CAPITULO 3

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James:

Di una vuelta por todo el ambiente, me bebí solo dos cervezas pensando en que estaba perdiendo una noche de mi vida aquí, la música era un asco y todos eran demasiado niños. Fui a buscar a Hayden cuando me tope con unas piernas de otro mundo, no pude resistirme a darle un repaso con la mirada.

-Bonitas piernas.

-No puedo decir lo mismo de ti- vale, que me vacilara así me puso aun más. Rezaba para que fuese mayor de edad.

-¿Quieres una cerveza?

-Aceptada, pero no te creas que por eso me vaya contigo a la cama. Deberás de ganártelo.

Joder, se me abrieron los ojos con esa contestación, fui rápidamente a por otra cerveza para la chica más impresionante de toda la fiesta, ahí estaba ella sentada en la arena esperándome a mí, me encanta ver eso. Me senté junto a ella y le ofrecí la cerveza.

-¿Me podías dar las gracias por hacerte la mejor compañía de toda la playa, no?

-Deberías dármelas tu campeón. ¿No eres del instituto verdad?

MIERDA ¿¡Pero como una tía así de bien puede tener menos de 18!? No lo entendía.

-Voy a la universidad, siéntete orgullosa de que un mayor quiera algo contigo.

-No eres el primer mayor que quiere algo conmigo, ni serás el ultimo.

Vale, iba a romper mi regla, parecía mayor de edad, no era mi culpa, era suya por desarrollarse tan bien.

-¿Cómo te llamas?

-Brooke. La que hoy no le apetece acostarse contigo.- Me guiño el ojo, EL OJO, me estaba conteniendo con esa chica, joder, hasta me estaba volviendo pequeño a su lado, eso me gustaba.

-No he dicho que quiera acostarme contigo, niñita.

-Tengo 17 años, porque me saques un poco de edad no soy ninguna niñita.

Al decir eso se levanto, pero no, esto no iba a acabar así, quería su número. La alcance y le mire a sus ojos, eran preciosos, no me había fijado antes, pero aquella chica era preciosa, todos sus rasgos eran perfectos.

-No suelo ser así, pero tienes algo que no se- vale me estaba poniendo nervioso delante de una chica de 17 años. James tienes 22 años, compórtate. Me sacudí el pelo buscando algo coherente que decir.- Dame tu numero.- ¿Soy gilipollas? Si no hace falta que respondáis por mí.

- Claro que no te voy a dar mi número. Sigue buscando presas.

Y así sin más se fue. Maldita Brooke, quería algo de ella, deseaba besarle, pero bueno ya llegara otra noche y conseguiré a otra tía. Solo tiene 17 años, no es tanto para mí. O eso creía yo.

Mandé un mensaje a Hayden para poder largarnos ya de ahí, a los 5 minutos por fin me contesto, que ya venia que se estaba despidiendo de su hermana. Tenía ganas de contarle que había conocido a una chica preciosa, de ojos verdes, con el pelo ondulado de un marrón claro, con su lunar en la parte derecha superior del labio, y...

-¡Embobado!- Joder Hayden que inoportuno- ¿En qué pensabas?

-En que esta noche ha sido un desperdicio.- Pensé mejor en no contárselo, seguro que se reía de mi y se lo contaba a su hermana para que averiguara quien era. Saque de mi bolsillo un porro que aun no me había podido fumar con mi amigo y empezamos a fumárnoslo antes de subir al coche.

Llegamos a casa y lo primero que hice fue meterme en la ducha, mi cabeza estaba en otro lado, no paraba de pensar en Brooke, así que decidí darme una ducha fría y luego llamar a alguna chica para que viniese a mi casa.

DESASTRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora