Kashuu despertó agitado a mitad de la noche. Tenía la frente perlada en sudor, y apenas podía respirar. Observó a su alrededor alterado, sentándose sobre el futon una vez que había recordado el lugar en el que estaba. La ciudadela. A pesar de lo frecuentes que eran sus pesadillas, él seguía sintiéndose desorientado una vez que despertaba.
Como si el sueño fuera la realidad, y el lugar donde estaba no fuera más que una ilusión creada por su subconsciente para huir del mundo real.
Aquellos tiempos en los que estaba con Okita habían terminado hace mucho. La época en la que se rompió, en la que fue abandonado a su suerte; todo eso pertenecía a un pasado divergente de lo que era su vida actual. Aun así, Kashuu vivía con el miedo de ser desechado por su nuevo amo —cosa que se notaba al ver lo mucho que se preocupaba el castaño por su aspecto—, y no importaba las veces que se repitiera que, sin importar lo que pasara, su nuevo amo nunca se desharía de él, el de ojos rojos seguiría viviendo bajo el miedo del abandono.
—¿Kiyomitsu?
La suave voz de Yamatonokami le indicó que había conseguido despertar a éste.
Fue cuando Yasusada se fue de la ciudadela que comenzaron sus pesadillas. Por algún motivo había pensado que con el regreso de éste disminuirían o incluso desaparecían, pero ese no había sido el caso. En lugar de amainar, las pesadillas habían aumentado a gran medida, aunque por suerte del castaño, aún no se reflejaba en su desempeño la falta de sueño.
—¿Pasa algo? —en su voz denotaba que estaba en un punto medio entre estar dormido y despierto, incluso cuando se incorporó sobre el futon se tambaleó un poco de lado a lado, sin dejar de frotar sus ojos—, ¿no puedes dormir?
—En serio te pareces a él... —murmuró el castaño sin un motivo. Las palabras prácticamente habían salido por sí solas de su boca.
Aunque no estaba mintiendo al decirlo. El de ojos azules guardaba un gran parecido a su anterior amo, algo incluso aterrador. Ese parecido a veces era un factor fundamental en las pesadillas de Kiyomitsu. Okita Souji lo había abandonado; Yasusada Yamatonokami se había ido una vez. ¿Cuántas eran las posibilidades de que el segundo terminara haciendo lo que el primero?
—¿Huh?
—No es nada. Perdón por despertarte —sacudió la cabeza y se apresuró a disculparse, volviéndose a acostar. Sabía que no podría conciliar el sueño, pero no quería preocupar al de ojos azules.
Mas después de haber estado tantos años juntos, era casi imposible que uno no se diera cuenta cuando el otro le mentía. Se entendían a la perfección, o al menos eso creían. Kashuu no le había dicho aún nada sobre sus pesadillas a Yasusada, pero éste ya tenía una vaga idea de lo que pasaba, por lo que decidió hacer lo único que se le ocurrió en ese momento.
Ya no se veía nada adormilado.
—Yasu...
Antes de que el otro pudiera terminar de decir algo, o más bien, comenzar, lamió con lentitud el cuello de éste, posicionándose a horcajadas sobre éste, siendo lo más delicado que podía. Kiyomitsu no puso resistencia.
—Agh... —el de ojos carmín dejó escapar una leve queja al sentir la húmeda y tibia lengua de Yamatonokami descender sobre su fría piel. Pasó por su pecho, deteniéndose un poco en su abdomen para besarlo, hasta llegar a su parte baja.
—Yo nunca te voy a dejar, Kashuu Kiyomitsu —murmuró con tono serio mientras lamía sus propios dedos con una mirada seductora—. Siempre estaré a tu lado. Lo prometo.
—Sí, lo sé —murmuró con una sonrisa, acariciando el cabello contrario.
Lo que hizo a continuación Yasusada fue preparar al castaño sin mucha prisa. Había pasado un tiempo desde la última vez que lo hicieron, por lo que no quería ser demasiado brusco. O al menos no por el momento. Después de un par de minutos que parecieron eternos para ambos, reemplazó sus dedos por su miembro erecto.
—Mmng —los gemidos de Kiyomitsu eran acallados por los labios del de ojos azules, que a su vez aumentaba el ritmo de las estocadas.
Las paredes no eran muy gruesas, y como no querían ser oídos por cualquiera que pudiera pasar frente a su cuarto, ambos hicieron un esfuerzo por no hacer mucho ruido. Desde que habían sido descubiertos por Mikazuki habían dejado sus acciones nocturnas por varias semanas, aunque eso había sido hace demasiado tiempo.
Yasusada había recargado las piernas del castaño sobre sus hombros, para que no fuera tan cansado para éste, y se encontraba inclinado sobre su cuerpo, con una mano encargándose de masturbarle. En algunos momentos, Kashuu clavaba sus uñas en la espalda del otro, dejando marcas del mismo tono de sus uñas y ojos, mas éste no daba señas de que le doliera. Ambos se encontraban envueltos en el placer, por lo que no querían permitir que otro tipo de sensaciones se hicieran presentes en ese momento.
Ambos se quedaron dormidos poco después de terminar, abrazados, sin importarles lo que pasaría si alguien entraba y los veía.
Y mientras dormían, lo único que hizo acto de presencia en el sueño de Kashuu fue un enorme árbol de cerezo que balanceaba sus hojas con suavidad al ritmo de la leve brisa. Había una persona sentada bajo el árbol, pero sólo necesitó ver la difusa silueta una vez para saber de quién se trataba.
Su otra mitad.
——
–––––––
----------
Este fue resultado de mi aburrimiento en la escuela (lo escribí en un cuaderno aprovechando que tenía tiempo libre) Disculpa la tardanza y espero te guste (estos dos son mi otp de la serie <3, y lamento que el hard haya quedado tan mediocre)
![](https://img.wattpad.com/cover/103843902-288-k734829.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Parejas crack y otras casi canon (yaoi/BL)
FanfictionBueno, como dice el titulo, aquí subiré fics cortos de distintas parejas de series. El punto en sí que he tenido desde que comencé a escribir fics fue escribir sobre parejas de las que casi no haya historias, así que, si quieren algún oneshot de una...