OSCUROS - Harry Styles

CAPITULO 11: COLOR

"Si vas a tener fe, no puedes tenerla cuando los milagros ocurren. Debes tenerla cuando no lo hacen"

El príncipe hada miraba la puerta escondida en uno de los sótanos de un edificio cercano a Notre Dame. Era una puerta común y ordinaria, pero al abrirla la magia emergía de ella en espirales resplandecientes, debió haber pensado que el amante desquiciado de su madre trataría de comenzar una batalla en el mismo lugar donde murió. Habían pasado años desde que visito Witchlight tratando de evitar el recuerdo del sufrimiento y las lágrimas. Zayn soltó una risita, casi podía escuchar los gritos de desprecio provenientes de su madre.

- No puedo hacerlo - Zayn levanto la mirada repentinamente para enfocarla en Harry.

- ¿De qué mierda hablas? - Shelie se aproximó al Alfa - Tu compañera está cruzando el portal ¿Y dices que no puedes hacerlo? ¡¿Entonces que fue todo ese berrinche que hizo en la comunidad mágica, Sr. Styles?!

- Harry - El líder mágico dejo de hablar con Banshee para poner su atención en el lobo - Dime que no estás comenzando a enloquecer ahora.

- Ella me odia - El Alfa se sentó en el lugar más cercano a él, apretando su cabello entre sus manos - No estuve ahí cuando me necesitaba y simplemente permití que se la llevaran. Trato de convencerme de que ella es fuerte por lo que puede soportar cualquier cosa pero ¿Y si no es así? Louis sabe que su magia este abandonándome es una mala señal, si ella muere no sé cómo actuaría, probablemente enloquecería y mi lobo se volvería salvaje. Mierda, espero que eso no suceda en medio del campo de batalla porque entonces sería un obstáculo para ustedes y... ¡Joder! Ni siquiera quiero comenzar a hablar de mi manada.

- Bien, enloqueció - Thanos declaro.

- Muchos de ellos murieron y ustedes me dirán que no fue culpa mía porque eso sucede cuando te unes a una manada, debes enfrentar el hecho de que proteger a los demás es una de tus prioridades durante la batalla pero también era mi prioridad estar ahí cuando mi manada me necesitará. ¿Cómo infiernos puedo llamarme Alfa si no puedo protegerlos? ¡¿Realmente puedo aspirar a una compañera si no puedo hacer nada por ellos?! ¡No...

Sus palabras fueron cortadas cuando una bofetada fue lanzada contra su mejilla. Harry dejo de balbucear y parpadeó desconcertado hacia Zayn, quien se sentó a su lado mirando detenidamente el portal.

- ¿Crees que yo quiero hacer esto también? - Preguntó con ira reflejada en su voz - Las cicatrices que están marcadas en mi sucedieron en ese lugar que está atravesando el portal, pero estoy haciendo esto por Paige y por ti, ¡Si alguien debe estar enloqueciendo soy yo!

- Pero...

- ¡Cállate, estúpido perro! - Gritó el príncipe - Paige no te odia, si lo hiciera, lo sentirías aún estando a metros de distancia porqué ¡Oh dios bendita sea la magia! ¡Puede hacer que sientas cualquier cosa proveniente de alguna persona que ames!

- Zayn...

- ¡No! - El hada gruño - Sé cómo se siente el odio proveniente de alguien mágico, ¡Mi madre se aseguró que supiera cuanto me odiaba! Y lo entendía, mierda, cuando mi padre murió ella tuvo que hacerse cargo del reino, un reino donde a las mujeres no se les permitía gobernar porque eran débiles. En mis pocos años presenciaba como mi padre tenía que rechazar las opiniones de mi madre aun si era maravillosas, él odiaba hacer eso pero no podía hacer nada para cambiarlo.

- Entiendo, lo siento - Harry hizo una mueca - Supongo que solo estoy asustado y tú no tienes que hablar sobre ello si no te sientes cómodo.

- Mi padre fue asesinado y mi madre se culpó durante años por no haberlo ayudado - Zayn continuó y el lobo apretó los labios permitiéndole expresarse enfrente de los demás líderes - Estuvo bien durante un tiempo, asumió el reino con tiranía y cualquiera que la contradijera o la cuestionara era ejecutado. Ella me amaba pero en presencia de otras personas se volvía despreciable porque necesitaba obediencia, con el tiempo ese aspecto despreciable se quedó y comencé a notar el odio en su mirada dirigido a mí. No sabía el motivo, jamás tuve la oportunidad de preguntarle.