.

– Ustedes me están matando.

– Mierda –Dijo cuando mis manos se posaron en su pantalón.– Necesito follarte.

Reí. Me podría acostumbrar a ellos hablándome rudo.

– Eres un romántico Liam.

—Narra Liam—

Reí. Estaba abajo de ella y eso me molestaba y me encantaba completamente. Desabroche su sostén sintiendo mi miembro palpitar, joder, joder, joder. Ella sonrió de esa manera tan suya haciéndome querer tomarla en ese mismo momento, rápidamente, con prisas. Mi mente se nubló cuando ví sus pechos, eran firmes. Un poco más pequeños que lo normal, pero no tan pequeños, algo así como perfectos.

– Basta, deja de verme así Liam –Dijo ella sonrojandose.

– Vamos a quitar lo que queda, ¿esta bien? –Dije cuidadosamente. Ella asintió mordiéndose el labio. Se hizo a un lado y antes de que hiciera algo, la puse abajo de mí. Quité su última prenda y acaricie su entrada. Torpemente y sin dejar de tocarla me quité mi pantalón. Ella abrió los ojos sorprendida.

– Liam, me vas a matar. –Dijo jadeando al verme. Sonreí y la besé castamente. Me acomode entre sus piernas y ella sostuvo entre sus manos la sabana.

Empecé a entrar en ella. Ella soltó un grito muy tierno. Era increible la manera en la que ella hacía que algo tan sucio se viera adorable. Sus piernas se abrazaron a mi cadera y lentamente iba entrando en ella. Cuando entre por completo esperé a que se acostumbrara a mí. Jadeo cuando comencé a moverme. Estaba tan apretada, maldita sea.

– Uh –Gimio– Liam.

Mis músculos se tensaron al verla cerrada de ojos mordiéndose el labio. Tome su cuello entre mis labios y comencé a besarla mientras me seguía moviendo. Esta chica era más que caliente. Su sonrisa juguetona me prendía y jugaba con mi mente.

– ¡Liam! –Sollozo de placer cuando entre en ella. Había encontrado su punto débil. Sonreí y comencé a entrar y salir de ella de la manera en la que tocara ese punto cada vez que entraba. Ella se removía como loca y sus benditos gemidos resonaban en la habitación nublando mi juicio.

Terminaría destruyendo miles de casas si me casase con ella.
Y lo haría.

Maldita sea, haría miles de cosas con ella.

– Si, si –Jadeaba sujetándose de los metales de la cama. Seguía tocando su punto débil. Se sentía tan único. Sentirla alrededor de mi.

– Mierda, joder, maldita sea –Dije mirándola.– No tengo más insultos.

Ella rió pero su risa se convirtió en un gemido.

La tocaría hasta que su cuerpo quedara grabado en mis huesos.

– Liam –Dijo ella gimiendo–, por favor.

Sonreí. La adoraba. Menudo momento había elegido para darme cuenta que la adoraba. La cargué entre mis brazos y la deje encima mío. Sus gemidos se volvieron gritos.

– Despertarás a los chicos —Me reí. Ella gimio.

– No puedo, Liam –Dijo subiendo y bajando lentamente pero al mismo tiempo rápidamente.

– Vamos princesa, correte para mí.

Y dicho eso su cuerpo comenzó a temblar y grito abrazandome, y yo la acompañé llenandola de mí.

Se recargó en mí. Escuchamos unos pasos en el pasillo y ella se dió la vuelta al escuchar la puerta abrirse.
Pero cayó al piso.

– ¡Hey! –Dijo Harry bostezando con Zayn, Niall y Louis atrás.

– Deja de ver porno Payno –Dijo Niall.

– ¿Ángel, estas bien? –Zayn pregunto al verla en el piso y reí. Harry abrió los ojos.

– ¡Dejen de ser unos sucios! –Grito.

– Ángel no controla sus gemidos, no soy yo –Dije alzando mis manos en modo de rendimiento.

– Bueno, en ese caso ángel puede gemir todo lo que quiera –Zayn le guiño el ojo.

Our Angel (One Direction & tú)🌙 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora