El Partido de Tenis

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Tony era un pequeño niño que no estaba interesado en nada más que en destruir y construir cosas. Los electrodomésticos en la casa de Jarvis habían sufrido muchas veces las consecuencias de las pequeñas manitas inquietas del pequeño Stark.

Tanto Ana como Jarvis estaban contentos con el pequeño. La mayoría del tiempo lo cuidaban debido a la ausencia de los padres biológicos; los millonarios eran... Bueno, excéntricos, y no tenían tiempo para hacerse cargo del niño.

Así que, de todos modos Tony era feliz. Con Jarvis no tenía demasiadas restricciones como con su padre Howard. Su padre era molesto y no lo dejaba hacer lo que quería porque un niño cómo él debía "comportarse y tener modales".

Jarvis no se molestaba en pedirle al niño que no fuera travieso, sabía que aquello era parte de su sangre, de ser un niño genio como había demostrado muchas veces. Tampoco se molestaba en obligarlo a hacer cosas "normales," como ver televisión, jugar, salir al jardín y ensuciarse. No. A Jarvis le gustaba verlo ser él mismo.

Mientras tanto, durante las tardes, Ana y Jarvis solían pasar un tiempo viendo televisión. A Ana le gustaban mucho los partidos de Tenis, así que era una costumbre sentarse juntos y tomar un té con galletas mientras los miraban.

Una de esas tantas tardes, Tony fue atraído por un agudo grito de emoción de parte de Ana. Curioso, el pequeño se acercó y miró de la pareja a la televisión por un par de veces.

—¿Qué es eso?—preguntó señalando la televisión.

—Oh—se sorprendió la mujer y luego sonrió—, es un partido de tenis.

Tony asintió, y sin despegar su mirada de la televisión se sentó a lado de la pareja, la cuál estaba bastante sorprendida de verlo así, interesado en algo más que no fuera ciencia y mecánica.

Tony se sentó con su espaldita recta y sus manos juntas sobre sus piernas juntas. Estaba bastante atento y pronto logró comprender la dinámica del juego. No le parecía divertido en realidad, pero una de las mujeres que jugaba lo sorprendió un par de veces. Mientras que él había predicho una derrota, la jugadora hizo algo totalmente impredecible salvando la jugada, así que eso era lo que lo tenía atento.

—¿Quién es ella? La rubia—señaló el menor.

Ana sonrió con calidez, feliz de compartir ese tiempo con el pequeño y que este estuviera interesado.

—Ella es Stephanie Rogers, una de las mejores jugadoras actuales, y la más joven.

Tony asintió y no volvió a preguntar más.

Y así la tarde pasó, el partido terminó, luego cenaron juntos y la hora de dormir llegó más rápido de lo pensado.

Cuando Jarvis arropaba a su pequeño amo, este lo miró fijamente.

—¿Jarvis?

—Sí, dime—Jarvis terminó de acomodar la cobija alrededor del niño y lo miró con atención.

—¿Podemos ir a un partido de tenis de la señorita que vimos en la tele?

Jarvis se quedó de piedra varios segundos. El joven Anthony nunca había hecho alguna petición similar antes. Estaba gratamente sorprendido.

—Bueno... No lo sé, supongo que algún día podríamos.

Tony asintió.

—Llévame a uno de sus juegos, es una orden.

Jarvis sonrió ligeramente e hizo una breve inclinación.

—Lo que el joven amo ordene.

Besó la pequeña frentecita y le dio las buenas noches.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2023 ⏰

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