Capitulo 7

914 42 3
                                    

Al descubrir la verdad sobre su relación lo único que pude pensar es en  averiguar  el fondo de esto pero ninguno de los integrantes Geyer quiso hablar de ello durante los dos meses que ya han pasado viviendo en la mansión Geyer completamente ajena a mi padre y mis familiares, el colegio seguía igual a excepción de que ahora un par de gemelos me acompañaban todos los días y constantemente tenía que estar parando sus peleas matutinas, Jacke por un lado ya tubo de novia a casi todas las chicas del colegio y constantemente anda con los “delincuentes” del colegio pero a pesar de todo cuando estamos solos es un chico como cualquier otro y por algunas extraña razón ambos nos sentimos identificados con el otro por lo que nos volvimos confidentes y mejores amigos y por otro lado Evans, mi novio, obtiene el primer lugar  en los estudios y se volvió el presidente del consejo de estudiantes, este al igual que Jacke es bastante popular con las mujeres pero siempre las rechaza con una gentil sonrisa, a primera vista es el chico perfecto pero siento que en el fondo él está ocultando todo lo que es y todo lo que fue, siempre que lo miro parece ido, hundido en sus pensamientos, como si tuviera una barrera inquebrantable en la cual se refugian él y los recuerdos de su pasado, un pasado tan sombrío que no se logra identificar.

–Katrina… despierta. –dijo una voz varonil, moviéndome suavemente.

– ¿Oh? –Dije frotando mis ojos con mis manos – ¿Evans…? –dije mirándolo

–Ven, levántate. –dijo alzándome como a una novia y acurrucándome en su pecho.

– ¿Qué pasa? –dije aun adormilada.

–Ya verás. –dijo caminando por el pasillo, hacia su habitación.

–Pero, tengo sueño. –dije mirándolo.

–Dejarás de quejarte en un momento. –dijo entrando a su habitación. Entro, cerró la puerta y camino hacia su balcón, abrió las puertas de vidrio del mismo y salió.

– ¿Qué hacemos aquí? –dije mirando como abría las puertas del balcón.

–Párate y mira –dijo poniéndome de pie en el suelo. Al mirar quede boquiabierta. Era algo hermoso. El amanecer más hermoso de todos, en verdad.

–Es hermoso. ¿No crees? –dijo mirando el amanecer que se formaba ante nuestros ojos.

–Sí. Lo más hermoso del mundo. –dije admirándolo.

–Sí, no tanto como tú, pero sí, es hermoso. –dijo mirándome, a lo cual yo me sonroje.

– ¡Basta! –dije quejándome. –No me hagas sonrojar –dije mirando el suelo. Él tomó mi mentón y lo levanto, para quedar mirándonos mutuamente por varios segundos.

– ¿Por qué? Amo ver que te pongas como un tomatito. –dijo sonriendo. Yo reí por su comentario.

–Y yo te amo a ti. –dije mirando sus ojos como se sonrojaba levemente mientras tomaba su rostro y lo besaba poniéndome de puntillas, ya que era un poco más alto que yo.

–No más que yo –dijo al separarnos.

No hubiera imaginado este momento hace dos meses, cuando lo conocí. Mirar vagamente el amanecer más hermoso de todos, mientras nos decíamos ¨Te amo.¨ Pronto se escuchó la puerta abrirse, a lo cual ambos volteamos, era una de las mucamas, Julieta.

– ¡Oh! ¡Lo siento, señor Evans! –dijo tratando de no mirarnos.

–Tranquila, Julieta. –dijo entrando a la habitación. –Fue mi culpa, por no avisar que ya no hacía falta que me despertaran  –dijo sonriendo.

–Solo quería informarle que la mesa está lista. Y que su padre lo está esperando. –dijo seria. Al escuchar la última oración me sorprendí, creo que más que él.

La historia de KatrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora