- ¿Así que usted se mudó con su tía? -dice el señor Alonso mientras hojea los que supongo son mis documentos.
- Sí – digo mientras seco el sudor de mis manos en mis pantalones.
- Mmm, veo que tiene muy buenas calificaciones -sus ojos se encuentran con los míos y yo asiento.
- Me gusta estudiar -él sonríe dejando ver un diente de oro.
- Eso es justo lo que buscamos aquí, señorita Marín -siento un pequeño escalofrió al escuchar mi apellido, no estoy acostumbrada a que me llamen así.
El señor Alonso me tuvo alrededor de quince minutos en su oficina mientras me decía las reglas del lugar y alababa mis calificaciones y hoja de vida, para cuando salí al pasillo todo estaba silencioso y vacío. La secretaria me había dado las indicaciones para llegar a mi salón de clases junto con un pase de retraso. No me costó nada encontrar el salón, cuando estuve allí me pare frente a la puerta, estaba nerviosa, pero de todos modos toqué. La puerta se abrió y una señora alta me miró con el ceño fruncido.
- Pase -su voz sonaba cabreada. Comencé a caminar para entrar al salón, pero ella se interpuso en mi camino- ¡¿Qué hace jovencita?!
- Usted dijo que pase -sentí cómo el salón estallaba en risas silenciosas y yo estaba cada vez más avergonzada.
- El pase para poder entrar, el papel que justifica su tardanza -quise golpearme contra un muro de cemento al recordar el pase que me dio la secretaria.
- Disculpe, aquí está -dije tendiéndole el papelito a la señora que lo leyó rápidamente.
- Adelante, tome una guía de mi escritorio y tome asiento en silencio -entré y sentí como todos me miraban mientras susurraban entre ellos.
- ¡Silencio! -gritó la profesora haciéndome saltar y provocando que todos rieran más fuerte. -Sigan con su trabajo. Señorita siéntese rápido.
- Disculpe -tomé una hoja de su mesa y busqué un asiento vacío, por suerte al fondo había una mesa desocupada.
Mi mirada se encontró con la de Sam y ésta me sonrió dándome su apoyo. No sirvió demasiado, ya que me sentía tan abochornada que solo quería enterrarme en un agujero y no salir de ese lugar.
- ¿Puedo sentarme aquí? -pregunté al chico que estaba concentrado escribiendo en su hoja junto al puesto vacío.
- Está desocupado -tomé asiento justo cuando el chico levantaba la cabeza dejándome ver su rostro.
- Tú -dije sin poder creerme que tenía frente a mí al chico de la otra noche -Spencer...
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prometo quedarme
Teen FictionAlex deja que te explique...-tarde. mi puño choco justo en su mandíbula enviando un condenado dolor por toda mi muñeca. -¡mierda!-grite llevando mi mano a mi pecho como esperando que eso hiciera que el dolor parara. -¿Alex estas bien?- comenzó a a...