Allí estaba yo, en el edificio más alto de Nueva York, apunto de dar mi último paso, a la nada, a la nada, al olvido de mi vida, de mis perjuicios. Cerré mis ojos y extendí mi pie para dejarme caer, pero, de repente me interrumpió y sorprendió escuchar una voz varonil.
– ¿En serio vas a saltar? Es algo estúpido desacerté de tus problemas así. ¿No lo crees? Debe haber otra solución. Siempre la hay –voltee y busque en medio de la oscura noche de donde provenía aquella voz tan masculina y hermosa.
–No. No hay otra solución para acabar con mi sufrimiento –respondí a aquel comentario, mientras miraba de nuevo el vacío
– Yo creo que sí. Ya te dije, siempre la hay –dijo él con orgullo y a la vez tristeza
Quería descubrir de dónde provenía aquella voz, me voltee nuevamente varias veces sobre mi eje para dar con aquella persona, pero solo logre percatar una sombra.
– ¿Quién eres? –pregunte casi como un susurro mientras fruncía el ceño
–Soy… Evans –dijo dudoso, de repente empezó a alejarse hasta el punto de irse y logre notar que caminaba rápido, como si huyera de alguien o algo
Comencé a meditar lo que aquel chico había dicho. Que era una estupidez, que siempre hay otra solución para todo, suspire acomodando mi cabello castaño claro, mire mi reloj de muñeca y susurre que ya era algo tarde, así que cruce el barandal para estar en suelo firme en el cual se encuentran las escaleras para poder bajar de aquel edificio, pase por las calles solitarias, hasta llegar a la mansión, donde vivía con mi padre y su maldita novia, al entrar silenciosamente para que nadie se percatara, pero por más silencio que hice, mi madrastra me recibió con su típica expresión de desagrado hacia mí.
– ¡Tsss! Al fin volviste maldita mocosa, a ver: ¿En dónde andabas a esta hora? Revolcándote con algún muchacho aprovechándote de tu maldito físico y la amabilidad de esos chicos que sienten compasión por ti. ¿Realmente crees que alguien te va amar? ¿Acaso vas a esconder aquella gran mentira que le inventaste a tú padre? De que los hijos de sus amigos te violaron, es obvio que los sedujiste –introdujo su puño en mi boca, para que no gritara y bajo una de mis lágrimas, sintiendo como la piel alrededor de mi boca se estiraba al máxima, sintiendo como si se fuese a desgarrar y con su otro puño golpeaba mi estómago, sentía como todo mi interior se revolvía y estuviese a punto de desgarrarse, me pone contra la pared y empieza a golpear un poco más debajo de mi vientre, ya satisfecha y cansada termina golpeando con gran impulso cerca de mi parte íntima con su puño y termina diciendo ¨¡Por ser tan perra!¨ fría y secamente. Me soltó un momento para tomar aire y lo aproveche para escapar adolorida y con la cara llena de lágrimas las cual iba limpiando. Subí corriendo las escaleras y pase por el largo pasillo de madera tan brillante que quisieras podrías reflejarte en él, con paredes color crema y algunos cuadros silvestres pintados por uno que otro artista famoso, ese espacio era iluminado no por una, sino por varias lámparas arañas de cristal, abrí lo más rápido que pude el cerrojo de la puerta blanca de mi habitación esperando a que nadie me estuviese siguiendo y al lograr conseguir abrir la puerta entre y la cerré con llave, fui directo a mi cama y me acosté en ella boca abajo llorando por lo adolorida que me sentía. Realmente nunca me defendía contra ella, aunque pudiera por el simple hecho de que ella podrías contarle a mi padre t él le creería, como siempre lo ha hecho, después de todo lo tiene justo donde lo quiere, a sus pies, y lo conoce como a la palma de su mano, mientras que todo lo que yo decía para él siempre era una mentira y tapaba mis palabras diciendo algo así como ¨son cosas de adolescentes¨, incluso en al vez en que los hijos de sus amigos borracho que fueron invitados en una de sus tantas fiestas, empezaron a decirme ciertas cosas que me hacían sentirme incomoda, cosas como ¨no quieres que nos vallamos a algún lado más privado a jugar un rato… tú… yo y nuestros cuerpos, por supuesto¨ y… bueno, no es algo bonito de recordar así que perdonen las pausas donde se da lugar a un respiro para evitar sollozar… ellos empezaron a ¨jugar¨ con mi cuerpo, todos y cada uno de ellos, ningún solo lugar en mi cuerpo es puro ahora, me tenían inmoral izada agarrándome de las muñecas y tobillos impidiéndome soltarme de aquel repugnante trato, pero algo aprendí y es que las palabras son una cosa y las acciones eran otra, pues al final todo salió como ellos querían y… me violaron. La noche paso muy lentamente al estar hundida en aquellos recuerdos perturbadores que me habían ensuciado, pero aún sigo teniendo esperanza en aquellas probablemente sabias palabras de mi madre ¨después de toda tormenta, sale el sol¨ recuerdo que lo decía con aquella alegre sonrisa que tanto la caracterizaba, a pesar de que el sol para ella nunca más salió.
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Hola!!*
Esta está escrita por una amiga y yo, así que espero que les guste.
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La historia de Katrina
Novela JuvenilAllí estaba yo, en el edificio más alto de Nueva York, apunto de dar mi último paso, a la nada, al olvido de mi vida, de mis perjuicios. Cerré mis ojos y extendí mi pie para dejarme caer y entonces...