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—C-connor, Co-connor... —Murmuraba, aferrándose a las delgadas ropas de su amigo— Las... pa-pastillas.

—N-no sé donde están. —Murphy de igual forma estaba entrando en pánico por la forma en la que estaba actuando Evan, no sabía que hacer, Hansen ya no era capaz de pronunciar otra palabra y sus movimientos eran flojos; solo tuvo una opción. De su velador sacó una caja, era alprazolam, con apuro sacó una de la lámina y se la dio a Evan, quien la tragó sin una gota de agua— Evan, po-por favor, cálmate.

Evan no podía, su respiración era agitada y los latidos de su corazón iba a todo dar, estaba muy sudado y seguía llorando; tenía miedo, estaba aterrado, quería irse de ese lugar tan horrible, quería irse.

—Respira, E-evan, respira —Decía Connor mientras acariciaba la cabeza del rubio, este comenzó a inhalar y exhalar como se lo pedía su amigo, pero se ahogaba con los sollozos repetidas veces—. Por favor, tranquilízate, todo está bien. —Abrazó con fuerza a su amigo, luego separándose y acariciando su rostro— Estoy aquí contigo, tranquilo.

Pasado varios minutos Evan comenzó a respirar con normalidad, su agarre se aflojo y cayó rendido a las piernas del drogadicto, su mundo se estaba armando nuevamente después de tan brusca caída, aún así después de eso no podía dejar de llorar.
Connor lo acomodó en la cama, volviendo a acostarse con Hansen a su lado.

—¿Estás mejor? —Preguntó con un notorio tono de preocupación, el contrario asintió con lentitud.

—Gr-gracias por todo... —Volvió a abrazarlo bajo las sábanas, pero un incómodo sentimiento hizo que se separara con un poco de asco.

—Voy a buscarte otro pantalón de pijama, será mejor que duermas sin camisa, amanecerá dentro de poco.

Se levantó para traerle la ropa a su amigo, este se encontraba de alguna forma asqueroso, se la había pasado el día sudando y aquel ataque no había sido de ayuda, ¡Que clase de frase es esta, claro que no ayudaba, fue terrible!

—Levántate... —Murphy lo ayudó a retirar las prendas sucias y a ponerse las nuevas, los pies y manos de Evan estaban dormidas proporcionándole una sensación incómoda al momento de quitarse la ropa; Connor era de gran ayuda— ¿Mejor? —Hansen asintió— Que bueno... —Volvió a acostarte y se giró hacia su visita— ¿Puedes dormir?

—Tengo nauseas... —Fue lo único que dijo, murmurando hacia el de pelo largo.

—¿No quieres que te lleve a tu casa para descansar? Creo... que fue mala idea invitarte un día de clases, —Dijo él, muy apenado de su acto pasado tan impulsivo, no sabía como tratar a alguien, mucho menos ayudarle directamente; no sabía que hacer.

—Qui-quiero quedarme contigo...

Sus oídos no lo estaban engañando, claramente, Connor lo había escuchado.

—Evan...

Que escena tan inoportuna.

Ahora solo estaban ellos dos en el mundo, no estaban los padres de Connor, no estaba Heidi, no estaba Zoe, no estaba Alana, no estaba Jared...

Solo ellos y sus confusos sentimientos.

Ellos y sus sudorosos cuerpos.

Ellos y sus besos suaves, llenos de amor y apoyo.

Solo eran ellos y su amor mutuo.

—Gracias por ayudarme a escapar...

Una pequeña nota

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Una pequeña nota.
Las pastillas que posee Evan (perdón por no mencionar su nombre uwu) son Paroxetina, a diferencia de las que guarda Connor, la ya mencionada Alprazolam.
Para resumir, Paroxetina es un fármaco antidepresivo con efectos ansiolíticos.
El Alprazolam va mucho más dirigido a la ansiedad y los ataques de angustia (agorafobia).
Gracias por leer<3


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ʙᵉˢᵒˢ ᵈᵉ ⁱⁿᵛⁱᵉʳⁿᵒ // ᵗʳᵉᵉ ᵇʳᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora