Esto no debió pasar
El timbre en su hogar fue el sonido que lo llevó a su perdición, lo supo desde el inicio.
Salió de su habitación con semblante gélido, se acercó a su madre quien estaba en la cocina y sonrió para ella, besándole la mejilla.
— No llegues tarde —murmuró la mayor.
— Tú duerme, llevaré mi llave —respondió el tatuado.
Una vez fuera de su casa, se encontró con Jamia, Lindsey, Alicia, James, Matt y Bob.
— Vámonos. —Ordenó Jamia, caminando primero, siendo seguida por las otras mujeres.
Frank se fue con los hombres, pero Bob y James iban platicando animadamente de quién sabe qué cosas, y Matt sólo escuchaba.
— ¿Estás bien? —preguntó el castaño.
— Sí, sólo... —el tatuado suspiró pesadamente—, ...sólo pagaré esa tonta apuesta y me iré a casa.
— Lo lamento. —Susurró y agachó la cabeza.
— No es tu culpa, Matt. No importa.
— Es que si yo no les hubiera dicho esto no estaría pasando —exclamó arrepentido.
— Y si yo no hubiera aceptado esto no pasaría.
— Posiblemente ahora estarías con Gerard, besándose, teniendo sexo tal vez, para luego ser novios y amarse y casarse y tener hijos, y entonces me presentaría a...
— ¡Ya entendí, Matt! —alegó Frank, interrumpiendo a su amigo que ya había creado toda una historia de él junto a Gerard.
El simple hecho de mencionar su nombre le hacía pensar en él. No sabía si calló a Matt por hablar demasiado, o por no querer seguir escuchando aquello. Porque joder, tenía razón. De no haber cometido la estupidez de aceptar, quizás podría estar con Gerard.
Jamás odió tanto que dijeran "el hubiera no existe".
— Entren, rápido.
La voz chillona de Jamia le hizo levantar la vista, encontrándose en una calle completamente desconocida. ¿Cuánto tiempo caminaron?
Se encontraban frente a una casa vieja, desgastada por los años. Una puerta de madera deteriorada, rasgada en algunas partes.
Sólo había un poste de luz cerca, y la lámpara de éste no funcionaba bien, por lo que no existía luz que iluminara la calle, dándole un aspecto hasta cierto punto tenebroso.En la otra acera, terreno abandonado tomaba lugar, donde hierbas secas y descuidadas era lo único que se veía.
— ¡Rápido, Frank! —gritó Lindsey.
Cuando giró nuevamente su vista hacia la casa, se dio cuenta que ya todos estaban dentro. Corrió hacia allá y entró, cerrando la puerta a sus espaldas.
El humo de los cigarros, la marihuana, cocaína y otras drogas que no distinguía lo hicieron toser un poco. Buscó a Bob con la mirada, encontrándolo cerca de una puerta aún con James. Fue con ellos y se quedó ahí, sin saber qué hacer.
Luego de unos minutos, divisó a Alicia y Lindsey tomando a Jamia del brazo, pues ésta estaba hablándole a un hombre que no conocía. El tatuado se acercó, esquivando a los demás ebrios y drogados.
Jamia se giró, viéndolo a la cara. Le sonrió maliciosa y luego se giró nuevamente hacia el hombre desconocido, susurrándole algo en el oído. El hombre volteó hacia Frank y lo analizó de pies a cabeza. Con zancadas grandes se acercó hasta él y lo tomó del cuello de su camisa, arrastrándolo con una fuerza impresionante hacia un cuarto.
Frank daba manotazos en un intento de zafarse, pero le era imposible, un golpe en su pómulo derecho lo hizo marearse, a punto de estar inconsciente.
Fue lanzado al suelo sin piedad alguna.El hombre salió y se quedó solo, desconcertado.
Enseguida, dos hombres que no conocía entraron. Abrió sus ojos por instinto y lo único que supo después, fue que estaba completamente desnudo, siendo penetrado con fuerza mientras lágrimas de dolor y gemidos involuntarios escapaban de sí.Luego salió ese hombre y el otro lo alzó por los hombros, quedando hincado. Sacó su hombría y la metió completa a la boca del tatuado, quien se atragantaba continuamente. Alejó su cabeza rápido, escupiendo al suelo y llorando todavía.
Tres mujeres y un hombre más entraron después. El hombre le golpeó el rostro interminables veces, donde la sangre escapaba se su cara al instante.
Una mujer se arrodilló a su lado y comenzó a lamerle la sangre, para después continuar en todo su pecho. Mientras al mismo tiempo, otra mujer le lamía el pene. Desde el comienzo hasta la punta, a veces tomando un trozo de piel con los dientes y jalándola, con ayuda de sus manos.
Las mujeres se alejaron de él y fueron con los otros hombres. La chica restante se acercó a Frank completamente desnuda, alineando el miembro de él en su entrada y sentándose en un ágil movimiento. Comenzó a moverse de arriba hacia abajo, gimiendo tal cual estrella porno.
No pasó mucho tiempo cuando salió de él. El cuerpo del tatuado estaba deshecho. Rasguños, golpes, cortes y sangre en todo el rostro le acompañaban. Sudor y suciedad de todos los que ya lo habían tocado estaban impregnados en él.
Retorciéndose de dolor se movió hacia la orilla de la habitación, pegándose a la pared. Intentó calmarse, pero todo fue en vano cuando los tres hombres que aún seguían allí lo tomaron de los brazos.
Suplicó y lloró por piedad, para que ya no lo lastimaran, pero de nada sirvió.
Lo obligaron a ponerse en cuatro, pero como no podía sostenerse, las mujeres lo sujetaron. Una, dos, tres estocadas. Sin piedad los hombres se turnaban para penetrarlo. Tomaban sus caderas con fuerza y movían su miembro rápidamente dentro del tatuado.
Gritos desgarradores salían de sí. ¿Por qué le hacían esto? ¿Dónde estaban sus amigos? ¿Dónde estaba Gerard? ¿Por qué nadie lo ayudaba?
¿¡Qué hizo mal?!
Fuera de esa habitación, Matt y Bob intentaban abrir la puerta con golpes. Estaba atrancada. Jamia sólo reía victoriosa y arrogante recargada en la pared, sin despegar la vista de esa puerta.
— ¡Abre la maldita puerta! —Gritó desesperado Matt.
— ¡No lo haré, maldita sea!
— ¡Ya basta, Jamia!
— ¡Frank no merece esto!
Los gritos de Alicia, Lindsey, Matt y Bob eran insistentes. Se suponía que eso no iba a pasar. Esto no debió pasar.
Frank suplicaba entre sollozos, se sentía desfallecer. No resistiría más. Sus brazos dejaron de funcionarle, estrellando su cara en el suelo. Lo levantaron, pegándolo a la pared. No se detenían. Ya no existía un razonamiento por parte del tatuado, ni siquiera sabía si respiraba todavía.
Y de un momento a otro... Todo se volvió negro. Dejó de gritar, dejó de ver, dejó de sentir... Se desplomó en un segundo.Los hombres y mujeres dentro salieron corriendo de la habitación.
— ¡Se puso mal! ¡Se desmayó!
Gritaban asustados. Matt y Bob corrieron hacia dentro, encontrándose con un Frank desplomado en el suelo, siendo acompañado por un chorro de sangre que emanaba de su cabeza...
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Se supone que lo publicaría mañana...
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Actor |Frerard|
FanfictionGerard Way es un reconocido actor pornográfico. Frank Iero... Bueno, él no es más que un adolescente con cambios hormonales.