Capítulo 17.

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No paro de pensar en él.

Llevo toda la noche dando vueltas por la cama. Cual gilipollas. Necesito tomar el aire. Ajá... necesito aire. Humo. Maldito Tomlinson tienes mi verde.

Me levanto silenciosamente, seguro que Agustín debe de tener algo.

El comedor esta vacío. Una única luz ilumina toda la sala. Y es la de la farola de afuera, por lo tanto no se ve a penas. Remuevo entre la ropa amontonada en el sillón. Noto una bolsa, y la saco lentamente para no hacer ruido. ¿Condones? No quiero saber porque lleva condones en una bolsa y no en la cartera, como dios manda.

No hay rastro de nada. Pero si de una cajita de tabaco. Me escabullo de nuevo a mi habitación y ahí fumo tranquilamente.

Contemplo las estrellas. ¡una estrella fugaz! Que suerte tengo.

-Pide un deseo.-murmuro para mi misma.-Deseo...

Miles de ideas aparecen rondando por mi mente: más dinero, una vida nueva, un coche...

-Da igual...-cierro la ventana.-Seguro que es una mentira, ¡Cómo una catedral!

Me vuelvo a tumbar y esta vez me quedo en menos de cinco minutos dormida.

***

Me despierto. Miro la hora del móvil: las cinco y media de la noche.

Las sábanas se pegan a mi cuerpo. Estoy toda sudada, y todo por la pesadilla que acabo de tener.

Escucho gemidos en la habitación de al lado. Me pongo de lado y coloco la almohada encima de mi cabeza. A penas sin darme cuenta, caigo en los brazos de morfeo.

Pi pi pi pi suena la alarma. La paro. Me destapo la cara y miro el techo mientras resoplo. Me levanto perezosamente, y arrastrando los pies entro en el lavabo.

Me miro en el espejo. Tengo mas ojeras que...

Me situo delante del espejo y me miro de arriba a bajo. Me remango la camiseta. Tengo la barriga más gorda. Me la toco. La agarro y la estiro.

Abro el armarito y saco el neceser. Busco y rebusco, pero no lo encuentro. La constumbre... ya no tengo.

Saco el cepillo de dientes, coloco un poco de pasta dental y comienzo ha cepillarme los dientes. Escupo y me enjuago.

Camino hacia la puerta del baño, pero antes me detengo a mirarme otra vez la barriga. Camino deprisa hacia la balanza subo y espero al resultado. De todas formas, me da igual el peso. Me miro los pies y muevo divertida los dedos. Me fijo en mis tobillos. Están más hinchados. ¡oh no! Me bajo las braguitas, ningún rastro.

-Sólo un pequeño retraso, nada más.-me digo a mi misma, intentandome tranquilizar.

Abro el armario y saco unas medias de rejilla rotas y unos mini shorts rotos también. Me visto con una camiseta negra de mangas cortadas y una calavera blanca.

Salgo de mi habitación colocandome la chupa de cuero. Me coloco la riñonera de rayas de los colores de jamaica en un lado y salgo de casa corriendo, antes que se levante Agustín.

Me peino el pelo con las manos.

Esta mañana no me lo he peinado y con el viento que hace, se me despeina más. Me pongo boca abajo y me lo ato con una coleta mal hecha.

Llego y las puertas ya estan abiertas. Entro a mi clase y me siento en el primero sitio que encuentro, por supuesto lejos de Louis.

Me tiro hacia atrás con la silla. Y comienzo ha hacer globos con el chicle.

Angels to fly ❁ L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora