Capitulo 46

14.3K 582 132
                                    

La semana ha pasado más lento de lo que me hubiese gustado.
Y es que entre las clases, los trabajos prácticos, las visitas a mis hermanos y el cuidado del apartamento no tuve tiempo de absolutamente nada. O tal vez es la falta de costumbre y solo necesitamos tiempo para acostumbrarnos a este cambio.

Me ha llevado unos cuantos días lograr que mis hermanos dejen de estar ofendidos conmigo por haberme ido pero más que nada me ha costado unos cuantos kilos de dulces y chocolates.
Por lo que me llevé un regaño por parte de mi madre en cuanto se enteró de ello, pero eso es algo que me tiene sin cuidado, todos estos días la he ignorado completamente por lo cruel que fue cuando le di la noticia de que ya no viviría allí, me dijo tantas cosas horribles y despiadadas que el solo recordarlas hace que mi corazón duela como la mierda. Pero me he prometido a mí misma que ya no sufriré por algo que no vale la pena porque lamentablemente es así, ella no lo vale.
James ha tenido que ver mucho con este cambio, él estuvo conmigo la tarde en la que me la pasé llorando por todo lo que mi madre dijo. Él es quien me ayudo a mejorar mi estado de ánimo y quien ha sacado más de una sonrisa en mí aun creyendo que eso sería imposible... Lo amo mucho más por ello.
Ha sido mi gran compañero en absolutamente todo y no saben lo que me alegra haber aceptado vivir con él, es la mejor decisión que he tomado en toda mi vida. Nos complementamos bastante bien y eso es algo que me llena el alma porque con ello compruebo que nosotros si estamos destinados a estar juntos por siempre y sé que decir esto, para algunos, es apresurado pero sé que es así porque lo siento en mi corazón.

Hoy es sábado y tendremos una pequeña reunión con los chicos para festejar.

¡Adivinen de quien fue la idea! Sip, de Ana.

En cuanto le conté sobre todo esto, dijo "el sábado festejamos" y ni siquiera me dio una pequeña posibilidad de negarme, aunque no lo hubiese hecho.

Por ello, justo ahora me encuentro haciendo algunas compras de lo que nos falta en casa, tuve que venir sola porque James se encargaría de dejar todo listo para cuando lleguen los chicos. Aún no sé si cocinaré o compraremos comida por lo que estoy llevando un poco de cada cosa, más las cervezas y frituras que él me encargo, también llevo algunas cosas que necesitamos en casa y que ya casi no quedan, afortunadamente he venido en el coche y no caminando porque creo que no podría hacer dos pasos con todas estas bolsas.

¡Upsi! Creo que me he pasado un poco... Demasiado.

En cuanto llego al estacionamiento privado del complejo, abro el maletero y analizó las posibilidades que tengo de lograr llevar todo sin que sea un completo caos. Son más de diez bolsas, creo que lo mejor será hacer dos vueltas.

-Em... E... ¿Necesitas ayuda? -Pregunta alguien detrás de mí provocando que me espante.

-Mierda -Digo volteando mi cuerpo para ver quien habló -¿Hola?

Es un chico que una que otra vez he cruzado entrando o saliendo del ascensor o en los pasillos. Es joven, tal vez tenga veinte años, moreno, ojos cafés, mandíbula cuadrada y cabello castaño oscuro que cae por su frente casi rozando sus ojos.

-Oh si... Disculpa mi mala educación -Dice con una apenada sonrisa en sus finos labios -Hola, mi nombre es Daniel y vivo en el 2F.

-Un gusto, Daniel -Digo sonriendo cortes -Me llamo Liz.

-Igual, Liz. Entonces... ¿Necesitas ayuda?

-Oh, no quiero molestar, puedo hacer dos vueltas -Digo incomoda.

-No es molestia, vivimos en el mismo piso, ¿verdad? -Dice y yo asiento -Ya ves, no hay problema en ayudarte.

-Está bien -Digo sonriendo tomando la mayor cantidad de bolsas que puedo llevar.

Coincidences Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora