Las frases en cursiva representa que el personaje habla en griego clásico
El estruendo del timbre la sobresaltó, obligándola a levantar los ojos cansados de ese libro donde se había perdido sin poder evitarlo. Mirada esmeralda teñida de extrañeza que se clavó en el reloj despertador donde brillaban los números marcando las diez de la noche, no esperaba a nadie y menos tan tarde.
Miró su teléfono, quizás alguien le había avisado de su inminente visita y ella, enfrascada en su mundo de dioses y hombres que conviven, que luchan en guerras épicas que traspasaron la línea del tiempo, no había prestado atención. Mas no había mensaje alguno mientras el timbre volvía a sonar e inconscientemente una sonrisa apareció en su rostro intuyendo quién podía ser su visitante.
Se levantó perezosa, estirando sus miembros endurecidos y agarrotados, dejando el libro sobre la cama y, a paso seguro, salió directa a la puerta de la entrada rascándose la cabeza intentando colocar sus cabellos rebeldes.
Abrió de golpe justo cuando el timbre sonaba una vez más, encontrándose de frente con Clarke, ensanchando su sonrisa ya que no la esperaba, no esa noche. La rubia ante ella clavó su mirada del color del mar bravío en sus ojos verde esmeralda, arrebatándole el aliento una vez más, sonriendo sin poder contenerse cuando unió sus labios en un cálido beso, suave y dulce, un beso que duró solo unos instantes antes de volver a quedarse perdida en sus pupilas mientras la arrastraba hacia el interior de su morada, sintiendo como el corazón se le desbocaba en el pecho ante su aroma, su cercanía.
Sus manos se enredaron como si de un efecto reflejo se tratase, los ojos de Clarke brillaban como los de una niña que ha cometido una travesura mientras Lexa la observaba sin poder evitar perderse en su contorno, en lo hermosa que le parecía cada vez que la veía, sintiendo el hormigueo tan característico del deseo creciendo en su vientre.
En cuanto el rostro de Clarke se convirtió en el anticipo de una carcajada, decidió que era el momento de romper el silencio y descubrir que extraño motivo había llevado a la muchacha a presentarse en su casa sin avisar.
-¿Qué haces aquí Clarke? No te esperaba
-¿Estabas muy ocupada?
-Estaba leyendo un poco, tampoco es que estuviese ocupada, es más me alegro mucho de verte, esta semana apenas hemos coincidido
-Bueno, estaba en casa, te echaba un poco de menos y pensé, noche de pizza y una película con mi castaña obsesionada favorita
Lexa empezó a reír ante dicha respuesta, atrayendo a la joven en un dulce abrazo y besando su frente con ternura.
-Así que quieres ver una película, está bien ¿Alguna en particular?
Con una luminosa sonrisa, Clarke rebuscó en su bolso sacando instantes después un DVD completamente feliz, provocando que Lexa frunciese el ceño al no reconocer el título de la misma.
-¿V de Vendetta?
-Aun no me puedo creer que no la hayas visto... Recuerden, recuerden el cinco de noviembre... Ves a pedir la pizza que yo la preparo
Sin darle tiempo a replicar, se adentró en su salón dispuesta a poner esa película dejándola sola en la entrada unos instantes, hasta que despertó del trance de felicidad que se instauraba en ella cada vez que Clarke llegaba arrasando todo su mundo a su paso.
Cogió el teléfono llamando a la pizzería con una sonrisa mientras se metía en la cocina y servía dos copas de vino. Con la cena ya encargada, se reunió con la rubia en el comedor, esta estaba sentada con los pies encima del sofá, abrazando con fuerza un cojín y en su rostro se leía la más pura excitación infantil, estaba completamente eufórica por poder enseñarle a Lexa su película favorita.

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Mil Vidas
Fiksi PenggemarAU Clexa, adaptación de un fic swanqueen también escrito por mi: ¿Quien es esa mujer con chaqueta de cuero? ¿Por qué le resulta tan familiar? Son preguntas que Clarke se hace nada más verla, su nombre Lexa Woods y la familiaridad que evoca es demasi...