La historia de Katrina

Capitulo 14

– ¡Katrina! ¡Katrina! –me atormentaba escuchar sus gritos mientras intentaba quitarse a los oficiales del aeropuerto de encima para llegar hasta mí. Antes de entrar al avión voltee a verlo, las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. El verlo así me rompía el corazón, pero tenía que ser fuerte y seguir caminando sin ver nuevamente atrás, y eso hice. Camine sintiendo el cuerpo más pesado, sintiendo como mi corazón se rompía en dos mil y una partes. Mi madre me había hecho creer que todo esto era lo correcto, pero… ¿de verdad lo era?

Mi idea era que el mundo alrededor de mí, lo había creado yo, pero no fue así. El mundo a mi alrededor se creó mientras me arrastraba por el suelo jalando de mi muñeca para así sentir cada roca y cada piedra, cada obstáculo, y… en la noche de ayer, me convencí de creer que… tal vez estuve tan acostumbrada a sentir como mi piel se rompía y se raspada por cada piedra, que cada que una oportunidad venía a mí para salvarme, yo la veía como un obstáculo. Así que lo decidí, iré con mi madre a estudiar medicina a Londres, al principio me pregunte: ¿Y los Geyer?, pero eso ahora no tiene respuesta, no después de que… me traicionaron, creo que el único de los Geyer que tal vez extrañe ahora, será la madre de Evans, ella fue la única que me fue honesta.

El avión empezó a despegar, mis nervios se aumentaban cada vez más, tal vez porque ya no podía arrepentirme, o porque dejaba atrás a alguien que amaba.

–Katrina. –murmuro Caroline atrayendo mi atención. –Espero que nos llevemos bien de ahora en adelante. No quisiera que durmieras bajo el mismo techo que el de tu enemiga. –murmuro antes de ponerse los auriculares y cerrar los ojos.

–Tranquila, Katrina. –murmuro mi madre mirando su revista. –Es así con todos, pero pronto te acostumbraras.

Yo simplemente asentí y mire hacia la ventanilla. Una parte de mi quería dormir y sonreír para disfrutar del viaje, pero… una diminuta parte de mi sabía que esto era una mala idea. Mi cabeza me daba vueltas, y la verdad con todo lo que ha pasado no diferenciaba si era porque estaba en un avión a más de 30 000 pies de altura o porque definitivamente esta era una pésima idea, fuese lo que  fuese preferí cerrar mis ojos y dormir un rato, estaba muy agobiada para soportar una migraña.

Desperté algo agitada, no podía creer que hasta en mis sueños mi madre fuera una bruja. Miré a mi lado y allí estaba él, aún dormido me parecía sumamente atractivo.

–Dakota… –gruño él acercándome más a su cuerpo.

¿¡Dakota!? No, no. Esto era un error, seguramente… mi sueño. ¿Será cierto?

–Jacke, Jacke despierta. –murmure moviéndolo bruscamente.

–Katrina veté. Quiero estar a solas con Dakota. –gruño aún con los ojos cerrados.

–Así que es cierto. –murmure poniéndome de pie, él abrió los ojos inmediatamente y se sentó en la cama.

–Katrina no es lo que crees. –murmuro mientras su rostro estaba lleno de preocupación y angustia.

– ¿A no? Entonces dime si me equivoco. Evans se tenía que ir con su padre, le dolió tanto decirme que se iría que me mintió y me dejo con su gemelo idéntico, con el cínico que se atrevió a besarme más de una vez solo por una estúpida actuación. –murmure poniéndome los zapatos. – ¿En qué estupidez pensaron los dos? –murmure molesta.

–Pues…, pensamos que no lo descubrirían.

– ¿Descubrirían? –murmure confundida, pero al ver su mirar lo comprendí. –Dakota piensa que está contigo. ¿Evans está seguramente acostándose con ella y tú aquí totalmente inocente pensando que solo caminan tomados de las manos?

–Por favor, es Evans. –murmuro levantándose de la cama.

–Sí, seguramente eso dijo Dakota de ti, pero eso no te detuvo a besarme, ¿cierto?

Él se quedó en silencio mientras sentía como mi corazón latía tan rápido que creía que en algún momento se saldría, la sangre corría por mis venas disparada, estaba muy enojada, pero más que todo… me sentía… traicionada. Pocos segundos después el sonido de la puerta al cerrarse se escuchó.

–Ustedes pusieron las reglas, pero siempre hay una persona quien las olvida y las rompe. Si esa persona no fue Dakota, seré yo. –murmure antes de caminar hacia las gradas intentando no tropezar por  mi desesperación.

–No. ¡Katrina, espera! –gritaba Jacke detrás de mí, pero en ese momento desee que Jacke me hubiera alcanzado y me hubiera detenido.

Tal vez en ese momento sentí más odio del que nunca había sentido. Siempre era una tras otra cosa, pero… esto, nunca creí que pudiera pasar… Jacke había llegado hasta mí, pero al tomar mi muñeca miró hacia la dirección de mi vista, me soltó y trago en seco. Evans besaba a Dakota de una maneta desesperada, sus manos sostenían el rostro de Dakota, mientras Dakota enrollaba sus dedos en el cabello de Evans, cuando se separaron sus respiraciones estaban entre cortadas y ambos terminaron sonriendo. Allí sentí como mi corazón se hacía diminuto a cada segundo que pasaba, jamás vi esa sonrisa en el rostro de Evans, nunca me había sonreído a mí de esa manera. Ambos nos miraron y Evans al igual que Jacke trago en seco, como si se preocupara de que yo lo hubiera visto, pero aun así, continuo fingiendo.

–Katrina, Jacke. No noté que estaban allí. –murmuro tomando la mano de Dakota. Camine hasta él, lo miré directo a los ojos y lo abofetee.

– ¡Katrina! –Dakota me miraba atónita. – ¿Por qué hiciste eso? –murmuro mirando a Evans.

–Porque… –murmure con la respiración entre cortada, miré hacia abajo y trate de ser fuerte. –Porque… de todo lo que me ha sucedido en la vida, –una lágrima se deslizo por mi mejilla mientras trataba de ver a Evans a la cara. –esto, fue lo que más me dolió.

– ¿Qué? ¿A qué te refieres? –murmuro Dakota sin entender.

–Que te lo diga Evans. –murmure mirando sus bellos ojos esmeraldas.

–Katrina, yo… –Evans trataba de dar excusas por sus estúpidas acciones.

–Cállate. –murmure mientras me volteaba a Jacke y caminaba hacia mi habitación.

Corrí hasta la habitación, cerré la puerta con seguro y me senté en el suelo con mis manos en mi cara. No sabía qué hacer, pero no importaba lo que hiciera, nada iba a curar mi dolor, y estar cerca de Evans lo empeoraría. Me levante del suelo y tomé mi teléfono, busque entre mis contactos y marque llamar.

–Ven a recogerme, por favor.

–Dame cinco minutos.

Tome mi maleta y empecé a empacar todo lo que pude, pero más pronto de lo esperaba sonó un claxon fuera de la casa, tomé mi maleta y salí de la habitación evadiendo a Evans, caminé hasta la puerta de salida, la abrí y salí de allí.

– ¡Katrina, Katrina! –murmuro mi madre despertándome. –Despierta.

– ¿Qué pasa? –arrastre esas palabras mientras me estiraba un poco en mi asiento.

–Ya llegamos a Londres.

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Hola Lectoras, Lectores!!*                                                                                                                        

Ya empezó mi exclavización, SOS. Pero bueno, aquí está el cap, espero que os guste la historia, y por cierto...

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Gracias!!*