Había pasado un fin de semana espectacular. Había estado con todos mis amigos y.... Por la noche con Aaron.
Estoy tan agusto con el, todavía no me puedo creer que hayamos terminado los dos en la misma cama y no para dormir.
Cuando se lo conté a Jimena, ella se puso a dar saltos de alegría y a chillar. Ella era dos años más grandes que yo y ya la había perdido pero cuando yo le comenté que yo seguía siéndolo... Bueno ¿que chica con 17 nunca ha tenido un novio?
Me diréis que los novios o los chicos llegan cuando llegan pero... ¡Es que hay niñas de 13 o 14 que ya han hecho incluso más, que una chica que tiene 17 o 18! ¿Pero en que mundo vivimos?
Hoy estaba súper nerviosa. Era mi primera noche en mi segundo trabajo y no se lo había dicho a nadie. Estuve hablando este fin de semana con Hannah de que tenía muchas ganas de que fuera a trabajar con ella.
Cada vez, llegaba más gente al Bar de Gloria, e incluso la caja subía y subía y teníamos que estar metiendo dinero en una caja porque ya no cabía en la caja registradora. Gloria me decía que yo era un milagro caído del cielo, que le había traído mucha alegría a este barrio.
Cuando termine de trabajar, un tenía unas horas antes de entrar en Luna Nueva. Así que le envíe un mensaje a Aaron diciendo que me dirigía a casa.
Cuando llegué, metí la llave en la cerradura y escuché las risas de una mujer. Me quedé algo estática. No me lo esperaba.
Aún así abrí la puerta y encontré a Aaron abrazando a otra mujer. Cuando me vio llegar, se apartó de ella y me miro con su maravillosa sonrisa.- ¡Ya estás aquí y justo a tiempo! Cathina, ella es mi hermana Rosalía.
Me quedé mirando a su hermana. Se parecían muchísimo, las mismas facciones de la cara, los ojos del mismo color... eran idénticos.
- Encantada de conocerte Rosalía. - dije mientras le daba dos besos en la mejilla.
- Yo también me alegro de conocerte cuñada. - ¡Hola!
- No somos novios aún, Rosalía. - ¡Aún! Me voy a desmayar. - Mira lo que has conseguido, has puesto que se ponga roja. - dijo Aaron acercándose a mi y dandome un abrazo.
- Lo siento mucho Cathina, pero hace mucho que mi hermano no sale con alguien y me hace mucha ilusión. - cuando se empezó a reír, vi que a pesar de tener un pañuelo, se podían ver un moratón bastante feo en el cuello.
- ¿Os apetece tomar una taza de chocolate caliente? - Rosalía se puso muy contenta y Aaron sólo sonrió y me lo tomé como un sí. Seguí pensando o como pudo hacerse eso... - Aaron, ¿puedes venir a la cocina?
Cuando llegó a la cocina, su cara al contemplar la mía, cambió radicalmente.
- ¿Qué pasa? ¿A ocurrido algo?
- Se que no tengo derecho a decírtelo, pero sabes coño soy y que me preocupo por todo el mundo... pero me ha parecido verle algo extraño a tu hermana en el cuello y parecía...
- ¿Un Moratón? - cuando el acabó mi frase, me quedé sorprendida. No sabía como iba a reaccionar ni nada por el estilo, sólo llevo viviendo con el dos meses y en ese tiempo, no se conoce a una persona para nada. - No me siento cómodo al decirlo pero... Mi hermana lleva recibiendo palizas muy a menudo de su marido.
Y eso fue lo que me mató. ¿El marido de su hermana le pegaba y ella no hacía nada para remediarlo?
- Pero Aaron...
- Ha venido a casa para que la ayude. Yo me acabo de enterar también y estoy intentando no peder los estrivos. - Pero ya los había perdido, su puño se había cerrado y se había vuelto blanco. Intenté llegar hasta él pero, ya era demasiado tarde, había salido medio corriendo hacia el salón donde se encontraba su hermana y había comenzado a chillar.
No lo había visto así nunca, no sabía que hacer y para colmo tenía que irme yme ahora no lo podía interrumpirMe dirigí a la puerta para irme, pero me sentía fatal por lo que había hecho. Si no le hubiera dicho nada, hubiese seguido tranquilo. Su hermana Rosalía con los ojos llorosos mientras su hermano le gritaba, alzó la vista y se me quedó mirando. Ella con un gesto, me dio a entender que estaba bien y que me fuera. Cerré la puerta de casa y me quedé ahí un buen rato. Mis piernas no se movían y mi cabeza no paraba de recordar a Rosalía llorando y a Aaron gritando.
Salí del bloque y me dirigí a Luna Nueva.Todo igual que la última vez que estuve y en cuanto llegue a la barra, Hannah salió corriendo de detrás y se acercó a mi.
- Por un momento pensé que no llegarías.
- ¿De verdad? Yo si digo de hacer algo, lo hago así que... Voy a ir a ponerme la ropa y ahora vuelvo.
- ¡Esa es la actitud Cathina!
Me dirigí a los pasillos de la otra vez, entre en la sala y había una chica cambiandose medio desnuda, automáticamente cerré la puerta. Mierda, mi primer día y ya la voy a empezar a liar...
- ¿Sabes que puedes entrar no? - la chica salió sin previo aviso y seguía medio desnuda. - Si has cerrado la puerta porque me estaba cambiando, no importa. Se nos ve más cuando salimos al escenario. - la chica me invito a entrar y me quedé parada esperando a que se terminará de vestir. - ¿Eres nueva no?
- Si, la verdad es que si. Nunca había trabajado en un sitio como este.
- Te acostumbrarás. No te preocupes. Por cierto mi nombre es Layla.
- El mío Cathina.
- ¿ Eres striper o camarera?
- Camarera. - ¿tengo cara de salir a bailar medio desnuda después de verte a ti medio así y salir corriendo?
- Pues bienvenida a Luna Nueva. - la chica salió de la habitación. Tengo miedo, mucho mucho miedo.