Capítulo 15.

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Severus se levantó como de costumbre, era un sábado, no tenía mas planes que buscar como ponerse al día con el plan de estudio, Granger dijo que le visitaría, pero había olvidado decir a que hora. Odiaría admitir que la estaba esperando, él podría salir, pero no quisiera que ella llegara y él no estuviera, maldita sea, debió preguntar.

Cuando el reloj marcó las 5 de la tarde Severus dejó de intentar concentrarse en su lectura y pesimista avanzó hacia un pequeño bar que tenía escondido en una esquina de su despacho. Ella quizás, después de todo no vendría, no podía negar que se sentía un tanto decepcionado. Cuando estaba a punto de verter el licor, llamaron a la puerta, era ella, su corazón se aceleró y de pronto se sentía nervioso, casi botaba el vaso, -ridículo- pensó, el hombre que había tenido que lidiar con la tarea de enfrentar al mago mas peligroso de su época y guardar la compostura, ahora bajaba la guardia ante una niña.

Severus respiró ante otro llamado un tanto mas insistente, controló como en sus días de espía sus emociones bajo una fría capa de hielo, la oclumancia era su mejor amiga de nuevo. Todas sus emociones debía guardarlas bajo el lago en su mente, uno frío y calmo, tanto que no parecía ser mas que agua congelada que llevaba en ese estado hace muchos años. Abrió la puerta, ella estaba ahí sonriéndole y sus aguas se movieron, tenía que serenarlas.

-Le he traído un pastel, lo he hecho yo misma, y algo de comida de la cocina... Supuse que podía tomarme la libertad.

-Usted siempre se las toma.

Hermione no pudo evitar sonrojarse al recordar el beso.

-Señorita, quizás deberíamos... hablar

-Sev... -Vaciló, si bien llamado por su nombre antes, no con él consciente y definitivamente no con el Severus de su niñez, una figura casi irreal, fría, indiferente, así se presentaba hoy, sabía pronto la traería de vuelta, solo no quería fuera hoy. -Severus -Dijo esta vez mas segura -Creo debemos de hablar, pero podríamos hoy solo celebrar tu cumpleaños.

Era 9 de Enero, ¿Cómo lo había olvidado? ah sí, claro, porque no tenía importancia mas que saber asimilar el paso del tiempo.

-No creo tener nada que celebrar, verá, yo...

Ella le había dejado con la palabra en la boca, maldita chica, estaba ya poniendo las cosas en una su escritorio para proceder a servir.

-Granger -Reunió todo lo peligroso que podía sonar con una sola palabra y había dado resultado, por segundo parecía esa niña de mente ágil y cabello indomable que presumía de saber mucho, pero al final solo otra niña mas a quien podía causar temor, se había enderezado de golpe como un militar reaccionaba a un saludo.

Luego volvió a relajarse.

-¿Quien se lo ha dicho?

-Yo lo he sabido por algún tiempo, cuando estuvo en san mungo su información fue requerida muchas veces por muchas personas, nombre completo, estatus de sangre, fecha de nacimiento, etc, todos los que estuvimos cuidándolo al cabo de un tiempo nos aprendimos los datos.

-Hermosa invasión a mi privacidad. Pero debe saber que si no me ha visto "celebrando" mi cumpleaños, es porque...

-Porque no lo celebra, lo sé, pero este año soy yo celebrando, si usted no quiere hacerlo esta bien, solo le pido me acompañe a que yo celebre que usted nació y aún está con vida.

Severus tuvo que mirar hacia otro lugar y sentarse, ¿Ella había dicho eso? ¿Acaso no sabía lo que le provocaba con esas palabras o no significaban lo mismo para ella? La aguas amenazaban con perder la calma de una manera desastrosa.

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