Día 8: Felación.

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Advertencia: En este capítulo se verá a un Kyoya Diva Nivel Over 9000 nunca antes visto :v

Espero que lo disfruten 7u7r
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En el trabajo, era normal que Ryuga saliera con cosas extrañas de la nada. Que si quería pizza, que le provocaba un beso, un helado y hasta un pedazo de pastel, pero, había cosas que sinceramente Kyoya no sabía cómo soportarlar.

Cerca de las 12:15 de la tarde, hora en la que normalmente los empleados tiene un descanso para almorzar, Kyoya es llamado a la oficina de Ryuga por él mismo, entró confundido, pues ellos comian juntos fuera, pero siempre era casi al tiempo de terminar el horario de comida, al menos en el caso de Kyoya.

—¿Qué sucede?— dijo el peliverde al entrar, Ryuga estaba jugando distraído con un bolígrafo, y cuando alzó la vista Kyoya notó un brillo extraño en ellos, no le daba buena espina— ¿Ryuga?—

—... Kyoya ¿Quieres leche?— ésta pregunta hizo parpadear un par de veces al peliverde.

¿Lo había llamado antes para preguntarle algo tan simple como eso?

—¿L-Leche?— preguntó de vuelta aún confundido.

—Si, leche— su sonrisa un poco torcida hizo a Kyoya caer en cuenta.

—¿Éste es uno de tus trucos con palabras con doble sentido?— Ryuga se mordió el labio inferior. Caminó rápidamente hasta donde Ryuga estaba, moviendo su silla y dejando sus piernas expuestas, notando así lo que tenía. Mi miembro estaba levantado, y se notaba perfectamente por el pantalón ajustado que llevaba puesto, su rostro se volvió rojo de ira y vergüenza en el instante, y se apartó cruzándose de brazos.

—¿Estás loco? ¿Cómo demonios tienes una erección en el trabajo?— un tic apareció en su ojo derecho, mientras que Ryuga sólo se encogió de hombros.

— No lo sé, estaba aquí aburrido, pensando en ti, una cosa llevó a la otra y ahora tengo una erección que no bajará hasta que hagas algo— sonrió casi con orgullo recostando su espalda en la silla, esperando que hiciera algo interesante.

—¿Y que te hace pensar que yo haré algo?

—Vamos Kyoya, ayúdame, esto comienza a doler— dijo en suplica— Además, es tu culpa, tienes que hacerte cargo.

—Hazlo tu mismo, ya estás grandecito— le dió la espalda aún de brazos cruzados, despegar la vista de su miembro erecto era difícil— Además no es muy culpa.

—Me gusta más cuando tú lo haces...—el tono galante no faltó en esa oración, ese chico era muy persistente, y Kyoya era pasiente, mucho a decir verdad, pero con Ryuga, extrañamente, la pasiencia se le iba muy rápido— Bien, si no me ayudaras, iré a casa, saldré por los pasillos de la empresa caminando lo más normal que pueda con una erección en mis pantalones y dejaré olvidado toooodo el trabajo que tengo por estar rondando los pensamientos.

—Bien, bien, lo haré— dijo entre dientes— Pero detrás del escritorio, no pienso dejar que alguien nos vea.

—Como quieras~—  sonrió triunfante y se hecho para atrás, dejando que Kyoya se colocara entre sus piernas arrodillado en el suelo—Hola~ — saludó al peliverde que segura sonrojado con cara de pocos amigos.

—Debo dejar de consentirte tanto...— murmuró más para si, bajando el cierre de su pantalón.

— Adoras consentirme tanto como yo a ti, por eso haces esto— tomó las mejillas del mayor y se acercó para besarlo, mientras Kyoya seguía retirando la tela de su apretada erección, el peliverde comenzó a masturbarlo lentamente, aún con sus labios unidos, comenzó a jugar con la punta ya algo húmeda sabiendo ya que era una parte muy sensible. Al separarse Kyoya apretó los labios viendo la erección en sus manos, era realmente vergonzoso hacer eso, y más en el trabajo— Sabes que quieres hacerlo...— la voz de Ryuga lo hacía vibrar como siempre, el menor acercó un poco más la cadera hacia la cara del peliverde, restregando descaradamente la punta de su miembro sobre la mejilla derecha bien sonrojada manchandola con su escencia, para luego guiarla a sus labios e hizo lo mismo—Abre. — ordenó con voz autoritaria, Kyoya abrió sus labios después de eso y comenzó a subir y bajar su cabeza lentamente con el miembro en su boca, escuchar el ligero jadeo que salió de los labios del albino lo excitó, una de las cosas que más disfrutaba era hacerlo gemir, no eran muchas las veces que lo escuchaba, y era difícil, por lo que era algo que realmente lo encendía— No lo hagas tan rápido...— jadeó jalando un poco el cabello de Kyoya, el cual estaba muy concentrado en lo suyo, olvidándose de todo.

30 Días OTP Challenge~ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora