Extra. Max

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“Kya vive en Hyde Park”
Recuerdo una y otra vez esa maldita conversación, pero cada vez creo que tengo menos posibilidades de encontrarla.
“-Hyde Park es gigante, Simon. ¿Cómo se supone que voy a encontrarla?
-No voy a decirte más. Si de verdad la quieres, vas a buscarla por todo Hyde Park hasta encontrarla.
-Vamos, Simon...
-Buena suerte.”

Cuatro días buscándola con desesperación por todo Hyde Park, pero sé que esto es imposible, empiezo a pensar que es una mierda y que jamás la voy a encontrar.
Apuesto que ella se esconde de mí, y lo entiendo. Ella no debería acercarse nunca más, pero no puedo evitarlo, la necesito, necesito decirle... decirle tantas cosas.
Suelto un suspiro, enciendo el motor  una vez más, y recorro otras cuatro calles.
Jamás vi su coche por ninguna parte, no la vida a ella, no hay nada. Es como si hubiese desaparecido.
Llevo cuatro días como un idiota dando vueltas por todo este maldito lugar, recorrí todo el parque por toda una mañana con la esperanza de verla, recorrí éstas calles buscando su coche, pero nada, no hay absolutamente nada, y siento que esta cosa que tengo en el pecho se intensifica aún más.
Necesito encontrarla, necesito verla.
Estoy harto, histérico, y ya no puedo seguir así. Voy a enloquecer. Ella debe estar en algún lado.
Tomo mi teléfono, marco el número de Simon y suelto un insulto al notar que no responde rápido.
-¿Y ahora qué? -pregunta cuando por fin responde.
No estoy de humor para esto.
-¡Llevo cuatro malditos días recorriendo cada maldita calle de Hyde Park, y no la he visto! -grito con desesperación.
-Ese no es mi problema, Max.
Suelto un suspiro, trato de mantener la calma, pero lo cierto es que esa calma la perdí hace mucho tiempo.
-Tienes que decirme dónde está. Necesito su número por lo menos, vamos, Simon...
-Max, tienes que esforzarte un poco más. Pero, está bien... Kya vive frente a Hyde Park. ¿Contento?
Suelto un suspiro, eso sigue siendo la misma mierda de antes. No ayuda demasiado, pero reduce el rango de búsqueda.
Esto es una mierda.
Finalizo la llamada sin decir más y suelto el teléfono en el asiento del acompañante.

Tengo la computadora frente a mi, también tengo una maldita botella de Ron, el barato, para que me haga mierda más rápido. Es bonito sentir que la olvido, que la saco de mi cabeza por un par de horas, pero cuando despierto solo quiero morir, porque parece ser mucho peor.
Miro la pantalla y pongo mi atención a esa carpeta llamada “Bali”
La abro y veo algunas fotografías y vídeos.
No me atrevo a verlos, porque sé que voy a terminar enloqueciendo, pero lo hago de todos modos porque es más fuerte que yo.
Abro su foto, una hermosa fotografía en la playa... Recuerdo ese día, fue el primero en la isla, y ella sonreía por todo, se veía increíble. Y esos ojos... Esos increíbles ojos azules jamás habían brillado tanto.
Soy un maldito imbécil...
Después abro uno de los vídeos y rápidamente se me forma una estúpida sonrisa.
Ella mira a la cámara mientras que gira para mostrar la vista que teníamos desde el hotel, después aparezco yo, y ella habla levemente.
“-¿Vas a decirle algo a la cámara?
-No, claro que no -respondo con una sonrisa, y colocó la maleta encima de la cama para buscar alguna cosa.
Ella vuelve a poner el teléfono delante de su cara.
-Y ese es Max, gruñón como siempre.”
Abro el otro vídeo y sonrío aún más.
Fue nuestro segundo día en la playa, y estábamos tratando de surfear, pero éramos un maldito desastre.
“-¡No, espera! ¡No me sueltes! -grita con desesperación y yo me río.
-Kya, no voy a soltarte, pero trata de ponerte de pie.
Ella lo intenta, yo río una vez más... Recuerdo que me daba risa ver como le temblaban las piernas.
-Esto es una mierda, Max.
-Vamos, ahí  viene una..."
Hay tan pocas fotografías aquí, pero cada una cuenta algo especial, lo recuerdo como si hubiese sido ayer, y recuerdo también que todo fue perfecto, que era sólo yo, solo Max, creo que esa vez si fuí el Max que ella siempre soñó.
“-Oh.... Mira...
Kya se acerca al pequeño mono, o cómo se llame ese animal, solo recuerdo que estaban por todos lados y que eran una molestia la mayoría del tiempo, y después trata de tocarlo, pero el avanza rápidamente y Kya da un gran brinco hacía mí, luego, lo único que se oye es mi risa.
-No es gracioso, Maxwell.
-Claro que lo es.”

Abro esa foto en la que los dos sonreímos a la cámara, estabamos en la playa, yo la cargué en mi espalda, ella me abrazó y como pude tomé la foto.
Nunca me tomé el tiempo suficiente para analizar todo lo que sucedió en ese viaje, pero ahí quería proponerle matrimonio, y cuando quise hacerlo sentí que no era necesario, todo era perfecto así, malditamente perfecto así como estaba. Éramos felices, más que eso...

Bebo otro poco de Ron y después tomo mi teléfono celular. Puedo abrir esa galería y torturarme aún más con todas las fotos que tengo de ambos y de ella, pero eso solo terminará en desastre porque enloqueceré, no me voy a poder controlar.
Marco el número de Simon una vez más y espero. No voy a conseguir nada, pero necesito... Ella no pudo desaparecer así.
-¿Qué demonios quieres?
-Simon...
Él suelta un suspiro, y yo otro. Podría gritarle mil cosas, pero ya no tengo fuerzas para eso.
-Kya sale a correr los sábados por la mañana. Muy temprano.
Suelto otro suspiro, uno cargado de alivio, después bebo otro poco.
-La extraño, Simon.
-Max... Si la ves mañana y notas que está bien sin tí... Prométeme que vas a dejarla en paz.
Me duele imaginarlo, pero también pensé en eso y ahora me siento aterrado.
-Está bien. Si ella me dice que me aleje... Lo haré, acabaré con todo esto y la dejaré en paz...

No he dormido en toda la noche, me duele la cabeza, quiero vomitar, apenas puedo ver por dónde estoy conduciendo, pero bebo otro sorbo del café que acabo de comprar y cuando llego a Hyde Park busco algún lugar específico para estacionar.
Son casi las siete, apenas amaneció, pero no me importa.
Termino el café con prisa, tomo mi botella de agua, me bajo del coche y sin pensarlo dos veces, empiezo a trotar. Sin estiramientos, sin nada. Por un momento siento que estoy en modo automático.
El lugar es inmenso, pero no pienso detenerme ni un segundo, sé que en algún momento voy a verla. Y francamente no sé cómo voy a reaccionar.
Ella tiene que aparecer, necesito decirle tantas cosas...
Necesito decirle lo que ella ya sabe, pero que ambos debemos escuchar.
La culpa fue mía, la perdí por estúpido, sé que no seremos los mismos, pero no puedo vivir así... La necesito conmigo, no puedo más... No quiero más de esto.

Estoy sudando, sigo en automático, bebo otro poco de agua y recorro ese circuito con atención. Hay mucha gente, mucho ruido, pero ella destacaría en cualquier lugar. Y lo cierto es que me aterra no verla aquí esta mañana. No sé qué haré si no la encuentro.
Jamás imaginé que haría esto, antes era aún más imbécil, y sabía que ella regresaría para solucionar el problema, pero ahora... Ella dejó de ser una niña frágil, ahora es diferente y sé que va a destrozarme un millón de veces cuando me diga que ya no me quiere en su vida, porque es otra Kya, una Kya que por fin abrió los ojos y que se dió cuenta que no soy más que una miserable basura...

Otros diez minutos más, la música sigue sonando en los auriculares, pero solo tengo sus palabras en mi cabeza, me atormentan una y otra vez y noto que no estoy prestando atención suficiente al lugar.
Me detengo en seco, trato de recuperar el aliento, bebo otro poco de agua, apago la música, y cuando observo a mi alrededor, finalmente la veo al otro lado de la fuente, bastante lejos de mi, pero es ella.
Reconozco su cabello algo rubio de inmediato, veo su perfil, esa inconfundible nariz casi perfecta, y esa cara de concentración.
Sí, estoy lejos, pero lo poco que puedo ver desata miles de imágenes en mi cabeza, hace que mi imaginación me vuelva aún más loco. Claro que es ella y este es el momento en el que debo enfrentarme a mí mismo y a toda mi mierda, o es el momento en el que me vuelvo un cobarde y me resigno a perderla...
-¡Kya!

KYA 2 - Deborah Hirt ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora