El cuerpo grueso de Evan cayó contra la cerámica del suelo, pero a su suerte logró aminorar el impacto con las palmas sudadas de sus manos regordetas y coloradas. Su mirada ansiosa y temblorosa buscó sobre su hombro quien lo había hecho perder el equilibrio y caer, pero lo único que se cruzó en su mirada fueron las facciones pálidas y sudadas de Connor, su amigo desde hacían tres meses. Evan Hansen no recordaba cuando fue que Connor Murphy comenzó a gustarle, sabía que ya a los quince escribía detrás de la tapa de sus cuadernos, con una prolija caligrafía, su nombre y el de el drogadicto rodeados por un corazón, o intercambiando apellidos o rodeados de flores y brillos, ¿Hace cuantos años atrás? Tres, quizás más o seguramente menos, esos días en los que llegaba a su casa y le hablaba a su mamá como esta persona era tan linda y diferente a las demás, días en los que cuando iba a dormir tan solo podía imaginar a Connor tomando su mano y besándola. Sabía que Connor no era un príncipe y que nunca lo sería ni parecería uno, pero de forma inconsciente su yo más pequeño y hormonal lo hacía ver como tal; con los años fue madurando y vio como Connor también lo hacía y se alejaba de las personas, Evan le tuvo miedo o más bien, tuvo más miedo que nunca para hablarle, los momentos más cercanos que tenían era en el salón de clases y el árbol en el patio del instituto, sin palabras, sin contacto, nada. Ahora, los oídos de Evan se destaparon permitiéndole al ruido de las personas sucumbir en ellos sin problema, sus manos los taparon lo más pronto posible, cerrando los ojos y volver a los buenos viejos tiempos, se estaba agitando y había dos grandes posas de sudor debajo de sus brazos y entre sus piernas, se sentía asco. Sus ojos se abrieron al sentir que había alguien más ahí con él, en la oscuridad había otra persona y no una puerta cerrada como solía ser todas las veces anteriores, sus manos se elevaron y se deslizaron por algo frío y resbaladizo, retrocedió confundido, pero luego de unos segundos pudo escuchar otra respiración además de la suya.
-Evan... Evan, ¿Estás bien? -Jadeaba de forma entrecortada y parecía como si estuviera al borde de un llanto escandaloso, Hansen casi muere de felicidad al recordar quien lo había arrastrado a la oscuridad, que de hecho, no era una pesadilla. Sus ojos se llenaron de lágrimas y tapó su boca para que Connor no lo escuchase, aunque con la boca o no tapada él no alcanzaría a oírlo- ¿Evan?
-¡S-sí, estoy bien! -Sus palabras salieron descarriladas, conducidas por la ruptura de su voz y un tono más arriba de lo que solía ser, sus propias manos tocaron su cuerpo y lo apretaron en busca de una respuesta, si aquello era en realidad un sueño o no, debía saberlo para despertar y volver- ¿Tú estás bien? -Estaba perdiendo la cabeza, ¿Necesitaba algo o tenía algo en exceso? Sudaba de forma descontrolada y sus uñas se incrustaban poco a poco en su piel.
-¿Quieres irte? -Connor no escuchó la pregunta de Evan y tampoco podía verlo, por eso para asegurarse de que estuviese bien se acercó a él y lo rodeo con sus brazos fríos y cubiertos por su traje blanco que parecía brillar en la oscuridad. Se acercó a Evan para escuchar un suave "Sí" de su parte, lo tomó de una de sus manos y la beso.
Otra vez Evan se desconectó, las imágenes eran borrosas y distorsionadas, demasiado brillantes para sus ojos sensibles. Eso pudo haber una simple ilusión y él nunca lo sabría, pero le tranquilizaba la sensación que le había dado. Sin notarlo su respiración se había vuelto pesada y se había tornado más acelerada que antes. No se dio cuenta en qué momento estaban ya en el automóvil de Jared camino a la casa Murphy, osea, el lugar de Connor. Estaba sentado en el asiento de copiloto y miraba el camino, sin importarle demasiado si llegaba a marearse o no, miró de reojo a Connor, su rostro perlado y de un suave color amarillo por la iluminación de las calles, se veía, de alguna forma, bizarro a los ojos del rubio. Los minutos pasaron y parecía que jamás llegarían, Evan no podía mover ni un músculo, estaba agotado y su cuerpo simplemente no tenía el deseo de responderle en una situación como esa, sus ojos apenas se cerraban cuando la intensidad de las luces artificiales era demasiada, se sentía inútil, débil, y Connor... lo hacía sentir feliz por sobre toda esa miseria, intentó mirarlo todo el camino, aquello lo hizo tranquilizarse, aliviar su malestar y seguir consciente.
ESTÁS LEYENDO
ʙᵉˢᵒˢ ᵈᵉ ⁱⁿᵛⁱᵉʳⁿᵒ // ᵗʳᵉᵉ ᵇʳᵒˢ
FanfictionPortada: 6Moeki9 (gRACIAS Escribir cosa así en clase era peligroso, los maestros podrían quitarle el papel, o peor, leerlo. Pero un día algo desastroso ocurrió, algo que jamás hubiera querido que pasara. Una de sus cartas resbaló del pupitre y cayó...