ʙᵉˢᵒˢ ᵈᵉ ⁱⁿᵛⁱᵉʳⁿᵒ // ᵗʳᵉᵉ ᵇʳᵒˢ

26

No hubo mucho más aquella noche además del suave y ansiado tacto entre sus cuerpos, las manos frías de Connor recorrían su cuerpo de forma torpe, pero lo hacía y se sentía tan cálido que no podía creerlo. Lo había llevado a su habitación, a su cama y ahí se dedicó a seguir tocando y besando sobre su piel suave y sudorosa, dando paso a suspiros y gemidos leves de parte del rubio, llamando y buscando al mayor con sus manos, para unirse en otro beso, y otro y otro más, toda la noche besándose y demostrando todo lo que sentían el uno por el otro; ninguno de los dos quiso detenerse, incluso por las inseguridades de Connor o el llanto de Evan, siguieron, hasta volver a las miradas llenas de palabras amorosas, cosas que no necesitaban decirse con los labios; miradas fugaces que llegaron a más besos hasta que ambos cayeron dormidos, por tanto tacto, cansancio; esperando con ansias al día siguiente.

—Sí...

Evan fue el primero en despertar, a los pocos minutos el drogadicto hizo lo mismo, pero con una cara de culo increíble, igualmente le sonrió de vuelta al más pequeño al verlo sonreír a poco menos de unos centímetros de su propio rostro, esto le había parecido algo tierno a la vista, lo primero que vez en el día... a Evan.

—¿Sí qué? —Ladeó sus labios confuso, sonriéndole por tanto, tomando la mano del rubio por debajo de las sábanas tibias.

—Ayer no respondí tu pregunta... —Subió su mirada para ver como Connor se frotaba sus ojos, hinchados y rojos, con unas enormes ojeras debajo, aún parecía estar muy cansado; Evan suspiró ante esto, sonriendo, con timidez, de lado, volviendo a desviar su mirada— Sí, quiero ir contigo —Mordió su pequeña sonrisa, nervioso, como solía estar la mayoría del tiempo sin darse cuenta— Y-yo iba a preguntarte eso pero... e-estoy tan feliz de que tú lo hubieras hecho primero... —Los brazos de Evan rodearon el cuerpo pálido y delgado de Connor, quien tan solo respondió con una expresión sorprendida, pero tan pronto pudo corresponder ese dulce abrazo, lo hizo; ya había tenido la unión más celestial con Evan la noche pasada, pero sin importar si aquello era hacer el amor o no, los abrazos de Evan lo llenaban de placer, lo hacían sonreír en los peores momentos— Perdón por haberte dejado tanto tiempo...

El de cabello largo tomó las mejillas de Evan con sutileza, acariciandolas con sus dedos delgados y fríos, el rostro de Evan estaba caliente y rojo, podía sentir el contraste de inmediato. Miró por largos minutos los ojos de Evan, todavía con esa sonrisa tan peculiar en su rostro, dándole a entender que no se siguiera preocupando por ese tema, ya superado; los ojos de Evan desprendieron chispas con agradecimiento.

—¿Usarás un lindo vestido? —Connor apretó sus labios para aguantar una terrible risa que estaba aguantando desde hacia años, Evan tan solo retrocedió, escondiéndose debajo de las sábanas con vergüenza, Murphy ya no se podía ni imaginar que tan roja estaría su cara en ese momento.

—Mi madre ya pidió un traje prestado... no quiero que se sienta mal... —Su cara se hundió en la almohada. El Murphy ya no sentía ganas de reír, se había sentido muy avergonzado con ese comentario y no entendía el porqué; quizá era porque Evan le estaba diciendo, indirectamente, que el vestido no había sido lo que lo había hecho reaccionar así. Una hermosa imagen de Evan con un vestido de hermoso color mar se presentó en los pensamientos más íntimos de Connor, aquello lo había llevado a un lugar lejano, mucho más allá de lo que la marihuana lo había llevado nunca antes; explotó como una burbuja cuando Evan volvió a hablar— ¿Tú con qué irás?

El rostro de Connor ahora mostraba indiferencia, pero sus ojos (de alguna forma) le sonreían con cariño. Se puso su dedo índice sobre sus labios y sonrió con flojera, luego llevó aquel mismo dedo a los labios de Evan, quien lo miró confundido— Será una sorpresa... —Murmuró, como si alguien de verdad los estuviera escuchando— Traeré algo de comer, espera un poco.