Día 13: Con el pasivo arriba.

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Kyoya salió del baño secandose el cabello con la toalla alrededor de su cuello y sólo en unos bóxers color blanco, una ducha caliente fue lo mejor que algunas vez hizo en toda su vida, mucho más después del trabajo. Entró a la habitación, donde Ryuga estaba boca arriba en la cama y con los ojos cerrados, él se había bañado primero, y pensó que ya estaría listo para irse a dormir. Lo miró desde la puerta por unos segundos con una ligera sonrisa, el pobre se había estado esforzando de más para obtener la aprobación de poder construir otra empresa en unos de los terrenos sin uso del país, para poder ampliar más la producción y los requisitos de una vida feliz. Merecía ese descanso.

Se fue acercando, ver a Ryuga reposar de esa forma, tan calmado, era uno de los placeres más grandes, tanto que sería un pecado el privarselo. Ryuga sólo llevaba una toalla de un blanco puro en la cintura, su cabello despeinados, algo húmedo, casual, algunos mechones se le iban a la cara, su expresión al dormir siempre fue tranquila, serena, como la cara de un niño al descansar, bajó su vista hasta su pecho, subía y bajaba al compás de su pesada respiración, ese pecho lleno de tinta que tanto le gustaba, ese abdomen marcado y bien definido, brazos fuertes y esculpidos, también llenos de tinta imborrables. Estaba más guapo que antes, debía admitirlo. Con el pasar del tiempo, la madurez de Ryuga había crecidos, y con él, su atractivo, su mandíbula más ancha, sus voz incluso se volvió un poco más gruesa, su cabello algo menos rebelde, pero con esa escencia que sólo Ryuga sabía mantener. Sinceramente, no había algo que quisieras cambiar de ese, ahora, hombre. Era total y absolutamente perfecto.

-Hey...- lo llamó sutilmente sentándose a su lado en la cama, no quería despertarlo, pero si no se vestía, había una posibilidad de que terminara pescando un resfriado, y no estaban en el mejor momento-Ryu...- llamó con sutileza, una costumbre muy infantil a su criterio, era la forma en la que le salía llamarlo de vez en cuando, pero mientras sólo Ryuga lo escuchara era suficiente. Se montó en su vientre, colocando las manos en su pecho amplió mientras lo acariciaba, tragó duro y sacudió su cabeza, concentrandose en lo que hacía, tener algunos días sin algo de acción ya lo estaba haciendo perder la cabeza- Hey~ - le besa la mejilla con insistencia, una​ y otra vez, Ryuga se quejó ligeramente, luego sonríe y entreabre los ojos para ver el hermosos color zafiro del chico frente a él.

-¿Qué sucede?- preguntó arrastrando las palabras.

-Vas a resfriarte- dice serio, Ryuga se estiró tanto como pudo con Kyoya aún sobre él, estiró sus brazos y de un tirón los dejó a cada lado del cuerpo de Kyoya, y ambos se miraron durante nos segundos, pero cuando Kyoya quiso levantarse para dejarlo vestirse, Ryuga se lo impidió.

-Bésame...-- pidió cual niño pequeño jalando lo más hacia él, Kyoya rió ligeramente, mostrando sus ligeros colmillos.

-Debes vestirse para irnos a dormir, ya es tarde- respondió aún con una ligera sonrisa, ver a Ryuga desde arriba, le era realmente inquietante, en el buen sentido de la palabra.

-Quiero que me beses, y tal vez, después, dormiremos- Kyoya se hizo el pensativo, viendo hacia el techo, un apretón en sus caderas lo hizo volver a ver a Ryuga, quien lo miraba impaciente, sus cejas casi juntas y haciendo una graciosa mueca con la boca, no importa cuando cambie ese chico, siempre iba a tener esa cara de niño que tanto le gustaba. Kyoya sonrió coqueto, antes de bajar lo suficiente para rozar sus labios contra la frente de Ryuga, lo miró una vez más, esta vez ambos serios, besó el costado de su ojo izquierdo, y fue bajando lentamente hasta sus labios, dándole un beso calmado, lento. Kyoya subió sus manos hasta las mejillas de Ryuga, sosteniéndolas con cuidado, Ryuga seguía acariciando las caderas del mayor.

30 Días OTP Challenge~ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora