Capítulo 2: Días de pueblo

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Después de esa pequeña discusión en el hotel fuimos a dar una vuelta, vimos unos pocos monumentos y lugares característicos del pueblo, y en cuanto se hizo de noche nos dirigimos al hotel de nuevo. De camino se me acercan Laura y Luis.

- Escucha Marc, esta marca... ¿Es algo malo? - dijo Laura.

- No lo sé, ¿Por que? - dije.

- Pues... Porque también la tenemos nosotros - dijo Saül - Podríamos hablar con Lucy.

- Si, esta noche hablo con ella - dije -  más que nada porque ella y yo tenemos más confianza.

- Vale, me parece bien - dijo Laura - pero no preguntes bruscamente.

- Eso, mejor indirectamente - dijo Saül.

- Está bien, mañana os cuento, ¿Vale? - dije.

- Vale - dijeron los dos.

LLegamos por fín al hotel, estaba muy cansado, pero tenía que hablar con Lucy. Después de cenar fui a mi habitación y esperé a que todos se durmieran. Cuando ya se durmieron todos fui a la habitación de lucy, silenciosamente, y llamé a la puerta.

- ¿Marc? - dijo Lucy sorprendida - ¿Qué haces aquí?

- Pues verás, quiero hablar contigo de una cosa - dije.

- Está bien, pasa - entramos a su habitación - dime, ¿Qué quieres?

- Quería preguntarte sobre la marca de mi brazo, ¿Qué hiciste para tenerla?

- Pues.. No lo sé muy bien, pero creo que fue algo así: yo estaba perdida en el bosque, encontré una salida y vi un valle lleno de vida, caminé un poco y llegué a una zona que los árboles estaban mustios. Entonces fue cuando estuve en un acantilado y no sé que me pasó que... - se paró.

- ¿Y qué más? Me estas dejando con la intriga.

- Es que... Me da verguenza decírtelo.

- No tengas miedo, dime.

- Está bien... En ese momento estaba pensando en ti y... - breve pausa - y prometí que algún día estaríamos juntos - dicho esto se puso roja.

- No me digas que... - estaba muy sorprendido - ¿En serio?

- Si... - se pusó un cojín en la cara para que no la viera.

- Bueno, ya sé algo que no sabía antes - reí - y a lo que iba, ¿Nada más?

- Nada más - dijo aún con el cojín en la cara.

- Bueno, gracias por la información, hasta mañana y buenas noches.

- Marc - dijo ella Antes de que saliera por la puerta hacía mi habitación.

- Dime Lucy.

- Lo que te he dicho y eso... ¿Afectará a nuestra... Amistad? - dijo casi llorando.

- No tranquila, te aprecio demasiado, eres muy buena amiga - dije, me acerqué a ella y le di un abrazo - no llores tonta, que estás más guapa sonriendo.

Se quedó callada mientras yo me iba de su habitación, llegué a mi cuarto y me tumbé en la cama y me dormí al instante. Ya era de día y eran las doce de la mañana, me levanté y me fui directamente al restaurente para reunirme con el grupo.

- ¿Qué hay hoy? Tiene buena pinta.

- Pues... Hoy hay tostadas con mermelada y zumo de naranja - Dijo Saül.

- ¿Hay mermelada de fresa? - pregunté.

- Tú y las fresas... ¡Claro que si! -  dijo Laura.

- Te llamaremos el chico fresa - dijo Esther - es un buen mote - se rió.

- Anda... - me reí - lo siento por lo de ayer, me alteré un poco.

- Tranquilo, yo también me puse un poco borde - dijo Esther.

- ¡Da gusto ver como nos llevamos bien! -  grito Luis cogiéndonos del cuello a Esther y a mi - ¿Véis como no era tan difícil?

- Bueno, ¿Qué haremos hoy? -  dijo Ramón

 - No lo sé, ¿Alguna idea? - preguntó Laura.

- Podríamos hacer un picnic en el valle, ¿Qué os parece? - dijo Lucy.

- A mi me parece bien - dije yo - suena bien.

- Si, a mi me gusta la idea - dijo Laura.

- pues decidido, ¡hoy picnic en el valle! -  gritó Luis emocionado.

Todos subimos a nuestras habitaciones y cogimos lo necesario para el picnic, fuimos andando hasta el valle. Una vez llegamos pusimos un gran mantel encima de la hierba y ahí pusimos nuestras cestas, las abrimos y empezamos a comer. Después de comer volvimos al pueblo y des de ahí fuimos a la montaña más cercana que había. Mientras estábamos ahí me acerqué a Saül y a Laura.

- Bueno chicos, tengo información - dije.

- ¡Dilo ya! - dijo Saül nervioso.

- Pues veréis, se ve que Lucy prometió una cosa en ese valle y después de prometerlo se desmayó - dije -  resumidamente es la razón por lo que tiene la marca de color diferente a nosotros.

- Entonces... ¿Estas diciendo que nosotros tenemos la marca solo por haber estado en el valle? - preguntó Laura.

- Resumidamente si, entonces creo que nosotros debemos hacer lo que hizo ella para que tengamos el mismo color.

- Eso tiene lógica... Pero me da mucho mal rollo ir al valle - dijo Saül.

- A mi también, pero por probar no perdemos nada, ¿no creéis? - dije.

- Bueno... Mañana vamos al valle y prometemos algo - dijo Laura.

- Si, pero prometed algo con sentido y mentalmete, ninguno sabrá la promesa de nadie, ¿Entendido? - dije.

- Está bien, bueno, en cuanto volvamos al hotel vamos a descansar que mañana nos espera un día duro - dijo Saül.

Volvimos al hotel y fuimos cada uno a su habitación. Ya eran las doce cuando me levanté de la cama y estaban Laura y Saül esperándome, fuimos directos al valle.

Valle agrietadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora