3º La trampa de Caroline
-¿A dónde crees que vas?- Preguntó el señor Darcy al ver como Elizabeth se disponía a salir por la puerta.
Ella levantó su mano, colocó los dedos índice y corazón hacia abajo y los empezó a mover, simulando el movimiento de caminar. Rápidamente, el señor Darcy se acercó a ella y tomó sus manos.
-No, Elizabeth- Dio un gran suspiro- Sé cuánto te agrada caminar, pero esos hombres aún siguen sueltos, rondando la zona, y no estoy dispuesto a que deambules por ahí después de lo que sucedió la última vez- Elizabeth se cruzó de brazos, mostrando en su rostro una clara señal de enfado- He dicho que no, y es mi última palabra- Se giró, queriendo marchar de su presencia, pues sabía que si ella lo miraba mucho más tiempo a los ojos acabaría por salirse con la suya.
Elizabeth sintió rabia, en los meses que llevaban casados él nunca le había dado una orden. Furiosa por su manera de dejarla ante la puerta, y sabiendo que él podría escuchar el sonido de sus pasos, salió al exterior con rapidez y empezó a caminar de manera apresurada, esperando poder alejarse un buen trecho antes de que su esposo pudiera alcanzarla.
Apenas pudo llegar al camino que llevaba hacia Longbourn cuando notó las fuertes manos de su marido haciendo que parara en seco.
-¿¡Es que no me has oído!?- Le grito, furioso por su desobediencia y su mirada desafiante- ¡No puedes salir!- Elizabeth le dio un empujón, apartándolo de ella, mirándole con los ojos entrecerrados, dejándole claro que no pensaba darse por vencida- Haz el favor de volver dentro- Ella giró sobre sus talones y caminó en dirección contraria a la que él demandaba- ¡Maldición!- Gritó exasperado, corriendo de nuevo a detenerla- ¿¡Por una vez en tu vida, quieres hacer el favor de hacer lo que se te dice!?- Ella frenó su avance, encarándolo- Escúchame, sé cuánto deseas salir, puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti toda esta situación, pero por favor, hazme caso y vuelve dentro- Sin saber que más decirle, cogió una de sus manos con delicadeza- El día que te atacaron pasé más miedo que en toda mi vida al pensar que podía haberte ocurrido algo peor, no quiero volver a sentir nada parecido.
Por primera vez desde que había sido atacada, podía comprender la agonía que estaba viviendo su marido. No se había parado a pensar en cómo debía estar sintiéndose él ante la agresión y ante su falta de habla, y eso hizo que se diera cuenta de lo erróneo de su comportamiento.
Suavemente, le devolvió el apretón de manos que él le estaba dando, haciendo que levantara la cabeza para mirarla. La sonrisa que ella le brindaba fue suficiente para calmar sus miedos y hacerle entender que aceptaba su petición.
Lentamente, cogidos del brazo, caminaron de vuelta a la casa. Desde la ventana del salón, Caroline observaba su cercanía, mientras simulaba mirar el paisaje del exterior. De nuevo sintió como la rabia la recorría por entero, ver que aquel caballero se derretía por una simple mirada de alguien tan vulgar, le era totalmente inaceptable.
La pareja entró en el salón de música, donde estaban reunidos. Jane y Bingley charlaban con Kitty sentados junto a la chimenea, el señor Bennet leía tranquilamente sentado en uno de los sillones. El matrimonio Darcy se sentó frente a los Bingley y la señorita Bennet, deseando pasar un buen rato en su compañía.
Cerca de la hora de la cena, el patriarca de los Bennet anunció que era hora de marcharse, se despidió de sus hijas menores y caminó hacia la entrada acompañado de los dos caballeros y de Jane.
-Señorita Bennet- Caroline se dirigió a Kitty, sorprendiendo a las dos hermanas, pues ella nunca cruzaba palabra alguna con ella, salvo si se veía obligada- ¿Es cierto que va a ir a Pemberley con los Darcy?
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A pesar de todo, te quiero
FanficContinuación de la historia a partir de la boda de Darcy y Elizabeth.