-…Terminare esta ceremonia diciendo que fue una gran mujer, a la cual siempre recordaremos con amor todos nosotros, después de todo su cálida sonrisa siempre ilumino nuestros corazones. – ¡Ja! Ni él solo se creía toda la hablada que se estaba echando de mi madre, “gran mujer” ¿gran mujer es alguien como ella? Bueno sí, se supone que ya debería haberla perdonado, y lo hice, pero… hay cosas que no se olvidan, ahora estoy en verdadero contratiempo, después de todo no quiero que tía Esperanza cargue con el caos que dejo mi madre, al menos quiero cumplir ese pequeño favor que me pidió mamá y mantener estos pensamientos estando en su entierro.
-Señorita Katrina, la familia Geyer desde que llegaron están buscándola a usted y hace un momento los gemelos me vinieron a ver personalmente para que les dijera donde se encontraba –Samanta (la mucama personal de mi difunta madre, que ahora era mía ya que mi madre nos pidió que así fuera) me daba el informe de la “situación” poco después de haber ido sigilosamente donde yo me encontraba en un pequeño tumulto de gente que me daba sus condolencias.
-Espero yo, que no les hayas respondido –dije frunciendo el ceño y con algo de ironía.
-Por supuesto que les mentí como usted me lo había pedido con anterioridad. –contesto con una pequeña sonrisa orgullosa de: “obviamente así lo hice”
-Entonces no veo el problema –una risita se me escapo viendo la sonrisa de Samanta, mostraba que hacia su trabajo perfectamente como uno espera de alguien que trabaja para los Delmonth o más bien, para mi madre, parecía como si te leyera la mente antes de ejecutar una acción.
-¡Katrina! –me tomo del brazo por detrás una persona con voz tan familiar, por su puesto era Jacke, Evans no haría algo tan imprudente con las condiciones como están.
-¿Qué quieres? –mi voz sonó demasiado fría y severa y mis ojos lo fulminaban mientras me daba media vuelta para apreciarlo mejor, pude ver desde lejos a Evans y mi corazón se estremeció de ¿melancolía o ira?
-¿En serio eres tú?- su cara mostraba una expresión indescriptible, mostraba incredibilidad, tristeza, felicidad, esperanza, demasiadas emociones juntas porque inmediatamente (antes de que pudiera terminar de descifrar su rostro) él me abrazo de una manera tan cálida que me sentí tan feliz, ese sentimiento tan cálido, pero a la vez llena de frustración por el hecho de que un simple abrazo de una de las personas que más me hirió me hiciera sentir tan reconfortada y consolada, mis lágrimas incluso querían empezar a salir pero obviamente no las dejaría, permanecí quieta, no me moví para nada, me mostré indiferente.
-¿Me podrías soltar? – se separó rápidamente y me miro sorprendido y luego bajo la cabeza mostrando el dolor de lo que le afectaron esas palabras, hasta a mí me dolió decir algo tan tosco y sin el menor rastro de sentimientos pero, ¿qué más podría esperar?, voltee a ver a Evans, quien ponía una cara de preocupación, algo le impedía dar un solo paso para acercarse y yo, aunque no pareciese, estaba igual, me decidí y fui hacia él, dejando atrás a Jacke, aunque tenía tantas ganas de abrazarlos a ambos y de pedirle disculpas a Jacke por lo cruel que hace nada había sido, después de todo Jacke fue lo más cercano a un amigo a excepción de Evans claro.
-Señor Geyer –me dirigí a Evans después de haber caminado lentamente hacia él y luego le tendí la mano como un saludo, en sus ojos pude notar como se agolpo el dolor después de cómo le llame, dudo un momento, pero luego estrecho mi mano con frustración en sus ojos y luego me aleje de él caminando hacia algún otro invitado importante dejándolo a él también cabizbajo.
-¡Katrina! – me llamo Evans gritando desesperadamente mi nombre y muchas emociones se fueron a mi estómago pero yo con toda la indiferencia del mundo que pude actuar le dije lo más seria y respetuosamente que pude “¿Sí, señor Geyer?” y en su rostro se notó la tristeza y respondió: “no, nada…” luego miró al suelo y terminó diciendo “mis condolencias”
“Evans”, “Evans”, “Evans”, un simple nombre que retumba en mis oídos todas las noches junto con el rostro de ellos después de haber sido fríamente apuñalados con mis palabras, mi carácter, mis acciones, después de esa vez no volvieron a molestarse en llamar, a veces llamaban pero colgaban apenas yo contestaba, yo, una cobarde, no volví a mostrar mi rostro en ese lugar, no regrese, quería creer que las estupideces que hice fueron solo un mal sueño, ¡ja!, que broma, ni yo misma me creía la excusa de querer que fuera un mal sueño, sabía perfectamente lo que estaba haciendo a pesar de que no razonara mucho, mas querer que fuera un mal sueño, ahora deseaba ni siquiera haberles visto, porque cuando los volví a ver, más se incrementaron mis ganas de volver con ellos, y ya viví con eso durante bastante tiempo, después de todo dentro de menos de medio año me voy a graduar, concluyendo mis cinco años de estudio y mis cuatro años y medio sin verles, ni siquiera una foto se acercaba a mis ojos de ellos, pero aun así los recordaba perfectamente, incluso la cara de mi madre por momentos se ponía borrosa si no la recordaba en cierto tiempo determinada, pero aun así la cara de ellos estaba plasmada en mi memoria, intente tener dos relaciones amorosas desde la última vez, pero obviamente y como ya sabía desde un principio, no resultaron, para nada.
Cinco años de estudio, cinco años de mi vida dirigidos a una persona que ya está muerta, veintiuno, mi próximo cumpleaños será el número veintiuno y aún sigo bobamente enamorada de él, igual que cuando tenía dieciséis, ya soy lo suficientemente madura como para no darme cuenta que estoy enamorada y que no lo odio a pesar de todo, nunca los odie a decir verdad, solo sentí rencor.
-¡Hey Katrina! ¿Soñando desierta de nuevo? –decían burlándose mis compañeros de la universidad, que por cierto no habían cambiado mucho.
-¿Ah?, perdón chicos, ¿decían algo?
-No nada, solo estábamos aburridos y te vimos distraída –decían mostrando sus sonrisas, mi relación con ellos se había hecho muy cercana y de vez en cuando me ponía en contacto con algunos de mis anteriores compañeros de colegio, mi vida iba progresando rápidamente, ya tenía muchos reconocimientos en mi ámbito a pesar de no haber terminado por completo mis estudios y ya manejaba muchas partes de la empresa Delmonth, muy pronto la “capa protectora” que me impedía verlos se iba a terminar de desmoronar.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Waaa. Katrina aún los ama *--*
Por cierto... Hola!!*
Espero que estén muy happys, por las vacaciones... de una semana -_-, que pinches, ¿por qué mejor no nos dan unos... 6... meses?, bueno, como sea, aquí está el cap numero 17 *--*
Quiero saludar (de nuevo), a los nuevos lectores que me vuelven loca por los votos (los amo, quiero que lo sepan.) Y si aún sigue en pie lo de tirarle huevos a Monik (mi compañera para escribir), pronto será su cumpleaños, así que mejor aguantémonos tantito.
Voten!!* y si no tienen taaanta pereza... comenten que les pareció!!*
![](https://img.wattpad.com/cover/10581483-288-k376892.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La historia de Katrina
Teen FictionAllí estaba yo, en el edificio más alto de Nueva York, apunto de dar mi último paso, a la nada, al olvido de mi vida, de mis perjuicios. Cerré mis ojos y extendí mi pie para dejarme caer y entonces...