prometo quedarme

13.-Lilo y Stitch

Sentí que alguien iba caminando a mi lado y cuando levanté la vista era Spencer que me estaba mirando con una estúpida sonrisa en su rostro.

- Creo que tu amigo tiene problemas de espacio personal -le dije algo cabreada.

- Sí, es porque eres nueva -se rascó la cabeza y encogió de hombros- supongo que todos te quieren. Es como si pusieras un juguete brillante justo en medio de una habitación llena de niños.

- ¿Me acabas de llamar juguete?

- ¿Qué? -sonó sorprendido- claro que no.... lo dije sin pensar... yo...

- Solo bromeaba -dije sin humor mientras miraba en todas direcciones - ¿sabes dónde está el maldito baño en este lugar?

- Ya lo pasamos -miré para atrás.

- ¿En serio?

- Sí, ¿vez a esa chica de la mochila dorada? -apuntó en dirección a la chica- Es la puerta que está justo a su lado... esa que tiene un gran letrero que dice "baños".

- Claro -di media vuelta y Spencer me siguió.

- Lo que hiciste con Lucas fue genial, por cierto.

- Es un idiota engreído -no escuché su respuesta, ya que entré al baño que por suerte estaba vacío.

Evite mirarme al espejo, sabía que tenía unas ojeras marcadas y mi cabello estaba atado en una aburrida cola de caballo, no era algo lindo de ver. Mojé un poco mi rostro y tomé un poco de agua antes de salir.

Spencer seguía de pie justo donde lo dejé antes de entrar, pensé que tal vez tenía mejores cosas que hacer así que lo ignoré y comencé a caminar de vuelta al salón, pero él me siguió.

- Estás siguiéndome -mi tono de voz sonó menos molesto de lo que pretendía.

- No estoy siguiéndote -dijo él encogiéndose de hombros.

- Sí, estas siguiéndome -me paré y lo enfrenté.

- Que no estoy siguiéndote.

- Sí lo estás haciendo

- No -su sonrisa me comenzaba a hartar.

- Sí -me di cuenta de que estaba cayendo en su estúpido juego así que solo lo ignoré y seguí mi camino.

- ¡Oh!, vamos Alex ven a seguir recreando la escena de Lilo y Stitch conmigo -gritó a mis espaldas, pero solo obtuvo una linda vista de mi dedo corazón, además estaba segura de que la escena no era para nada de esa forma.

La sala estaba llena de chicos y divisé a Sam discutiendo algo con sus amigas, fui al puesto que había ocupado antes y comencé a hacer garabatos sin sentido en mi cuaderno.

- Alex lo siento -Sam tomo asiento en el puesto anteriormente ocupado por Spencer-. No quise decirles a las chicas, simplemente se me salió -la miré y vi que realmente estaba arrepentida.

- Mira, solo quiero que sepas que odio que las personas se metan en mi vida personal, además creo que ese tema no es algo de lo que hables a la ligera con tus amigas -Samanta se miró las manos arrepentida. No quería ser una completa perra con ella, pero de verdad me molestaba mucho la situación-. Está bien, olvidemos que paso, ¿sí? -ella me sonrió y me abrazó.

- Perdón Alex, prometo que no volverá a pasar algo así -dijo separándose de mí justo cuando la campana sonó para que el rebaño comenzara a entrar a sus respectivos corrales de estudio- ¿Almorzarás con nosotras?

La quedé mirando a los ojos pensando la forma de rechazar amablemente su propuesta, no quería tener que soportar sus charlas, sin importar que Sam fuera mi prima no la conocía de nada y seria incómodo tener que escucharlas hablar de cosas que no entendería ni mierda.

- Sam, prefiero que no. -pensé rápido una excusa- Me quedare aquí para poder pasar un poco de materia a mis cuadernos, -ella me miró triste, tenía la leve impresión de que ella creía que necesitaba su ayuda- pero podrías prestarme tus cuadernos para ponerme al día -ella sonrió de inmediato.

- Claro, apenas toque la campana te los dejo, -pareció pensar algo- pero solo tengo los de matemática, historia y ciencias.

- Déjame el de historia los otros me los prestas en la casa -alguien carraspeo a mis espaldas y ambas miramos a Spencer que estaba de pie mirándonos.

- Samanta estas en mi asiento.

- ¡Oh! -Sam me miró de forma extraña y luego se puso de pie- Lo siento, Spencer.

Justo cuando él se sentaba en su lugar, Lucas entró por la puerta lanzándome una media sonrisa y guiñándome un ojo.

- Se aburrirá.... -dijo Spencer notando a su amigo- con el tiempo.

- Eso espero, odio a los psicópatas con complejo de idiotas -mi voz sonaba aburrida. El profesor entró al salón y comenzó a decir lo que debíamos hacer. Por suerte fue como el anterior, no me hizo presentarme frente a todos simplemente comenzó su clase.

Comencé a sentirme observada y de a poco fui girando mi cabeza hacia Spencer que me miraba fijo, como tratando de descubrir los secretos de mi alma.

- ¿Tengo un moco? -dije metiendo mi dedo a mi nariz en busca de algo- No tengo un moco -afirmé dando fin a mi búsqueda- ¿Por qué me miras así?, es raro- Spencer soltó una carcajada provocando que todos voltearan a vernos y que el profesor lo reprendiera.

- No eres como esperaba- dijo bajito para que solo yo escuchara.

- Que bien por ti -dije tajante.