—Es el Tutor Real.
Todas las noches, desde que el rey había regresado, era lo mismo. Los guardias avisaban al Rey que tenía visitas, y él siempre contestaba con un «no lo dejen pasar» o «no quiero interrupciones», sólo cuando decían quién era el que había ido a visitarlo, él cambiaba su fría respuesta.
—Déjenlo pasar.
Siempre lo mismo, una y otra vez. Como si fuera parte de un libreto repetir esa escena todas las noches. Y es que, ¿quién más podría ir con el Rey tan entrada la noche todos los días? Incluso los guardias comenzaban a preguntarse si en verdad debían de avisarle a su majestad la llegada del Tutor Real.
—¿Acaso tuviste una pesadilla? —bromeó cuando el más bajo estuvo lo suficientemente cerca.
Como siempre, cargaba en manos el vino que iban a tomar esa noche. Heine agradecía que esa vez no se le hubiera ocurrido a Viktor hacer su típica broma. Aunque incluso el Rey sabía cuando una de sus bromas eran demasiado redundantes.
—Hoy es Romanee-Conti Grand Cru —dijo con su tono serio de siempre mientras servía el contenido de la larga botella en dos copas que ya estaban sobre la mesa.
—Nada mal.
Viktor, con la copa en la mano, se levantó de su asiento y se dirigió a Heine, quien veía sus movimientos estando cómodamente sentado. Fue un sencillo beso el que el rubio plantó en la mejilla izquierda del Tutor Real, pero el acto fue suficiente para que el rostro de Heine que sonrosara.
—Veo que hoy tienes prisa por hacerlo, Viktor —comentó mientras daba un sorbo a su copa.
El Rey sólo sonrió de forma encantadora mientras tomaba un sorbo del vino, sin llegar a tragarlo, y colocaba su mano en la barbilla del más bajo. Heine no puso resistencia cuando los labios del rubio se juntaron con los suyos, y aceptó sonrosado el líquido que el otro se ofrecía a pasarle por la boca.
Por la forma en la que comenzaron a entrelazar sus lenguas, algo del líquido oscuro resbaló de la boca de ambos derramándose. El rubio lamió los rastros que había dejado el vino en la barbilla y cuello del más bajo.
Ese día Viktor si que estaba apresurando el ritmo de las cosas. Normalmente hablaban un rato en lo que terminaban una o dos copas del vino, pero esta vez era diferente, aunque no era como si el Tutor Real tuviera quejas al respecto.
—¿No es mejor así? —preguntó con tono seductor el Rey mientras le quitaba sus gafas al contrario y las dejaba sobre la mesa.
Heine no dijo nada.
Se levantó en silencio y comenzó a desabrochar la ropa que traía puesta mientras que el rubio lo miraba con ojos llenos de lujuria. Aún sin haber terminado de quitarse la ropa, Viktor lo atrajo hacia sí. Acarició con un movimiento lento su mejilla, dejando reposar su pulgar sobre sus labios. Recorrió con él la comisura de su boca, y al ver que el más bajo comenzaba abrir un poco la boca, introdujo despacio su dedo.
Con su mano disponible, comenzó a acariciar el cuerpo de Haine, trazando círculos en su pecho, descendiendo hasta su entrepierna. Sonrió divertido al ver cómo el más bajo se estremeció por su toque.
Al Rey le fascinaban las reacciones del Tutor Real. Por más seguido que hicieran ese tipo de cosas, él siempre se sonrojaba y mostraba tímido. Lo contrario a esa expresión tan apagada que tenía normalmente. Era como un privilegio poder ver esas caras que hacía Heine al estar apenado.
Sin contar lo dulce que se volvía su voz al gemir o decir su nombre.
Normalmente, en situaciones como esa, olvidaban el hecho de que a tan sólo una puerta había personas cuidando que no entraran intrusos. Heine sospechaba desde hace tiempo lo que esos guardias pudieran saber al respecto de la relación que tenía con el Rey.
—Aghh... —cubrió su boca con su mano, mirando con recelo la cara de diversión de Viktor. Seguía sorprendiéndole el hecho de que fuera un Rey tan descuidado.
Heine se aferró al pecho desnudo del rubio mientras contenía otro gemido.
Viktor estaba sentado en la silla en la que antes había estado con el más bajo de frente montado sobre sus piernas, con sólo su camisa blanca desabotonada cubriéndole. El sudor que cubría su frente y el sonrojo en sus mejillas, si alguno de los príncipes viera esa escena no había duda de que quedaría en shock.
Ese lado suyo era algo que tenía que esconder bien cada vez que estaba con ellos.
—Heine —murmuró Viktor en su oreja—. Haz seducido a mis hijos de una forma sorprendente, pero no olvides que yo soy el único que puede hacerte esto.
—Mnng... — otra vez tuvo morder sus labios para evitar soltar su voz con libertad—. Viktor... no tan..
El rubio ignoró las peticiones del contrario y continuó con ese ritmo veloz y certero, que sabía bien, el otro disfrutaba por más que intentara negarlo.
Sonidos de placer intentando ser silenciados en vano llenaban la habitación. El olor del sexo mezclado con la dulce fragancia del vino. Todas las noches era lo mismo. Una simple visita nocturna que siempre terminaba en más.
En un rato más, los guardias se despedirían con cortesía del Tutor Real, mientras este caminaría en silencio hacia su habitación. Su ropa, perfectamente arreglada y la misma expresión seria. Aunque todas las noches había algo diferente, la rutina era la misma. En realidad lo que sucedía antes y después parecía sacado de un guión que repetían cada día.
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Hola! bueno, tardé un poco con esto, pero es que estoy un poco ocupada con otro proyecto de Oushitsu Kyoushi el cual estará en unos días más :3
Gracias por leer!
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Parejas crack y otras casi canon (yaoi/BL)
FanfictionBueno, como dice el titulo, aquí subiré fics cortos de distintas parejas de series. El punto en sí que he tenido desde que comencé a escribir fics fue escribir sobre parejas de las que casi no haya historias, así que, si quieren algún oneshot de una...