Capitulo 16

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Mi visión estaba borrosa, pero aun así podía distinguir lo que se encontraba frente a mis ojos. Era un árbol de navidad inmenso, que se caía de lado.

–Oigan, chicos. –las palabras salieron involuntariamente de mi boca. –Este lado del árbol se cae. –dije señalando su lado derecho.

–Debe ser que tiene muchas bolas, déjame quitarle algunas. –dijo Evans.

Se acercó al árbol y quitó algunas, pero aun así el árbol seguía cayéndose.

–No creo que sea eso. –dijo Jacke. –A mí no me pasa.

–Aunque sea ya sabemos por qué. –dijo Evans fastidiándolo.

Yo y Evans nos reímos. Miré a Jacke sin dejar de reír y luego voltee nuevamente hacia Evans, quién ya había solucionado lo del árbol. Se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla y me susurró: “Te amo.”

Abrí mis ojos y me senté en la cama en el mismo lugar en el que estaba. Mi respiración estaba entrecortada y mi frente estaba sudorosa. Recordé entonces en dónde ocurrió eso, fue la única navidad en donde pude sonreír, justo después de que empecé a salir con Evans. Me paré rápidamente y camine por mi enorme apartamento hasta llegar al cuarto de baño, me lave la cara y luego uní mis manos para beber. No sé por qué había soñado con eso, tal vez me divertí demasiado anoche, aunque recordando lo de los trillizos…, tal vez la noche no fue tan divertida.

Una canción empezó a sonar en la habitación, “Zombie” de The Cranberries, una canción que inició con Andrew y terminó conmigo, le causaba risa, aunque aún no sé el por qué, ya que nunca me ha dado curiosidad por saber su significado. Camine hasta la habitación y tome mi teléfono aún con el rostro mojado.

– ¿Hola? –dije con la voz grave.

–Buenos Días. ¿Señorita Delmonth? –dijo una voz femenina del otro lado de la línea.

–Supongo. –dije con cierta pesadez.

–Queríamos informarle que su madre, la señora Delmonth, se encuentra en el hospital por un problema con su enfermedad.

– ¿En el… hospital?

–Así es. Ella nos dijo que… –no la deje terminar y colgué.

En el hospital. Por su enfermedad. ¡Al fin me librare de la estúpida universidad! Esto es lo más maravilloso de toda mi vida.

–Al fin podré volver con… –me detuve.

Fue en ese instante en que me senté en una orilla de uno de los sofás y lo analice…, no tenía a nadie. Evans y Jacke dejaron de llamar desde hace un mes, supongo que se habían hartado de escuchar mi respiración y nada más que eso…, volver con mi padre sería… sería volver a querer lanzarme del precipicio… No tenía a nadie más que a los trillizos…. y a madre. Me levante del sofá y camine hasta la habitación, tome unos vaqueros azules y una suéter de lana, regalo de Rosa, una compañera de la universidad. Tome las llaves del auto y salí del apartamento, y me dirigí a la salida. Abrí la puerta del auto, entré y encendí el mismo, coloque mi celular encima de mis piernas y conduje hasta el hospital.

Al llegar estacione el auto en donde pude, ya que estaba muy lleno, tomé mi teléfono, las llaves de auto y caminé un par de metros al hospital. Entré y vi la ventanilla que tenía un pequeño letrero afuera que decía “Recepción,” camine hasta la ventanilla y miré a la señora que estaba detrás, era “pelirroja” entre comillas, tenía arrugas en su cara, su maquillaje estaba corrido y su incesante masticar me desesperaba más.

– ¿Qué se le ofrece? –dijo con una voz muy grave.

–Esperanza o Esmeralda Delmonth.

–Esmeralda Delmonth, sí. Sala 15.

La historia de KatrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora