Como una tonta

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Al amanecer sus cuerpos seguían exhaustos. Wheein reposaba su cabeza sobre el tibio pecho de la mayor acurrucada a su deriva ambas profundamente dormidas, hasta que el estruendoso ruido del reloj despertador de Byul anunció la hora de acudir al comedor del internado para poder desayunar.

Negándose a despertar Wheein refunfuñaba moviendo su cabeza en negación sin siquiera abrir los ojos. Byul ya despierta y completamente relajada miraba a Wheein sobre su pecho y despejaba el cabello de su rostro.

Moonbyul: Debemos bajar a desayunar, no podemos faltar a clases...

Wheein: ¿Ya amaneció?... Oh cielos, olvidé llamar a mamá, debe de estar histérica. –Señaló sentándose sobre el colchón mientras sujetaba la sabana contra su pecho.−

Moonbyul: Puedes llamarla mientras yo voy a tomar una ducha...

Wheein: Esta bien. –Afirmó tímidamente escondiendo la mirada para no tentarse de volver a mirar con detención el cuerpo desnudo de la mayor que se ponía de pie frente a la cama.−

Sacando una enorme toalla blanca, la rubia enrollaba su cuerpo con ella mientras reunía su uniforme.

Moonbyul: Hoy es jueves... ¿Tienes deporte en la primera clase verdad?

Wheein: Si. Es cierto, si me visto rápido puedo volver a mi casa y cambiarme.

Moonbyul: No tienes que irte, tengo otros pantalones para atletismo, te los puedo prestar junto con una camiseta. –Sugirió mientras recogía la mano de la menor sobre las sabanas. − Desayuna conmigo hoy... −Le rogó.−

Wheein: ¿Y qué pasará cuando nos vean llegar juntas?

Moonbyul: ¿Por qué habría de importarme lo que piensen o digan? ¿Eso es importante para ti? –Cuestionó soltando la mano de la más pequeña. −

La menor no pudo responder de inmediato y sus pupilas titubeaban, bajo la ley del que calla otorga la mayor se dio por contestada.

Moonbyul: Bien, voy a tomar una ducha... si quieres quédate, o no, haz lo que quieras. –Expresó con apático tono de voz. –

Luego de que Byul-Yi saliera de la habitación, Wheein se quedó allí meditando un momento. Sobre el escritorio, los dos colgantes se entrelazaban, no recordaba en qué momento se había quitado el de ella, todo había pasado tan rápido... y sonreía sola pensando en lo infantil que podía llegar a ser la mayor.

Recogió su colgante para ponerlo otra vez alrededor de su cuello, y se acercó al armario para buscar las prendas que la rubia había mencionado con anterioridad. Al vestir el pantalón deportivo este apretaba mucho sus pantorrillas, las que eran un poco más gruesas que las de su compañera, y le quedaba algo largo por lo que tuvo que enrollarlo hacia arriba, la camiseta también le quedaba un poco larga pero no se veía mal, en conjunto con su cabello despeinado de recién despertar creaban una imagen tanto tierna como graciosa. Buscando su teléfono enganchado en el borde de su falda colegial, escribió un mensaje a su madre disculpándose por no llegar y argumentando que Byul le necesitaba esa noche, sin agregar más detalles sobre el tema. Cuando la mayor ya con su uniforme puesto entró a su dormitorio, encontró a la chica con cara cachorro vestida con su ropa, haciendo aparecer automáticamente en su expresión una sonrisa, corriendo hacia la menor, la abrazo por la cintura y la levantó en el aire para sentarla sobre su escritorio robándole un beso.

 Cuando la mayor ya con su uniforme puesto entró a su dormitorio, encontró a la chica con cara cachorro vestida con su ropa, haciendo aparecer automáticamente en su expresión una sonrisa, corriendo hacia la menor, la abrazo por la cintura y la lev...

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