12º Una visita inesperada

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12º Una visita inesperada

"Querida Lizzy,

Estoy segura de que te percataste de mi ausencia en el entierro de Jane, y si no es así, los cotilleos que han invadido toda la región te lo habrán dado a conocer.

Pero aunque sea indudable que la gente piense que soy una insensible por no haberme presentado, se equivocan, y espero que tú seas capaz de entenderme y no juzgarme. En cuanto llegó la noticia del fallecimiento de nuestra hermana quise salir al instante pero Wickham no me lo permitió.

Podría haberme marchado a escondidas, pero si la gente ya ha empezado a murmurar solo porque no he asistido, imagina lo que habrían dicho si hubiera aparecido sin mi esposo, sobretodo, cuando todo el condado sabe que hemos estado en Longbourn recientemente.

Quizá te parezca una excusa tonta, y que a pesar de todo, tenía que haber acudido, pero en este momento no me veo con fuerzas para soportar los comentarios de la gente de haberme presentado sin él.

Por otra parte, si me hubiera marchado a pesar de su negativa ¿qué crees que hubiera sucedido cuando volviera a su lado? Llámame cobarde si quieres, pero después de lo que he descubierto de él, temo que sea capaz de hacer cosas que nunca antes hubiera pensado.

Espero que no me odies por mi decisión. Te aseguro que me dolió mucho no estar allí con vosotras, y poder abrazaros como tanto ansío.

No voy a extenderme más. Después de lo ocurrido la última vez, he creído necesario explicarte mis motivo. Papá ha recibido una carta similar a esta, y espero que él también lo entienda.

Os extraño mucho a todos, y más en un momento como este. Como me gustaría estar más cerca para poder ir a veros, pero cuando papá echó a Wickham de Longbourn, solo pensó en alejarse de nuestra familia, por lo que aceptó como nuevo destino Hampshire. Ahora me encuentro cerca de Portsmouth. La verdad es que nunca creí que echaría tanto de menos nuestro hogar.

En fin, cuídate querida hermana, y recuerda que os quiero a todos, a pesar de todo.

Lydia"

Elizabeth releyó la carta de su hermana un par de veces sentada en el sillón de la biblioteca de Netherfield, mientras esperaba a que su esposo fuera a por ella para conducirla al carruaje que los llevaría de vuelta a Pemberley.

Tal como estaba previsto, a los pocos días del entierro de Jane se había llevado a cabo el bautizo de la pequeña Jane Bingley, teniendo como padrinos al matrimonio Darcy. Justo después de la ceremonia, Fitzwilliam dio órdenes de que prepararan el equipaje para emprender el viaje lo antes posible, y de igual modo había dado instrucciones en Longbourn para que Kitty estuviera lista.

Y por mucho que ella quisiera quedarse más tiempo con su familia, sabía que su marido obraba pensando en lo mejor para ella y para el bebé. Así que no protestó cuando llegó unos minutos después y la cargó en brazos, llevándola al carruaje. Ni tampoco cuando vio el asiento, lleno de almohadas y mantas.

El silencio se hizo presente durante todo el viaje. Ninguno estaba con ánimos para entablar una conversación, además de que, en su estado, Lizzy no estaba disfrutando del trayecto. Apenas podía moverse sin que le doliera la espalda o sintiera algún pinchazo, y cuando se decidía a cambiar de postura, su hermana y su marido estaban sobre ella, ayudándola y agobiándola con montones de preguntas sobre cómo se encontraba.

Por ese motivo, la segunda jornada de viaje decidió dejarse llevar por el cansancio y dormir. Estaba tan agotada que no le costó demasiado.

Al llegar, Georgiana se apresuró a ir hasta el carruaje, abrazando a su hermano y después a Kitty. La acompañó al interior, ofreciéndole la opción de desahogarse con ella si lo necesitaba. Darcy agradeció la ayuda de su hermana y esperó a que las dos jóvenes damas entraran para coger a Elizabeth en brazos, que aún seguía dormida en el asiento de la calesa, con el fin de llevarla a su habitación.

A pesar de todo, te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora