Maldición

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Hye Jin recostada perdía si mirada en el rostro de su novia, Wheein dormía y llevaba varios minutos mirándola en silencio recostada de lado con la punta de su nariz unos centímetros lejana a la de ella, se había vuelto a recostar después de levantarse al alba para preparar un desayuno componedor después de todas las emociones del día anterior. De pronto y en su trance de sueño los ojos de la chica de Jeonju empezaron a brotar en lágrimas mientras generaba tenues quejidos, un par de gotas se aposaron en el costado de su tabique. Suavemente Hye Jin acarició con la punta de su pulgar el camino de aquellas lagrimas secándolas, sin desearlo Wheein despertó de golpe.

Hye Jin: Solo por esta vez espero que no hayas estado soñando conmigo.

Al momento la mayor se hizo consiente de sus lágrimas.

Wheein: Perdóname... otra vez estoy llorando.

Hye Jin: No pidas perdón. Tengo una sensación confusa cuando te veo llorar.

La artista confesó con una mirada el no entender de lo que estaba escuchando.

Hye Jin: Mi corazón se rompe cuando te veo llorar... pero al mismo tiempo, quiero ser la única persona que pueda verte cuando lloras.

Wheein nuevamente frunció el ceño ocultándose bajo el cuello de la menor.

Hye Jin: ¿Qué pasa? −Sonrió. −

Haciendo unos extraños ruidos de refunfuñeos llenos de ternura Wheein no dejaba de ocultarse mientras movía su cabeza.

Hye Jin: ¿Qué es?

Esta vez Wheein volvió a mostrarse para responder mientras miraba a los profundos ojos oscuros de su novia.

Wheein: Te amo.

La adorable confesión guió a Hye Jin a los labios de Wheein como respuesta inmediata.

Hye Jin: Yo también te amo. −Respondió luego de su beso. − Ven vamos a alimentarte.

Wheein: ¿Ya preparaste el desayuno? ¿Cuándo?

Hye Jin: Hace un rato... −Dijo sentándose sobre la cama. –

Más temprano esa mañana Hye Jin había cocinado caldos calientes y picantes hechos con kimchi y tofu suave, sundubu jjigae, o doenjang y tteokguk, una sopa coreana acompañada de correosas tortas de arroz.

Apresurándose para entrar a la cocina primero la morena ya había puesto los platos a un lado de las ollas para servirlos. La chica de menor estatura con movimientos lentos de recién despertada dejó caer su cuerpo al sentarse en la silla del comedor de diario a un costado de la cocina.

Atentamente la morena puso uno de los platos frente a Wheein que aun dormitaba, el pequeño sonido del plato chocando contra la mesa le invitó a abrir los ojos de par en par.

Wheein: ¿Realmente te merezco? Eres demasiado buena para ser de verdad.

Hye Jin: Me descubriste, no soy real... estás drogada y soy una alucinación. −Le avisó riendo. –

Wheein: No tengo tanta imaginación como para imaginarte a ti.

Hye Jin: ¿Estás diciendo que soy inimaginable?

Wheein: Estoy diciendo, −Dijo tomando un poco de Kimchi entre sus palillos para acercarlo a la boca de su novia sentada frente a ella. – Que me siento afortunada de tener a alguien como tu en mi vida amándome y haciendo tantas cosas por mí.

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