¿Por qué no?

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Aparecía un nuevo talento de la estudiante de cine, tenía una destreza que Wheein nunca antes había visto, incluso cuando en su infancia tenía la mala costumbre de hostigar a su mamá de un lado al otro por la cocina mientras ella preparaba la comida para su padre, pero aun así familiarizada con la habilidad de su madre para preparar exquisitos platillos de comida tradicional coreana, le parecía que la minuciosidad y técnica de Hye Jin le hacían mucho más habilidosa y le perseguía igual que como lo hacía con su madre cuando pequeña, dando pequeños pasitos tras los de la morena en cuanto esta se movía.

Hye Jin: Creo que ayudarías más si me dieras un poco de espacio. –Pedía mientras salteaba el tocino sobre el fuego de la cocina.−

Wheein: Es cierto que tienes experiencia al cocinar.

Hye Jin: Y eso... ¿Te gusta? –Preguntó sin dejar de mezclar alimentos en cuanto una pequeña sonrisa torcida se dejaba ver en su expresión.−

Wheein: Claro que sí−Respondió con una gran sonrisa.− Así puedes alimentarme.

Hye Jin: ¿Sabes perfectamente cómo sacar provecho de todo verdad?

Wheein: Eso es lo que hace de mí una chica inteligente. –Comentó con un cómico tono soberbio.−

Hye Jin: ¿Cuánto más vas a aprovecharte de mí?

En ese segundo tanto sus ojos como el color en el tono de su voz se volvieron más intensos e insinuantes y sus manos dejaron de moverse. Siguiendo su dinámica, Wheein quien estaba detrás de ella asomó su rostro por sobre el hombro de la menor y murmurando con aterciopelada impronta de palabras le entregó su respuesta.

Wheein: Aun estoy meditándolo.

La voz de la mayor aun lado de su rostro le llenaba de un calor que parecía extenderse en su pecho. Si actuara solo guiada por sus instintos, la morena habría dado vuelta en ese mismo instante para precipitarse sobre ella y recostarla sobre la pequeña mesita de la cocina o estrecharla contra una pared, pero ya había notado que Wheein no parecía ir tan rápido como ella y todavía lo que la mayor pensara o sintiera era un extraño acertijo para ella, así que reprimiría tanto sus impulsos como fantasías para darle a su compañera espacio y tiempo de aclararse.

Hye Jin: Pues, espero que lo resuelvas pronto. –Concluyó.− ¿Puedes preparar la mesa mientras llevo esto al horno?

La mayor asintió con una extraña sensación al percibir lo distante que fue la actitud de la menor con ella de pronto.

Cuando la mesa estuvo preparada, la menor revisó por última vez la puerta del horno, encontrándose con que el queso ya parecía gratinado.

Hye Jin: ¡Esta listo!

La noticia hizo aplaudir a la dueña del departamento que como para variar estaba hambrienta. Montando los platos con delicadeza y calma la menor cursó cada paso para que los dos platos lucieran como una obra de arte. La mirada de Wheein brillaba como si jamás hubiera visto preparación más sublime, poniendo ambas porciones sobre la mesilla la morena se sentó casi desplomándose sobre el suelo, al parecer la cocina si bien le fascinaba, también le agotaba un poco.

Wheein: ¡Sí! ¡A comer!

Al dar su primer bocado, persistentemente la mirada de Hye Jin esperaba la reacción de la mayor, que masticaba deteniéndose de su forma minuciosa captaba cada textura, sabor y consistencia de lo que había metido a su boca, y si sus ojos ya brillaban al ver el platillo luego de probarlo parecían emitir destellos de luz.

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