Capítulo 12: La ilusión

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- ¿Ves mi rostro? - me preguntó el guardian - dime, ¿Lo ves?

- No... ¿Por qué quieres saber eso? - en verdad veía unos ojos azules y unas facciones suaves.

- ¿Qué ves? - preguntó él.

- Muy poco - dije - mayor parte oscuro, pero... ¿Por qué? - dije con cara de miedo.

- Ya veo... Tendré que hacerlo - dijo el guardian.

- ¡¿Hacer qué?! - grité asustado.

- Será rápido y leve, no te preocupes.

En ese momento todo a mi alrededor se hizo oscuridad y sufrimiento. Era un bucle oscuro y desolado, no sabía que sentir ante ese bucle. De repente aparecí en un bosque muy denso, me sentía solo y estaba en medio de la nada, bueno, un bosque. Apareció una hoja que decía lo siguiente: "Aquellos que cumplen sus promesas se escapan del castigo temporalmente, pero...". Giré para ver el extenso bosque, tenía al guardian a unos metros delante mío.

- Corre a por las demás hojas para completar el fragmento - se desvaneció mientras decía estas palabras.

Mierda, no sabía que hacer, si correr a buscar las hojas, o quedarme quieto por miedo a que fuera una trampa. Decidí correr. No tenía noción del tiempo en ese bosque, era como cuando te duermes, que no sabes cuanto tiempo ha pasado hasta que miras el reloj. Yendo por los caminos que me trazaban los pies llegué a una zona espaciosa, como una plaza en medio de muchas calles. En esa zona había una espada en el suelo y una hoja en el árbol. Fui a por la hoja, decía lo siguiente: "... en un tiempo vuelven a ser acosados por el dolor, el sufrimiento y una muerte lenta y dolorosa...". No supe que decir ante esta hoja. Ví al guardian en medio de la zona y le dije:

- ¿Por qué haces esto?

- Porque es mi trabajo, ya quisiera dejarlo, pero...

- No lo hagas, déjalo.

- Pronto tú y yo lucharemos en esta zona con esa espada, ponle un nombre.

- ¿Ahora?

- No, cuando llegué el momento... - se desvaneció, otra vez.

Volvió el bucle oscuro y sedesvaneció. Cuando reaccioné me dí cuenta de que eso era una ilusión. De repente apareció un hombre que fue hacia mi corriendo, me cogió de los hombros y me zarandeó.

- ¿Estás bien chaval? - me dijo preocupado.

- Sí, sí - dije  medio inconsciente.

- Que alegría, me habías dado un susto - apareció alguien por detrás y le cortó los brazo - ¡¿Pero qué haces desgraciado?!

- ¿Por qué interrumpes el ritual, mindundi? - dijo ese alguien.

- ¿Qué ritual?¿Qué di..? - en ese momento le cortó la cabeza sin pensarlo dos veces.

- Idiota - dijo mirando el cadáver con pena - Marc, te has salvado por muy poco, ¿Lo sabes?

- ¿Cómo sabes mi nombre?¿Cómo que me he salvado?

- No hagas tantas preguntas y uele esto - me puso un trapo mojado en la nariz - la próxima vez no te será tan fácil escapar.

Me dormí nada más oler el trapo humedo. Cuando desperté estaba pensando en las dos notas y en lo que significaban. No tenía tiempo, tenía que irme a casa y domir, también tomarme la medicación. En cuanto llegué a casa dormí y esperé a que fuera el día siguiente.

Mientras tanto, esa noche en la iglesia estaban el guardian, Nacero y el cura reunidos, las luces de la iglesia estaban encendidas. Nacero estaba muy enfadado respecto al accidente sucedido.

Valle agrietadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora