Capítulo 10

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Hermione despertó con un terrible dolor de cabeza, abrió los ojos y por instante creyó estar ciega, no podía ver nada, había tanta oscuridad como pocas veces había presenciado, buscó a tientas su varita, pudo sentir una especie de mesita de noche al lado de la cama donde se despertó, estuvo buscándola cuando sintió que había botado algo y un ruido de algo rompiéndose la hizo maldecirse, sin embargo, sólo dos segundos después había encontrado su varita, encendió un Lumos y pudo ver la habitación en la que estaba.

Posiblemente la oscuridad en la que estaba no solo se debía a la falta de luz, sino también a que todo en ese lugar era de un color terriblemente oscuro, la mayoría de las cosas eran negras como las sábanas que ocupaba. La castaña buscó lo que había roto y encontró en el piso unos lentes negros que visiblemente estaban rotos.

"Oculus reparo" dijo, recordando como siempre que realizaba ese hechizo, la primera vez que había conocido a los que llegaron a ser sus mejores amigos.

Colocó los lentes en su lugar y apagó la luz de su varita para ponerse a meditar, ¿Donde rayos estaba?

Trató de forzar a su mente a recordar, pues se sentía como sino hubiera dormido en mucho tiempo, con un pequeño dolor de cabeza, el primer recuerdo del día anterior llegó. ¿Como lo había olvidado? ¡El supervisor! Al fin había llegado a la clase de pociones y al fin ella había salido mejor parada que .....

Luego de eso se había ganado la mirada menos hostil que había visto en Severus, no era agradecida ni nada, pero merlín, en ese hombre ya eso era un logro. Después de eso habló con él, ella había propuesto brindar y... ¡Oh!

Hermione se tapó la cara como si de alguien quisiera ocultarse, ¡lo había besado! ¡Había besado a su profesor de pociones, había besado a Severus Snape!

Se moría de la vergüenza, recordaba que ya estaba bastante cansada, pero era consciente de lo que hacía, lo tenía cerca y tuvo unas increíblemente grandes e inexplicable ganas de besarlo, y con sus inhibiciones al mínimo, simplemente lo había hecho, recordó sentir algo de timidez (nada comparado a la vergüenza que sentía en ese momento), por eso había bajado el rostro y de inmediato se había dejado vencer por el sueño.

¡Diablos! ¿Había pasado algo mas y no recordaba? No podía ser, pero por deducción, estaba en la habitación de su profesor y ... Tragó, en su cama, ¿Que podía hacer? Tenía que salir de ahí a lo inmediato.

Volvió a encender un Lumos, a simple vista no había ninguna puerta, pero ya tenía experiencia en buscarlas, palpó la pared y encontró una, su mente le alertó, ¿y si esa no era la puerta que daba al despacho y era la que daba al baño? ¿Y si Snape estaba ahí? Sintió todos los colores subirseles al rostro, ¿acaba de imaginarse eso de verdad? ¿Qué diría Sirius? No pudo controlar una pequeña risa que era una mezcla de diversión y nervios, que diría su novio de que ella acababa de despertar en la cama de su enemigo número uno.

Sirius... Oh, había besado a Severus, de pronto la embargó un sentimiento de culpa, era una mala novia, se había dejado ganar por lo que quiso en el momento y lo peor es que desde que entró a esas mazmorras, era la primera vez que pensaba en su novio, tenía que reparar eso, ella no era así.

Armándose de valor golpeó dos veces quedamente la puerta y al no oír nada, empujó.

Y sí, ese era el baño, pero no había nadie ahí, estaba vacío, probó con otra y era un pequeño laboratorio, su curiosidad la empujó a entrar, pero su prudencia la sacó de inmediato, ya de por sí no sabía como miraría a su profesor, como para que también la encuentre en su laboratorio privado.

Probó con otra y ¡bingo! Esta daba al despacho, caminó lentamente, cuando estaba a unos pasos de la puerta de salida, divisó en que algo se movía, la guerra la había hecho sensible a movimientos repentinos q a penas estuvieran en su rango de visión, se giró y sintió algo muy parecido a la ternura. Severus se había dado la vuelta dándole la espalda en el sillón donde estaba dormido, al darse la vuelta la cobija había caído la mitad al suelo, Hermione se acercó, ella había recordado quedarse dormida en ese sillón, él debió haberla llevado a su cama y decidido dormir en el sillón él, ¿era un caballero? ¿Cómo la había llevado? ¿La cargó? No, no, por supuesto que no, el jamás haría eso, seguro la había levitado a como lo había visto hacer en tantas ocasiones con alumnos heridos. Aunque cuando la llevó a la enfermería... No, eso era diferente.

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