Tony estaba agotado. Pepper fue realmente cruel al tenerlo en aquella terrible Junta y luego lanzarlo a su oficina para tratar con un montón de papeleo. Pepper fue muy clara; más te vale dejar todo listo este día o te juro que de un castigo no te salvas. Claro, como si existiera un castigo peor que estar aplastado en una silla leyendo y firmando un puñado de hojas, aunque tampoco es que quisiera averiguarlo.
Y aunque no podía ni con su alma, su mente jamás le había dejado pasar más de cinco horas en un sueño continuo. Así que arrastrando sus pasos, se dirigió hacia su taller.
—JARVIS, ¿Estas despierto?
—Para usted, siempre señor.
—Despliega archivos del proyecto extremis y...
—Señor, si me lo permite, le recomendaria mejor que descansara. Su presión se encuentra algo baja.
—No, JARVIS. Has lo que te ordené.
La IA no respondió, pero a los segundos, un par de pantallas holográficas se aparecieron frente a él. El prototipo de su armadura estaba listo, pero aún no conseguía adaptar el extremis de manera exitosa.
Suspiró largo antes de ponerse a trabajar, pero antes de poder poner sus manos sobre el teclado, unas suaves manos se deslizaron desde sus hombros hasta su pecho.
—Creí que había quedado claro que no ibas a trabajar tan tarde. —Murmuró la melodiosa voz de la espía sobre el oído del genio, pasando su boca al lóbulo para tomarlo entre sus labios.
Tony hizo girar la silla y con una débil sonrisa, acercó sus manos a las caderas de la pelirroja, jalandola y haciendo que ella se subiera sobre su regazo, con sus piernas apresando la cadera masculina.
Nat le jaló de la corbata, observando por unos segundos esas orbes color miel, viéndose reflejada en ellos con cariño y un intenso brillo de deseo. Eliminó la distancia y con movimientos lentos acarició los labios de Tony. Sutilmente aflojó la corbata, deteniendo sólo unos segundos el beso para sacarla y continuar con esa muestra de cariño.
Tony le apretaba los muslos. Ambos suspirando, separándose sólo lo necesario para respirar. Tony ya podía sentir su ereccion palpitar, pidiendo por ser liberada y enterrarse entre la húmeda entrada de la espía, que había comenzado a mover su pelvis contra el otro.
Natasha metió las manos entre sus cuerpos, abriendo con una excelente práctica el cierre del pantalón de Tony, colando su mano entre los boxers para sacar el duro falo de su compañero.
Tony ya sobreexitado, sólo hizo a un lado el hilo de las braguitas de la chica, sintiendo como ella le dirigía a su sexo y se autopenetraba.
—¡Ah! —Gimió ella contra su oído, comenzando un sexy vaivén, moviendo ritmicamente sus caderas adelante y hacia atrás. Sonrió con satisfacción al escuchar como Tony jadeaba contra su cuello, besándolo y mordiendolo cuando el placer era demasiado.
Tony se levantó con ella entre sus brazos y la estampó contra su mesa de trabajo, tomándola del rostro, comenzando a embestir con brutalidad contra el cuerpo de la espía.
—¡Ah! Me encanta... Cu-cuando... Así, de bruto... T' pones. —Murmuró y medio gritó Natasha. Su cuerpo moviendose ante las rudas penetraciones que le hacían perder el aliento y cerrar los ojos con fuerzas por la cantidad de placer que le embargaba.
—¿Tony?
El castaño levantó su mirada, encontrándose con unos ojos azules que le miraban con sorpresa. Sin embargo, no detuvo sus movimientos.
—Estoy ocupado, Steve. —Soltó el genio con una sonrisa torcida, y clavando con sus fríos ojos al rubio contra el suelo.
El rubio frunció el ceño, su corazón palpitaba con fuerza ante lo sinvergüenza que estaba siendo el millonario. Sus ojos no dejaban de observarse, los suyo con rabia y los de Tony con desafío.
Steve estaba molesto de sobremanera. Y más lo estaba, al sentir que comenzaba a excitarse ante semejante espectaculo frente a sus ojos. El sonido húmedo que hacían ambos cuerpos al chocar le tenía en una especie de letargo. Sin embargo los fuertes gemidos de Natasha le sacaron de su estupor, haciendo que se diera la vuelta y se marchara apresurado del taller.
Tony soltó una corta carcajada, bajando la intensidad de su vaivén, mesiendose en profundas y lentas estocadas contra su chica. Bajó su rostro y besó los hombros de ella, subiendo por su cuello hasta sus labios.
Verde y chocolate colisionaron con intensidad, sin detener el acto, sintiendo sus emociones conectarse a niveles inimaginables, haciendoles estallar en un glorioso orgasmo.
Tony hundió su cabeza en el cuello de la espía, suspirando satisfecho. Nat le acarició el pelito húmedo de su nuca, dándole un pequeño beso en su oreja.
—Eres un pervertido. —Le dijo ella luego de unos segundos.
—Ni tú ni yo nos hubiéramos podido detener a estas alturas.
Nat soltó una suave risa, bajando sus piernas de las caderas del mayor, sintiendo como el miembro ya flácido aún se encontraba dentro de ella y algo de semen comenzaba a escaparse entre ambos.
—Idiota.
Tony le miró con dulzura y luego sonrió pícaramente.
—Procuraré llegar así de cansado para que me des mis mimos más seguido.
Ninguno fue consciente del momento que el deseo les arrasó, y terminaron con esos encuentros furtivos durante las noches. Tony había encontrado refugio en ella luego de que Steve hubiera decidido que estar contra el mundo era lo que quería. Así que resentido y completamente perdido, Natasha le ofreció su mano y se mantuvo a su lado. Y aunque ninguno lo dijera, ambos parecieron perder algo de su cordura, el dolor los destrozó y les volvió fríos y poco sentimentales, excepto con ellos mismos.
Una sonrisa malévola era el nuevo rostro de los Vengadores.**********
Confieso que me he enamorado de ellos :3
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One Shots/Drabbles //MARVEL
FanfictionIdeas improvisadas, que obviamente llegan sin avisar.