- Jimmy, no me mires de esa manera. - dije mientras me probaba unos botines. Él decía que eran de tíos, pero a mi me gustaban.
Estuve alrededor de media hora mirando zapatos y ninguno me gustaban.
- Cathina, ¿Y si te compras esos? - dijo señalando unos zapatos rojos de tacón alto.
Me enamoré de ellos al instante. Lo miro con agrado y mientras el va a pedir mi número, yo le espero en el banquito. Cuando la mujer me los trajo, me los probé rápidamente.Al levantarme estaba súper alta y eran cómodos a pesar de ser altos. Me pasee por la tienda comprobando si me hacían daño y si eran cómodos para andar y, efectivamente lo eran. Me fui corriendo a donde estaba Jimmy y casi nos caemos del abrazo que le di. Empezé a darle besos en la mejilla y mientras lo hacía, los dos reíamos como dos locos.
La gente nos miraba con cara de ¡Estos están locos!
Cuando paré de darle besos en la mejilla, una mujer de unos 50 años y una chica de 25, nos miraban con recelo desde la puerta de la tienda. Yo me quedé abrazada a Jimmy mientras el las miraba con recelo.
- Quédate aquí. Ve pagando los zapatos. - intenté decirle que los zapatos los quería pero tenía que comprar otra cosa, pero el muy cabezón no me dejaba. - O te los compras tú, o te los compro yo. - después de eso, tuve que ir a comprarmelos. Sé que se lo iba a agradecer pero, no se cuánto costaría el Rolex.
Al comprarlos, Jimmy aun seguía hablando con esas dos mujeres pero esta vez vi, que no se trataba de una conversación normal. Veía como Jimmy se ponía cada vez más nervioso y sus venas del cuello se iban notando cada vez más... ¡Están haciendo enfadar a mi Jimmy!
Cojo mi teléfono móvil y me escondo detrás de unos de los pósters para que no me vieran y, marco su teléfono. Veo que tarda un poco en contestar y después de cuatro toques me lo coge.
- ¿Te pillo en buen momento? - le digo mientras me río. Veo que el no se inmuta por lo que he dicho, así que hablo otra vez. - Jimmy, ¿Estás bien? ¿Quieres irte de aquí?
- Si por favor. - dijo serio y brusco. Esto es lo único que no me gustaba de Jimmy, si el estaba enfadado con alguien, lo pagaba con todo el mundo.
Salí detrás de él pósters y mientras el seguí hablando con ellas, lo agarré del brazo y me lo lleve corriendo,mientras esas dos mujeres protestaban por lo que había echo.
Cuando llegamos el coche, empezamos a reírnos cómodos locos. Me había encantado las caras de esas dos mujeres, no se quien coño eran pero... Pagaría otra vez por ver esas caras.
- Eres la puta ama Cathina. ¿No sabes lo que es el disimulo? - dijo mientras abría el coche.
- ¿Qué es el disimulo? ¿Eso se come? - nos fuimos del centro comercial y paramos en una cafetería cerca de la manzana de Jimmy y, mientras esperábamos a que nos atendieran, me quedé mirandolo.
Me gustaría saber quiénes eran y porqué se interesaban por Jimmy. No me ha gustado nada como han provocado que se pusiese tan mal, tan... Enfadado. Aunque a pesar de todo, después se le ha pasado rápido.
Me acuerdo una vez que sin querer le manché su camiseta favorita de Coca-Cola... Madre mía la bronca que me echó. Estuvimos una semanas sin hablarnos y vino hasta dos o tres veces a disculparse a mi casa, pero le dije a Aaron que no le abriese la puerta.
- ¿Por qué me miras tanto? - dijo apoyándose en la mesa mientras, me miraba. Sabía que me pasaba algo pero no sabía si preguntarle o no... Debería salir de el.
- No me pasa nada. - dije mirando al suelo. Jugueteaba con la cremallera del chaquetón mientras inventaba algo razonable, pero al levantar la cabeza, me lo vi justo pegado a mí y rozando su nariz con la mía.
- Si te pasa algo, pequeña mentirosa. ¿Qué pasa? ¿Has perdido la confianza con tu mejor amigo?
- Nos conocemos de dos meses, tampoco tengo tanta confianza contigo. - dije mientras me reía.
- ¿Es que quieres verme llorar? - dijo mientras se reía e intentaba hacerse el ofendido. - ¡estaba más mono haciéndose el ofendido! Me incline encima de la mesa y le cogí los mofletes.
- Que guapo eres coño. - dije mientras nos seguíamos riendo.
- Esas dos mujeres eran mi madre y mi hermana. Hacía dos años que no las veía. - dijo mirando al suelo. Le cogí la mano y, me miró haciendo una media sonrisa. - Cuando mis padres se separaron yo tendría unos 15 años. Mi madre le comió la cabeza a mi hermana para explicarle a mi madre que, salir con otro hombre no era malo. Vamos que mi madre le puso los cuernos a mi padre con uno de los abogados con los que trabajaba y, ella le recriminó a mi padre de que la culpa la tenía el por no echarle cuenta. Estuve semanas comiéndome la cabeza por todo lo que estaba pasando. Mi padre se derrumbó totalmente y yo fui su único apoyo. Mi madre y mi hermana se fueron de la ciudad y nos dejaron sin ningún dólar en el bolsillo. Mi padre no estaba capacitado mentalmente para trabajar así que tuve que hacer muchos sacrificios. Tuve que trabajar en sitios que no quería, me pagaban pésimo e incluso sufría abuso de horas extras y si me quejaba iba a la puta calle.
No podía creerme todo lo que me estaba contando, ¿Todo esto le puede ocurrir a una persona realmente? ¿Y tiene que ser a las personas buenas?
Jimmy no levantaba la cabeza del suelo, le apreté fuerte la mano y vi, una lágrima caer por su mejilla a pesar que estuviera inclinado. ¡Dios! ¡Me sentía súper mal por habérselo sacado! Me levanté de la silla y me puse delante de él apartando la mesa aún lado. Sus manos estaban sobre su rostro y no me dejaba verle la cara. Le aparté sus manos y como pude me senté encima de el y le abracé con todas mis fuerzas. El al principio no hizo nada, sus manos estaban suspendidas en el aire mientras yo lo estrujaba contra mi pecho. Al principio pensé que lo estaba asfixiando pero, después de unos segundos, me envolvió con sus brazos y me apretó contra el.
Estuvimos un rato así, pero haría esto cuánto tiempo necesite para que estuviese bien. Odiaba ver a la gente llorar, y odiaba verme llorar, aunque hay veces que el dolor, es incluso más fuerte que tú.
- Por favor Jimmy, no llores. Me vas a hacer llorar a mi, y sabes cuánto odio llorar y ver llorar a la gente. - dije mientras le hacía acaricias en el pelo y en la espalda.
- Haces sacar mi lado más tierno. - dijo intentando secarse las lágrimas en mi sudadera, pero cuando vi que tenía mocos, me aparté un poco de él y le di unas cuantas servilletas.
- Quiero seguir luciendo mi sudadera. - dije mientras los dos nos reíamos.
Paso un tiempo antes de que Jimmy se pusiese bien, todavía le costaba hablar del tema y, yo era la segunda persona que sabía esto, de sus sentimientos. Supongo que el primero es su padre...
Después de esto, me llevó a mi casa y antes de entrar en el edificio, lo mire y volví a acercarme a su ventana.
- Conduce con cuidado, te necesito vivo y con buena imagen para mañana. - dije mientras le daba un beso en la mejilla.
- Estaré sano y salvo para ti, bebé. - dijo con su majestuosa sonrisa.
- Eso espero. Mándame un mensaje cuando llegues, y si ves que no te contesto al mensaje, me llamas. ¿Entendido?
- A la orden mi sargento.
- Buen soldado. - dije despeinándolo. Después de esto, se marchó y yo hice la que entraba en mi apartamento, pero retrocedí, vi que no me veía nadie conocido y corrí al edificio de en frente para meterme en el Club de Luna Nueva...