Capítulo 10: ចំណងមិត្ដភាព

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Ya había pasado una semana entera desde que llegué aquí. En mi estancia había descubierto varias cosas. Su nombre era Jonh, tenía 27 años y al parecer era inglés. No pude evitar soltar una risa al descubrir su nombre, no se alejaba mucho del que le había puesto en mi mente, "Juan".

No era mucha información la que había conseguido, pero estaba satisfecho. Ya no me obligaba a llevar aquellos trajes vergonzosos, en cambio me vestía con pantalones demasiado cortos y camisetas anchas normalmente de colores llamativos, en la profundidad de mi mente creía que era para verme fácilmente o alguna forma de burlarse de mí.

Dormía con él, comía con él, me bañaba con él. Parecía que no quería ser el único en una habitación, no dejaba que me separase ni tan solo un mísero segundo, incluso cuando quise ir a hacer mis necesidades al baño me acompañó, poco después tuve una fuerte discusión (en la que, por cierto, casi pierdo la cordura), al menos en eso debía dejarme privacidad, la gané y con ello conseguí algo de tiempo a solas.

Parecíamos una feliz y normal pareja de dos chicos, pero vaya, que sorpresa, no lo somos, ¿Quién lo diría?

Ahora estaba recostado sobre él en el sofá, me abrazaba y comía palomitas mientras mirábamos una película, era bastante extraña y aburrida, no la entendía.

- ¿Ves que cortan la escena de golpe? Ahora estamos en sus recuerdos, hay como tres narraciones -me explicaba por enésima vez mientras se metía una palomita en la boca.

Intenté levantarme, esto no me interesaba, no hacia falta que me lo explicase cientas de veces, pero mi esfuerzo fue en vano cuando me rodeó con las piernas y un brazo reteniéndome.

- ¿Dónde vas? -me lanzó una mirada acusadora.

- Necesito ir al baño -contesté, iba mucho últimamente ya que solo en ese momento estaba solo.

Él torció el gesto y me acercó más.

-Has ido hace media hora, aguántate -metió la mano bajo mi camiseta acariciando mi abdomen.

Sus dedos recorrieron la forma de los músculos de mi torso, me di la vuelta para mirarle a los ojos.

- Faltan muchas cosas en esta casa ¿por qué no vas de compras? -dije en un intento de que se fuera y aprovechar el tiempo mientras él no estaba.

Me besó con suavidad acariciando mi mejilla gentilmente.

- No te preocupes por eso.

Volví a tratar de levantarme pero nuevamente me agarró con fuerza acercándome a él.

-Jonh, te comportas como un niño -hice un gran esfuerzo para zafarme de su agarre, pero era malditamente fuerte, me rendí.- Estoy agobiado, déjame.

Levantó una ceja mirándome y le dio un apretón a mi nalga.

- No me importa como te sientas, pececito -sonrió.- Puedes venir a comprar conmigo si tanto te empeñas.

En un solo segundo pasé de querer golpearle a estar sumamente sorprendido, ¿había oído bien?

- ¿De verdad? -volví a intentar levantarme pero de nuevo quedé atado a su agarre.

Se quedó un momento en silencio con una expresión  pensativa.

- Sí, pero que no se te ocurra escapar, me harías pasar un rato incómodo.

Asentí rápido con la cabeza mirándole.

- Pues vamos -me soltó y me apartó para levantarse, apagó la televisión.

¿Así? ¿Tan fácil?....

Miré la ropa que llevaba y luego a él.

- No voy a ir así -me quité la camiseta fosforescente y la doblé por instinto.

Noté como su mirada recorría mi pecho desnudo y me encogí.

- Espérame aquí -dijo y seguido de eso subió las escaleras hacia el segundo piso.

Desapareció por unos segundos, los cuales usé para ir a la cocina y rebuscar en la nevera. Tomé una manzana y mientras la lavaba sentí alguien rodeándome con sus brazos por la espalda.

- Date prisa y vámonos -dijo apoyando sus manos en mis caderas-

-Sí- murmuré y sequé mis manos con un trapo.

Tomé la camiseta negra con varios símbolos extraños que me dio y me la puse.

Agarró mi mano jalándome hacia la puerta principal. No tenía caso molestarme por eso a estas alturas.

Nos subimos al mismo coche que usó para traerme y condujo hasta un gran centro comercial, estábamos bastante alejados de la población.

Miraba por la ventana y jugaba mentalmente con los postes de electricidad, me imaginaba como un sapo daba saltos sobre cada uno.

Al final, después de viajar en coche por algo más de una hora y media llegamos al lugar. Aparcó en una plaza de parking vacía y bajamos.

Me sentí muy extraño al salir del vehículo y ver cada una de las familias caminando hacia la entrada, pero al fin veía a alguien que no fuera él o yo mismo, y un sentimiento fuerte de tranquilidad me invadió.

Un tacto cálido envolvió mi mano, Jonh la tomaba con firmeza y me miraba como si quisiera saber lo que estaba pensando.

- Vamos, no te quedes parado mirando a la gente como tonto, es incómodo.- entrelazando nuestros dedos me llevó dentro.

Habían dos plantas abarrotadas de tiendas, el lugar era enorme y bien decorado, daba gusto pasear por aquellos pasillos.

Caminábamos y notaba como la gente nos miraba demasiado, quizás era porque la mano de Jonh rodeaba mi cintura y a cada rato aprovechaba para bajar y dar un apretón a mi nalga. Recalco el quizás, realmente no lo sé, para nada, es muy normal ver como un tipo toquetea a otro en público, digo yo. Lo peor del asunto eran estos dichosos pantalones, poco más y ya se confunden con un bóxer.

¿Pero qué podía hacer yo? Si me separase de él y comenzase a gritar a los cuatro vientos que este chico me tiene secuestrado me tomarían por loco, entonces Jonh me llevaría a su casa y quién sabe lo que me puede hacer.

Debía encontrar un buen momento para pedir ayuda, no podía arriesgarme, era demasiado peligroso, y un paso en falso me haría caer al abismo.

Pero era molesto tener que subir su mano hacia mi cintura cada vez que a él le apetecía tocarme el culo ¿no podía aguantarse?

Maldito cabrón... Aprovecha mientras estés libre, aprovecha, porque yo mismo te meteré en la cárcel.

Holiwiis, soy yo, la escritora de esta historia extraña.
Muchas gracias a todas las personas que leen y votan, también os amo a vosotros, fantasmitas.
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¡¡Nos leemos!!

Solo Un Juguete Más (Hard Yaoi) FINALIZADO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora