Capítulo 14: La profecía.

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Por suerte Hermione había comprado cupcakes. Y al final del almuerzo, los utilizaron a modo de pastel. En el centro una velita chispeaba pequeñas estrellitas que se transformaban en el número dieciocho. Teddy, que estaba en brazos de Ron, se agitaba lleno de emoción ante las lucecitas que aparecían en centro de la mesa. Sus bracitos regordetes subían y abajaban como un pequeño patito que quiere aprender a volar. Todos lo miraban embobados y le festejaban la gracia. "¡Siii Teddy!" "¡Bravo!" "¡Aplausos Ted!". Esa tarde tomaron una foto. Pero era muy distinta a la que Draco vio en el futuro. Todos salían en ella. Sonreían, aplaudían y celebraban.

Luego del almuerzo le entregaron a Draco el regalo entre todos. Y le gustó mucho. Dijo que la camisa era muy de su estilo, y que la iba a usar mucho.

Pero las horas habian pasado. Y Harry tenía que llevar al bebé con su abuela. Ron y Hermione besaron sus cachetes y le prometieron ir a visitarlo. El bebé sacaba la lengua y se mostraba muy interesado en un hilo anaranjado que había encontrado en el sweater de Ron.

- Vamos Ted, debemos irnos. Despídete de Draco. – dijo Harry entregándoselo. Y el niño estiro los bracitos hacia el joven mago de cabello blanco.

- Lo se cariño. Yo también te extrañaré. – dijo Draco estrechándolo contra su pecho. – Vamos a convencer a la abuela que te deje venir nuevamente muy pronto ¿sí? – olisqueó por última vez su cabello. Y le dio un ruidoso beso en cada mejilla regordeta.

- ¿Quién hubiera dicho que te gustan los bebés? – soltó Ron una vez que Harry se fue. Los tres se habian quedado mirando la puerta con una sensación de soledad extrema. Esa criatura les llenaba el corazón de amor.

- Yo tampoco lo sabía. – dijo Draco con la mirada perdida. Pero enseguida se recuperó. - Aunque no sé si me agradan todos. Teddy es mi sobrino. Es Familia. –

Se había hecho de noche cuando Harry llego a Grimmauld Place. Se había quedado hasta que Ted se quedó dormido para que no llorara. Le había contado a Andrómeda como la pasaron en la fiesta, y le prometió que le haría una copia de la fotografía. Vio que en la cocina no había nadie. Todos estaban ya en sus habitaciones así que subió despacio para no hacer ruido con los escalones de madera viejos. Llego a la puerta de su habitación, pero lo pensó detenidamente hasta que se convenció de lo obvio. "¿Qué diablos? Tengo ganas de estar con él" y subió un piso más.

Draco tenía la puerta abierta. Estaba sentado sobre la cama con las piernas cruzadas, revisando su cofre.

- ¡Hey llegaste! Mira lo que encontré. – sonriendo Harry ingresó a la habitación, cerró la puerta, agito su varita dos veces apuntando hacia ella, y se sentó en la cama a su lado. Draco presionó una base en la parte inferior con un dedo, y algo hizo clic. Un cajón que abarcaba toda la base se abrió y tres varitas mágicas aparecieron. Sobre ellas había un pergamino. Draco lo retiró y Harry pudo observar mejor. No eran varitas comunes. Una era de vidrio y se podía ver que en su interior refulgía fuego en forma continua. La otra era de plata con pequeños agujeros en toda la superficie. Y la otra parecía de roca negra. Pero cuando Harry la tomó les pareció escuchar que contenía agua en su interior.

- ¡Wow que extrañas se ven! – dijo Harry.

- Escucha. – Draco tomó nuevamente el trozo de pergamino. – Las hizo Olivander... –

- ¿Quién más? – susurró Harry divertido. Y besó su cuello. Draco cerró los ojos y le recorrió un escalofrió muy agradable por todo el cuerpo.

- ¿Quieres saber o prefieres hacer otra cosa? –

- Mis disculpas. Léelo por favor. – Draco masculló gracias, y volvió sus ojos al pergamino. Harry sonrió levemente, y nuevamente llevo su nariz a la zona de la clavícula. Con ternura acaricio aquella parte. Entonces Draco guardó tranquilamente el pergamino, y se levantó para llevar el cofre a la mesa que había entre los sillones cerca de la chimenea. Estaba sumamente serio y esto preocupo a Harry. – Oye no te enojes. Solo estaba... - pero Draco volvió a la cama y lo tumbó para subirse sobre él, llevándole ambos brazos por arriba de la cabeza.

Sin tí, JAMÁS! [Drarry] Primera Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora