- Ya está listo. - dijo mientras apartaba las manos de mi frente y me miraba atentamente.
Al final no fuimos a urgencias, Aaron decidió ponerme los puntos de aproximación. Nunca antes me habían puesto puntos, está era mi primera vez y la verdad, no era para tanto, no duele como dicen.
- Es la primera vez que me ponen puntos. - digo mientras cerraba las piernas. El me miraba todavía detenidamente la frente por si se saltaba algún punto o si había algún fallo. Su mirada era inquietante, daba hasta algo de miedo cuando estaba muy concentrado.
- Así que... ¿Tu primera vez? - dijo volviéndose a acercar a mi. Se puso cerca de mí como antes, como si fuese a verme otra vez la herida. Esta vez es diferente, me miraba a los ojos como queriéndose meter en mi mente. - Me alegra de que haya estado yo aquí.
- Si... Supongo que si. - dije mientras intentaba controlar mis nervios. Estaba muy cerca, incluso poco a poco se estaba metiendo entre mis piernas. Mi pecho cada vez subía y bajaba más rápido y, me estaba poniendo de los nervios. Necesitaba que se apartará como sea. - Aaron, ¿Puedes traerme un vaso de agua? Me estoy empezando a marear.
Aaron se apartó de mí y fue hacia la nevera. Mi corazón seguía latiendo demasiado deprisa para mi gusto y no quiero que eso siga así.
Me trajo el vaso de agua, pero esta vez guardó las distancias. Me bebí el vaso y me quedé mirándolo. Estaba intentado decirle que ya no necesitaba su ayuda, que ya se podía ir a dormir, ya que mañana tenía que ir a trabajar muy temprano pero, al ir a decirlo, su perro apareció de repente.
Era el perro más mono que he podido ver y me encanta. Se me acercó y empezó a chuparme el brazo.
- Eres la primera persona que le cae bien, en menos de 8h.
- Suelo caerle bien a la gente. Bueno, a excepción de su compañero de policía.
- Bueno, el es un caso a parte. - se acercó a mí y me ayudó a bajar de la isla de la cocina para llevarme a mi habitación. Aun seguía con los mareos pero podía caminar bien y sola, pero se empeña en ayudarme.
Me llevó a mi cuarto, y al llegar allí me sentó en la cama.
- Te he dado una pastilla para el dolor, cuando te levantes por la mañana, las encontrarás al lado de mi número de teléfono. Si sientes cualquier dolor, tomatela, no te guantes el dolor.
- Vale, lo haré. Buenas noches Aaron. - dije metiéndome en la cama para ponerme a dormir.
- Buenas noches. - dijo medio cerrando la puerta. - Bruno, ¡Sal! Dejala dormir.
El perro no se movía de mi lado, creo que no tenía muchas ganas de moverse.
- Creo que Bruno, quiere pasar la noche conmigo. ¿No es así? - dije mientras miraba al perro, este ladró y se sentó en el borde de la cama.
- Traidor. - dijo Aaron desde la puerta. El perro soltó un pequeño ladrido como si fuese de dolor, así que acaricie su espalda y se le pasó en seguida. - Mañana vamos a hablar tú y yo. - dijo mirando al perro atentamente mientras cerraba la puerta. ¡Se ha puesto celoso! ¡Qué tierno!
Me tendí en la cama y esta vez, me dispuse a dormir.*****************
Bruno se empezó a mover en la cama, haciendo que me desvelase. Al levantarme, al principio me encontré extraña, ya que echaba de menos mi habitación de antes. Me levanté, cogí mi móvil, y me fui a la cocina.
Allí en la cocina, me encontré la bolsa con el pan para hacerme la tostada y todo lo que me dijo Aaron que me dejaría: sus números de teléfono, las pastillas y una nota.
Aaron 💓
Puede que hoy no vaya a comer por problemas de trabajo. Puedes hacerte lo que quieras. Dale por favor de comer a Bruno (lo notarás cuando se ponga a perseguirte por toda la casa y a empezar a llorar)
Antes de acabar la nota, quiero que añadas mi número de teléfono y que me llames.