A Quien Amo.

Capítulo 25

De pronto el tiempo se detuvo, al menos así se sintió, parecía como si la escena se hubiera congelado, Severus logró esconder su mano que tardó algunos segundos extendida, pero aunque lograra reaccionar en esto, era como si estuviera pegado al lugar, como si lo hubieran petrificado, solo sentía la presión de sus puños apretados bajo su capa y un frío recorrerle el cuerpo, frío que no duraría mucho en convertirse en  llamas mas calientes que las del mismo infierno.

Por su parte Hermione no podía gesticular palabras, estaba en los brazos de Sirius, lo sentía, pero era verlo y aún así no creer que estuviera ahí, no pudo evitar su repentino espanto al recordar con quien había chocado.

La mayoría de alumnos habían dejado sus pláticas y comidas para mirar la escena, ninguno se movía, como si la tensión del momento les afectara a todos, era obvio que muchos lo estaban disfrutando y admiraban con morboso interés la escena, a la mayoría solo le resultaba curiosa, después de todo lo que se hablaba en los pasillos, al fin había llegado este momento.

Sirius se irguió junto con ella y una sonrisa en el rostro.

-¿Me extrañabas?

Hermione miró hacia su profesor de pociones y sintió revolverse el estómago, la mirada del hombre no le decía nada, como si hubiera  perdido la claridad que había logrado notar en sus ojos en las ultimas semanas, la mirada que le dejaba saber su estado, ya no estaba, la mascara estaba de nuevo puesta sobre el hombre, sin mas que tres segundos que fueron suficientes para notarlo, un nuevo suceso le golpeó, Sirius la besó, ahí, delante de todos y de una forma demandante, su agarre era mas fuerte que el necesario y su beso le fue insufrible, no reaccionó al instante, pero luego trató de separase, sin embargo  su agarre se hizo mas fuerte y el beso mas efusivo, gracias a Merlín escuchó la voz de la directora.

-Señor Black, señorita Granger, agradecería mantengan sus asuntos afectivos para ustedes, este no es lugar para semejante exibicion, me parece totalmente fuera del lugar.

-Disculpeme directora, extrañaba mucho a mi novia, no volverá a repetirse.

-Eso espero, por el momento, cinco puntos menos para Gryffindor, por su comportamiento señorita.

La mirada de Mcgonagall parecía mucho mas severa y sus palabras sonaban mucho mas decepcionadas que lo que hubiera querido, de pronto le pareció que el corazón se le detuvo, giró hacia donde estuvo su profesor, pero este ya se había ido.

Su primera reacción fue de buscarlo, pero una mano la detuvo.

-¿No querías hablar conmigo? Parecías muy interesada en tus cartas. 

El comportamiento de Sirius era desconcertante y sintió como la mayor parte de su ser le decía que no fuera con él, pero esta era la oportunidad por la que había estado rogando, si todo se resolvía en ese momento podía ir directo a las mazmorras, a pesar de estar molesta con Severus, entendía la gravedad de lo acontecido y sabía que lo mejor era llegar con la noticia que había estado esperando darle.

-Ven

Hermione lo condujo por un pasillo, no tenía un lugar en concreto cuando empezó a caminar, pero ahora se dirigía al patio, no era un mal lugar para hablar a pesar que podía meterse en problemas si se hacía tarde y ellos seguían ahí.

Caminaban en completo silencio, la joven se iba llenando del coraje suficiente, había ensayado esa conversació miles de veces en su mente y hasta en voz alta en su cuarto, había practicado que decir para todas las respuestas que imaginó Sirius podría tener, pero pensarlo no era lo mismo que tener que hacerlo en la realidad, ahora Sirius estaba ahí y ella estaba a punto de romper su relación, no habían ensayos que le ayudaran a estar lo suficientemente preparada para esto.