¿Quieres hacer travesuras conmigo? (LxR) (Marginal#4)

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—¿Quieres hacer travesuras conmigo?

Los ojos verdes de su hermano se habían tornado rojos. Sus pupilas estaban rasgadas. En realidad parecía que se había convertido en un demonio.

—¿L? —preguntó confundido—. ¿Qué quieres decir?

Antes de qué pudiera seguir preguntando, los labios de su hermano lo silenciaron. R quedó estático ante aquella acción, ¿Qué rayos estaba pasando?

L intensificó el beso metiendo su lengua en la cavidad bucal de su hermano. Cosa que hizo que éste se estremeciera. Trató de retroceder, pero detrás de él había una pared que le impedía hacerlo. La saliva ya se escurría de sus bocas, y R trataba de romper el beso por la falta de aire.

El peliverde se separó con brusquedad y comenzó a desabrochar las ropas de su hermano mientras éste recuperaba el aliento. La confusión estaba presente en la mente de R, ¿Por qué L le estaba haciendo eso?

Su pálida piel quedó al descubierto. L pasó su mano por el pecho de su mellizo acariciándolo un poco antes de acercar su rostro para comenzar a lamer y succionar uno de los rosados pezones de R. Mientras lo hacía, con su otra mano se encargaba de masajear el restante.

El castaño cubría su boca para evitar que sus gemidos fueran escuchados. La lengua caliente de su hermano sobre su fría piel era algo que nunca antes había sentido. Tan placentero y excitante.

Su mellizo bajó por su pecho con su lengua hasta llegar a su prominente erección. L comenzó a lamerla aún sobre la tela, admirando como ésta comenzaba a humedecerse por el líquido preseminal. R mordió su labio inferior mientras sentía su cara arder de vergüenza.

Sin previo aviso, el peliverde le despojó de sus pantalones y ropa interior, dejando su cuerpo desnudo expuesto.

Sin detenerse mucho a admirarlo, posó su mano sobre la erección de su mellizo y comenzó a masajearla. Movía su mano de arriba abajo con un vaivén que iba aumentando de velocidad con cada momento.

—L... —jadeó R.

El recién nombrado volvió a besar a su mellizo mientras aumentaba la velocidad de su mano. Un gemido se ahogó en el húmedo beso. El espeso líquido salió manchando el torso del castaño.

—Eso fue rápido —le susurró L al oído con un tono seductor.

El rostro del castaño se puso más rojo al oír eso, claro, si eso aún era posible. Y cubrió vanamente su rostro con sus brazos.

L sujetó los brazos de su hermano y lo puso en cuatro sobre el suelo. Sin entender la razón, R estaba apunto de preguntar qué haría, pero sus palabras fueron abruptamente silenciadas al sentir un dedo en su entrada.

Soltó un agudo y entrecortado jadeo al sentir como el intruso trataba círculos en su interior.

El peliverde acercó su rostro al castaño para volver a besarlo mientras introducía un segundo, y después un tercer dedo en su entrada. R se estremeció. Sus ojos se habían humedecido con lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento.

Los dedos de L fueron cambiados por su miembro, el cual se hizo paso con lentitud en el interior de R para evitar lastimarle. Las pequeñas lágrimas escurrieron de los ojos del castaño, las cuales fueron limpiadas por la lengua del peliverde antes de que cayeran al suelo.

Ambos se miraron el uno al otro durante unos momentos. La visión que daba R era la de un hermoso chico con apariencia de ángel, desnudo y en cuatro, totalmente sumiso ante los ojos escarlatas de un demonio.

R comenzó a mover sus caderas una vez que acostumbró.

Las estocadas comenzaron lentas, en el lugar no se oía otra más que gemidos llenos de placer y lujuria.

Mientras las embestidas se hacían cada vez más fuertes y profundas, L volvió su atención al miembro erecto de su hermano para comenzar a masturbarlo al ritmo de sus estocadas. Ambos sentían que pronto llegarían al clímax, así que volvieron a besarse con lujuria hasta que el castaño rompió el beso al sentir un líquido caliente y espeso llenándolo.

L se acercó a su oído jadeante mientras se deslizaba fuera de él, y con una sensual voz le susurró:

—R, eres bastante lascivo. Las cosas apenas comienzan.

El castaño abrió los ojos de golpe al escuchar el despertador. ¿Qué había sido eso? Su frente estaba bañada de sudor y su respiración agitada. Al intentar incorporarse se dio cuenta del "pequeño problemita" que tenía entre sus piernas.

—Tener sueños como ese... —se sonrojó. No entendía el motivo de su sueño, pero que haya sido con su hermano lo hacía sentirse aún más abochornado.

Pasó un buen rato hasta que se dignó a salir de su cuarto para hacer el desayuno. Para su suerte, L aún no se había levantado.

—Buenos días. El desayuno está listo —abrió la puerta de la habitación de su hermano con una sonrisa en el rostro, tratando de actuar lo más natural posible—. ¿Pasa algo? —preguntó al verlo con la mirada baja.

—No —respondió, luego levantó el rostro y sonrió—. No es nada.

Aunque L estaba sonriendo, R pudo adivinar, hasta cierto punto, lo que había pasado. Al parecer, él no había sido el único que había tenido sueños extraños.

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Este fic lo había subido antes, pero lo trasladé aquí como podrán notar. Este fue el segundo lemon que escribí así que, tiene fallos

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Nos leemos luego!! n.n)/

Parejas crack y otras casi canon (yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora