Capitulo 8

949 71 52
                                    

Severus escuchó que tocaban la puerta, se levantó de su silla y de inmediato volvió a sentir ese dolor en la parte posterior de su cabeza, no había tenido una buena noche, no había dormido casi nada, el insomnio volvió y no le dio tregua.

Posiblemente se debía al estrés de volver al ministerio, cuando fue su defensa fue realmente agotador, podía recordar horas y horas de interrogatorio, tantas declaraciones. Eran muchos los que lo acusaban y muy pocos los que lo defendía, a él no le importaba, había cumplido su misión y la culpa aun no lo dejaba como había creído que pasara, pero al menos el chico estaba vivo.

A pesar de todo fue liberado, las acusaciones en su contra fueron retiradas y con el testimonio de Potter y algunos mas, había bastado para que lo absolvieran una vez mas.

El estress también se debía a volver a ver a la familia Malfoy, una familia con la que si bien su relación no podía calificarse como la mejor, había sido por mucho una de las con que mas se había acercado. No compartía la mayoría de sus ideales, pero muchos de los intereses de la familia eran respetados por él. Lucius era uno de los que mas le había facilitado libros y objetos en su estudio por las artes oscuras. Su familia poseía muchos artículos y libros que fueron de mucho valor en sus investigaciones, jamas hubiera podido costear tal acercamiento a dichas cosas.

Tenia cierto vinculo también con la familia, sus relaciones con sus integrantes eran un tanto extrañas, pero debía admitir que tenia cierta inclinación a velar por ellos, después de todo, le había dado muchas cosas a él, habían compartido no solo reuniones, también cenas, charlas, le habían hecho padrino de su hijo. 

La relación con Lucius era lo mas cercano de lo que tenia a una amistad, compartían secretos y compañerismo, no podía estar orgulloso de los gustos de su amigo, pero no le juzgaba, ese hombre había sido su apoyo en muchas ocasiones y aunque su amistad no era muy fructífera en los últimos años, siempre le guardaría algo de gratitud. 

Con Narcissa la cuestión era un poco diferente, no se relacionaban mucho y sus platicas normalmente eran acerca de los otros dos miembros de la familia o alguna novedad en el mundo mágico. 

Con Draco las cosas eran complicadas, lo había visto crecer y pasar por muchas etapas, era su padrino y fue una figura importante en la vida del chico, no había notado cuanto le importaba la admiración y devoción que su ahijado tenia por él hasta que este la perdió en sus sexto año. La distancia entre ellos aminoro después de la guerra, pero siempre existía la tensión, sospechaba que la relación con el mas joven de los Malfoy era la mejor, pero jamas volvería ser igual. Le guardaba cariño al chico y de verdad esperaba que se convirtiera en un mejor hombre de lo que era su padre e incluso el mismo, sabia que la enseñanza de toda una vida no se irían rápido, pero ahora era su momento de escoger quien quería ser y esperaba que no perdiera la oportunidad de ser diferente, sabia que el joven tenia un buen corazón aunque tratara de ocultarlo y que su camino a la madurez estaba siendo difícil, pero poco a poco podía ver como esto también lo empujaba a tomar mejores decisiones.

A pesar de haber pasado un año, su juicio se había ido aplazando y aplazando y al fin habían dado un veredicto. Potter había atestiguado a favor de Narcissa y Draco y eso posiblemente ayudo a que ambos salieran libres y el hecho de que Malfoy estuvo en Azkaban y cuando regresó hizo pocos trabajos para su señor, había ayudado a que no se le inculpara de mas asuntos, pero si había sido algo extraño que la pena fuera tan poco severa. Quizás a pesar de todo, la justicia no aplica mucho con aquellos que tienen dinero.

Abrió la puerta y tuvo una grata sorpresa.

-Señorita Ginevra.

-Severus.

A Quien Amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora