Capitulo 1.

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En un despacho en las mazmorras estaba un pensativo Severus Snape, en cualquier momento su alumna de la casa de Gryffindor llegaría y empezaría una vez mas su aburrida tarea de dar clases extras a una niñita que preguntaba cada dos por tres. Si había algo peor que darle clases a un montón de zopencos, era darle clases especiales a uno, en esa situación se veía obligado a ignorar al mínimo las intervenciones del alumno, cosa que era insufrible si se trataba de alguien que no lo dejaba ni pensar en paz cuando ya estaba hablando, preguntando o tocando algo del lugar.

No es que no valorara las ganas de aprender de ella, es que era mejor que esas ganas de aprender no tuvieran nada que ver con él, mientras mas alejados de él estuvieran esos inútiles, mucho mejor, pero tuvo que acceder, ya sabía que si se rehusaba, la niña iría con Minerva y esta lo persuadiría con sus molestas visitas constantes hasta que estuviera a punto de lanzarle un crucio, y como no quería ir a azkaban... se ahorraría todo eso diciendo que si de una vez, ah pero que eso no crea que eso sería como un día de campo, la haría pagar por todo el fastidio que le estaba causando, ¡como si fuera poco tener que soportarla en clases!

Sin embargo, a pesar de sus "métodos" que hubieran hecho renunciar hasta al mas valiente, ella seguía ahí, la vio muchas veces mirarlo con ira, la vio contener lagrimas, la vio temblar, pero jamás la vio renunciar, esa chica era mas terca que una mula, no le quedaba de otra que aceptar que sería una molestia constante durante ese largo año escolar.

Así que, se limitaría a tratar de enseñarle algo, cumplir con esas horas y sacarla de su despacho en cuanto fuera tiempo, claro que siendo ella como era, aprovecharía y también le enseñaría a cerrar la boca y a ser menos pedante y estaba seguro que disfrutaría bajarle los humos a "la heroína de guerra".

A las 7 pm en punto escuchó los golpes en la puerta que daban inicio a su dolor de cabeza, como era de suponerse, la molestia es puntual. La dejó tocar unas cuantas veces para luego decir un " pase " que esperaba que ella no escuchara, pero la chica entró y se maldijo una vez mas, hubiera discutido con Minerva, hubiera renunciado, hubiera preferido a Peeves antes que ver de nuevo esa cara sonriente de la Gryffindor, y lo peor era saber la razón, ese día seguro había visto a su noviecito, antes creía que lo mas estúpido que ella haría era quedarse con el zanahorio Weasley, pero no, tenía que traspasar los limites con el imbécil de Black.

(Severus):- Muy sonriente Granger, espero tenga la misma sonrisa cuando esté extirpando algunos ojos de ranas y cortando la cola a algunas ratas, ah y se me olvidaba, también habrá que trabajar con algunas sustancias viscosas que apuesto la pondrán mas contenta, ¿qué hace aun ahí parada? Apúrese que el tiempo pasa.

Esa si se era saber como bajarle su buen animo, a veces Severus estaba de un humor de los mil demonios, y no es que no siempre pareciera estar de mal humor, es que habían días que era especialmente irritante, estos días casi siempre coincidían con las visitas que Sirius tenía en el colegio, ella sabia de la rivalidad y el odio que ambos se profesaban, pero era realmente cansado tener que soportarlo así cada vez que venía de estar con su novio, era como la tormenta después de la paz, y si, Hermione sabía que así no iba el dicho.

(Hermione):- Profesor, ¿por qué tengo que prepara estos ingredientes? Creí que hoy realizaríamos la poción que estaba programada.

Esa niña, todo tenía que ir según "un programa" como si ella fuera quien imponía las reglas.

(Severus):- Lo hará por dos razones, la primera  es porque ya no tenemos de esas ingredientes para futuras pociones y la segunda y mas importante,  es que yo.. se lo estoy ordenando

(Hermione):- Pero justo el martes me encargue de como 200 ratas, y la semana pasada me encargué de tantos ranas que creí que estaba en una de las plagas de egipto, deberíamos tener suficientes partes de ranas como para elaborar cientos de pociones que las necesiten.

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