El tiempo pasó rápido, Jonh actuaba como si no pasase nada, pero yo no podía dejar de pensar en que podría suceder cuando me encontrase con... ¿con la persona que me compró? Se sentía horrible, como si fuera un objeto y no tuviera opinión ni sentimientos, solo importaba lo que ellos desearan.
Miraba a Jonh de soslayo mientras me rodeaba la cintura con su gran brazo atrayéndome más a él, yacíamos tumbados en el sofá, él estaba viendo una de esas películas que tanto le gustaban y yo no les encontraba nunca un sentido. Cerré los ojos para apoyar la cabeza en su pecho incapaz de creer que algo así me estuviera sucediendo a mí y respiré hondo su aroma varonil, estaba nervioso por lo que podía pasar, pero extrañamente lo estaba mucho más por Jonh, ¿qué hará cuando me vaya? No creo ser lo suficientemente importante para él, soy consciente de ello y he logrado aceptarlo, sin embargo yo sí me he vuelto dependiente de este hombre y eso es lo que menos entiendo.
- Estoy oyendo como tus engranajes giran y giran -levanté la vista para verlo y lo encontré aclarando su frase con ambas cejas levantadas y señalando con un dedo su cabeza.- Ya hemos hablado sobre eso.
Volví a hundir mi cara en su pecho disfrutando del calor que me brindaba su cuerpo.
- Sí, lo sé... -murmuré y tomé aire antes de proseguir.- Simplemente no puedo asimilar todo esto, es complicado... -murmuré aún más bajo antes de levantarme del sofá y sin decir nada dirigirme hacia el baño.
Al entrar cerré la puerta y me apoyé en esta mirando mi imagen reflejada en el espejo que se hallaba en frente mío. Me veía muy diferente a lo que solía ser, solté una suave risa al fijarme en mi camiseta, al principio el color tan chillón de las camisetas que me daba Jonh molestaban, pero ahora casi era hilarante. Dejé de sonreír bobamente al cabo de unos segundos y noté como ese color verde fosforescente oscurecía todavía más mis ojos negros, apenas podía distinguir la pupila, negué con la cabeza al estar pensando en tonterías.
Me acerqué al lavabo y abrí el agua del grifo, refresqué mi cara con esta y volví a quedarme quieto observando como el agua caía sin parar. El sonido del timbre me hizo sobresaltar y sequé rápidamente mi cara con la toalla antes de cerrar con el pestillo la puerta, podía sentir que eran ellos, venían a buscarme... ¿tan pronto?
Retrocedí hasta pegar mi espalda a la pared, escuché unas llaves, pasos y voces masculinas sin distinguir lo que decía, poco tiempo después escuché débilmente unos pasos solitarios en dirección a donde yo estaba, me estremecí justo al oír tres golpes suaves sobre la puerta, no respondí.
- ¿Kaniro, estás ahí? -esperó una respuesta que nunca llegó, soltó un suspiro.- No hagas esto difícil, por favor...
Sé que hablamos sobre esto, que le prometí que lo haría, pero tenía mucho miedo, apenas podía articular palabra y mucho menos moverme, apreté los puños y tragué saliva.
- Lo siento, p-pero no saldré... -sonó más bien como un gemido lastimero.
Seguido de mis palabras escuché un fuerte golpe en la puerta y traté de retroceder más totalmente en vano, comencé a sudar negando con la cabeza. Jonh comenzó a discutir con un hombre fuera, pedía que me diera más tiempo pero el otro hombre negaba una y otra vez, su voz era grave y ronca.
- Tiraré la puerta abajo si no sales -me advirtió dando otro fuerte golpe en ella.
Jonh y él comenzaron a forcejear, pude sentirlo en el ambiente y en los pasos erróneos que daban al empujarse el uno al otro, me acerqué y abrí la puerta notando como mis piernas temblaban, observé a un hombre trajeado y una cabeza más alto que Jonh sujetarlo por el cuello de la camiseta con el ceño fruncido. Puso su mirada sobre mí al notar mi presencia y me sentí completamente pequeño e indefenso, aún así me interpuse entre los dos y le aparté el brazo para que lo soltase, lo hizo sin oponerse, pero en cambio agarró el mío y me jaló hacia él para llevarme a la entrada.
Esta vez los que comenzamos a forcejear fuimos nosotros, me agarré a la esquina de la pared resistiéndome a ir con el comprador y le lancé varias patadas que solo consiguieron ensuciar sus pantalones.
- ¡Suéltame! ¡Jonh! ¡Jonh! -lo miré suplicante buscando su compasión en los ojos, pero solo me dio tiempo a ver como apartaba mi mano de la pared dejándome a merced de aquel tipo.
El hombre trajeado me agarró ambas manos solo con una sin problemas y me jaló hacia la salida, abrió la puerta y cuando empecé a retorcerme como un gusano me envolvió con los brazos para sacarme fuera.
Antes de que la puerta se cerrase pude ver a Jonh de pie en medio del salón mirándome con una sonrisa plena, al principio pensé que era por compasión, hasta que pude percibir la maldad en sus ojos.
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Solo Un Juguete Más (Hard Yaoi) FINALIZADO.
RomanceKaniro Ashitomi, 19 años. ¿Fue causa del destino o simplemente tuvo mala suerte? Tomó una horrible decisión al entrar en el lugar que causaría su perdición. Como dicen, él estaba en el lugar y momento equivocado. Fue vendido como un esclavo y ahora...