Draco miró el techo y pestañó varias veces. "¿Dónde me encuentro?" Pensó sintiéndose perdido. Giró la cabeza y vio un rostro. Se veía todo muy borroso. Y la cabeza le bombeaba fuertemente. Se sentía como si se hubiera emborrachado con litros y litros de whisky de fuego. Se levantó y escucho su voz.
- Hey no te levantes. Tienes que mantenerte recostado. – Pero Draco no le hizo caso. Negando con la cabeza se levantó con desesperación y se chocó contra otros asientos y caminó tambaleante por la sala. – Draco. ¿A dónde vas? -
- Debo... - hasta hablar le costaba. Lo bueno era que estaba de regreso en su época. Pero todo le daba vueltas haciendo que pisara mal y cayera al piso. Inmediatamente sintió como unos brazos lo envolvían en una sensación familiar. Cariño. Ternura. Draco no quería abrir los ojos quería estar así por siempre. Percibiendo el perfume de la piel de su cuello inundando sus fosas nasales.
- Draco. Dime que debes hacer, y lo haré por ti. – susurró Harry.
- Hay que destruir el libro. –
- Ya lo hice. – Draco por fin abrió los ojos, y se enderezó.
- ¿Lo hiciste? – Harry asintió. Y Draco volvió a respirar aliviado. Por lo menos algo no iba a causar problemas.
- Ven... vamos a la cocina. Te hare un té. – Draco tiritaba como si estuvieran en pleno invierno. Harry tomó la manta y lo envolvió en ella. – ¿Puedes caminar sin ayuda? – deseaba abrazarlo. Pero no quería que Draco se sintiera acosado ni incómodo. Este asintió, y ambos caminaron lentamente hasta la cocina. Una vez allí, Harry calentó el agua y puso una taza humeante de deliciosa infusión de fresa delante de su amigo. - Dime ¿qué paso? – preguntó sin rodeos una vez que se sentó a su lado.
Draco analizó la situación. "¿Qué hacer?" Si ocultaba todo, e intentaba cambiar el futuro por sí solo, quizás los implicados cometerían alguna imprudencia. Y todo volvía a salir mal. Y eso no podía permitírselo. La comunidad mágica no podía vivir de la forma que lo haría si Harry se convertía en ese ser despiadado.
Si hablaba, podría generar pánico en los demás, y hacer que este Harry, el que lo miraba con ternura y preocupación, estuviera en peligro.
Así que Draco decidió si contar lo que vivió en el fututo, ya que no podía hacer el cambio él solo. Los cuatro estaban implicados. Pero iba preparar el terreno. Lo iba a hacer con tiempo. De todas formas aún quedaban muchos meses de reclusión.
- Te contare todo pero con tiempo. – Harry asintió. La forma en que Draco había despertado había sido muy brusca. Y le parecía justo que se tomara su tiempo para pensar lo vivido. - Lo que puedo decirte es que el futuro no es como me lo imagine. –
- ¿Y cómo te imaginaste el futuro? -
- Harry Potter ¿Desde cuándo te interesa algo personal antes que salvar al mundo? – preguntó Draco divertido.
- Bueno... el malo ya no existe ¿verdad? – "Yo no diría eso" pensó Draco llevándose la taza a la boca. – Ya es hora de que piense en lo que yo deseo. Aunque sea solo por una vez. - Harry bajo la mirada a sus manos donde retorcía el pequeño sobre donde había estado el saquito de té. – Quizás no sea el momento adecuado pero... quería decirte que... -
- ¡DRACO! – chilló Hermione entrando a la cocina. y se abalanzó sobre el joven. Lo abrazó, le revisó los ojos, le tanteó los hombros, miro su antebrazo para ver como evolucionaban sus quemaduras.
- ¡Hermione déjalo respirar en paz! Además lo que revisas ahora, estaba en el mismo lugar cuando lo estuviste cuidándolo. – Se quejó Ron. Pero ella no le prestó atención.
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Sin tí, JAMÁS! [Drarry] Primera Parte.
Hayran KurguLuego del final de la segunda guerra de Hogwarts, todo cambió. Y ya no hay marcha atrás. Con un simple arrepentimiento, el epilogo que todos conocemos, nunca sucederá. ¿Pero por qué? Simplemente porque cuando llega el verdadero amor todo cambia. L...