Capitulo 22

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Una semana, una semana sin verla, una semana sin saber nada de ella, una semana de estarse volviendo loco en su despacho, y cuando creyó que el no verla dolía, descubrió que dolía mas verla con otro, dolió mas que ella no le dedicara mas que un rápido vistazo.

Fue un instante, el venía del despacho de Minerva cuando la vio del brazo de Black, ella lo miró por un segundo, uno que le congeló la sangre, una sola palabra se le vino a la mente, dolor, eso había en sus ojos, dolor, y ese dolor lo sintió en él, quizás nunca puso especial atención a los momentos difíciles de la chica en el pasado y por eso era la primera vez que la contemplaba de aquella manera y no era fácil, no, ella era la que se reponía del veneno de sus palabras con grandes muestras de valentía y determinación, era quien no caía a las provocaciones de los demás, quien se podía limpiar las lagrimas y luego mostrar firmeza y fiereza ante lo que venía, pero ahora estaba herida por el destino.

¿Habrá pasado momentos así después de la guerra? Conociéndola, habrá sufrido por cada muerte. Pensarlo le dolía, pero no podía hacer ya nada y con el dolor presente, ¿Acaso podría él ayudar a sobrellevarlo? y quisiera hacerlo, al menos, dejarle saber que de la manera que ella estuvo cuando él la necesitó, ella podía contar con él, que no le daría palabras de aliento, ni fingiría entender su dolor, pero estaría para escucharla, que quizás no pueda quitarle su dolor, pero si demostrar que le importa.

No eran las situaciones en que Severus podría hacer o decir nada, a la verdad, nadie podría, pero eso no significaba qque nole desesperaba la idea de ser impotente.

Minerva les había concedido tres días a ella y a Ginny Weasley, pues su hermano estuvo en el hospital recuperándose, pero se le concedió a Hermione unos días mas fuera del colegio. 

Y él se había quedado ahí, de piedra, no le había dicho nada cuando la vio llorar frente Black, no le dijo nada cuando la vio marchar, no le escribió nada cuando estuvo fuera y sentía que aun no podía decirle nada, porque en ocasiones, aunque muy elocuente en lo intelectual, a Severus le faltan las palabras cuando le sobran sentimientos.

Extrañaba caminar por esos oscuros pasillos, escuchar los sonidos de los aprendices cuando entrenaban, sentir la humedad del lugar y sobretodo, su maldita capucha. Ya había vuelto de su misión y recién acababa de terminar su reunión con los otros cuatro grandes, era momento de seguir con el plan, pero no dejaba de sentir que algo no estaba marchando bien, tenía esa sensación en sus tuétanos de que no todo el plan saldría limpio y sabía por quien lo sentía, tenía que aligerar los planes o aquel idiota echaría todo a perder por culpa de Hermione Granger.

Hermione recostó su cabeza en la almohada sabiendo que aunque se encontraba muy cansada, no podría dormir inmediatamente, tenía muchas cosas en su cabeza, pero había una en especial, hoy le había visto y era agregar una carga mas a su cansada espalda y sin embargo, no podía negar la emoción que le provocaba aquel hombre.

Tuvo una semana alejada del colegio, una semana difícil, simplemente no podía creer que Dante estuviese muerto, aún creía que era un error, que no podía ser cierto, que él vendría con su habitual sonrisa y sus dulces palabras a apoyarla una vez mas, que regresaría de su misión a contarle como lo habían ascendido y sería su respaldo en lo por venir, que volvería a ver el brillo en sus ojos cuando hablaba de quidditch, aun esperaba volver a oír su voz. Aun recordaba su ultima platica, nada de eso parecía real.

Era increíble lo mucho que Dante había llegado a significar, y en esa semana había meditado cuanto significan algunas personas que quizás no sepan lo que los queremos, cuanto agregan la vida de otros a la nuestra sin que lo notemos, somos parte de otros en medidas que a penas nos damos cuenta.

Y Dante que con su gentileza se había ganado muchos corazones,  había tenido una muerte como esa, nadie pudo ver por última vez su rostro en el entierro,  nadie de los últimos que los vieron con vida olvidaría que lo último que vieron de Dante, fue su cuerpo calcinado.

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