Alma

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Con algo de indignación la mayor llegaba hasta el límite de no seguir resistiendo la situación, esa noche de miércoles le costó un poco más que otros días el conciliar el sueño ya que no podía dejar de pensar en la descortesía de Hye Jin al ignorarle por completo, como si fuese una extraña, quesi bien no se conocían aún en profundidad, en cuanto ella sabía sí se llevaban bien mas quizás no era tan descabellado el que actuara así, ya que básicamente solo se habían visto un par de veces, no habían compartido demasiado, y pues si no era tan importante ¿Por qué le afectaba tanto?

De alguna forma cada pequeña conversación que había tenido con la morena le inspiraba una particular confianza y comodidad, no solo selladas por el episodio con el alcohol, si no porque había notado con ayuda de su gran sensibilidad que la chica con la coraza de atractiva femme fatale era más ingenua e inocente de lo que parecía, por lo mismo quería conocerle más, quería saber quien realmente era ella, la noche avanzó con estos pensamientos hasta que su vigilia se debilito permitiéndole dormir.

Para esa mañana de jueves los ronroneos de Ggomo exigiendo su desayuno a un lado de su almohada y sus peludas patitas cargadas sobre su cara funcionaban nuevamente como un perfecto despertador, Wheein despertó de golpe con un solo pensamiento en su cabeza "De hoy no te escapas", con la figura de la morena en su imaginario. Su primer pensamiento del día se volcaba en que hoy era jueves y que por lo tanto la clase en la que se conocieron volvía a darse esa tarde indefectiblemente encontrándola con Hye Jin; en cuanto a Ggomo, él miraba a su ama algo decepcionado de que ella no atendiera a sus demandas de inmediato tal y como estaba acostumbrado.

Sobre su suave y fina cama americana de su departamento en Cheongdam-dong, Hye Jin abría de apoco sus ojos recibiendo un nuevo día, con toda calma se levantó aun medio dormida, caminando torpemente hasta la pared de su habitación, alcanzó el interruptor en la pared que automáticamente enrollaba las persianas que cubrían un gran ventanal deuno de los espacios laterales de su habitación, mientras estas subían vio como las ventanas de las altas torres que rodeaban a su edificio resplandecían en destellos al enfrentarse a los primeros rayos de sol que adornaban al cielo diurno, le daban la sensación de que sería una hermosa mañana.

El sueño aun la tomaba por victima voluntad de soltarla, como estrategia para espantar a este vástago de la noche la morena de ojos afilados entró al baño dando grandes zancadas, se despojó de toda la ropa que la cubría y de un salto se metió bajo el chorro de agua de la ducha.

Tal como todos los espacios en el departamento de Hye Jin su baño era amplio, impecable de rincón a rincón, de diseño vanguardista, sin nada que envidiarle a cualquier departamento en la zona residencial del barrio de Gangnam (el barrio de mejor posición socioeconómica en la ciudad de Seúl). La estudiante de cine vivía a un lado de ese brillante y pomposo lugar, sus padres le habían ofrecido comprarle un lugar allí, pero en un ingenuo intento de humildad y austeridad, casi renegando de ser la hija de una familia adinerada, ella rechazó esta idea, lo que obligó a sus padres a negociar con ella dejándola en un lugar de la misma clase pero más discreto en Cheongdam-dong.

Siempre tenía las mismas discusiones con sus padres, ellos como profesionales exitosos eran comúnmente invitados a grandes comidas y eventos de alta sociedad que a la chica le repelían, alegando queesta realidad de ellos era verdaderamente poco realista y que todo era aburrido y vacío si se obtenía fácil, claro, sus padres eran personas de estudio e intelectuales que habían ganado por merito propio el lugar en el que estaban, pero la gran mayoría de los invitados a esas frívolas reuniones, no eran nada más que gente acomodada por su sangre, inescrupulosos oportunistas que harían cualquier cosa por mantener su posición, su falso prestigio, susacciones en la bolsa y sus acaudaladas cuentas bancarias. Todo esto la asqueaba, asique no hacía mucho caso a sus padres cuando ellos le rogaban comportarse y sonreírles amablemente a estas gentes.

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