Draco se levantó temprano. De hecho no había dormido más que tres horas. "Ya voy tener tiempo para dormir" pensó mientras se lavaba la cara y los dientes. De todas formas se sentía con energía y entusiasmo. Ahora era el momento de reacomodar su vida. Se acercó al escritorio tomó unas hojas de pergamino, mojó la pluma en tinta y... un momento.
- ¿Holly? – llamó casi en un susurro. La noche anterior no había esperado a la elfina. Directamente se había ido a la cama luego de terminar su refrigerio. La pequeña criatura apareció de inmediato en su habitación.
- Buen día amo Draco. – saludó con una reverencia.
- Buen día. ¿Has podido recuperar mi varita? – la elfina extendió sus manos palmas arriba y en ellas apareció una varita simple pero elegante de madera de espino. Él no atinó a tomarla solo miró aquel objeto mágico con tanto cariño, como si estuviera en una ensoñación que por fin se hacía realidad. La elfina se tuvo que acercar para que el mago se diera cuenta que se lo estaba entregando. – Gracias. – Dijo tomando la varita. – ¿Podrías traerme un poco de café? –
- Si amo. – contesto con emoción. Desde que le habían encargado servir al joven Malfoy, lo había adorado desde el primer momento. Siempre le iba a ser fiel hasta el último día en que viva. – ¡Ah! ¿Amo Draco?... el señor Potter me dijo que se cuidara y que le deseaba muy buena suerte. – Draco se quedó estupefacto "¿Potter dijo eso?" se quedó pensando mirando la nada con el ceño fruncido. Pero antes que pudiera preguntar algo la elfina giró y con una sonrisita por su inocente mentira, fue por el café. A ella le caía bien el señor Potter. Y le gustaría que su amo pudiera ver que aquel joven solo tenía buenas intenciones.
Eso había sido extraño pero ahora necesitaba enfocarse en otras cosas. Entonces intentó garabatear una lista de intereses. Con una caligrafía cursiva distinguida comenzó a escribir...
Pociones.
Transformaciones.
Encantamientos.
Objetos mágicos.
Def...
Cuando estaba por escribir el quinto ítem alguien llamó a la puerta.
- Pasa. – La figura esbelta y distinguida de su madre se asomó por el rellano. Draco le sonrió. – Hola mamá. -
- Hola cariño. – Ella cerró la puerta y se acercó. Tomó su rostro con ambas manos para ver su semblante y luego le acarició la coronilla. - ¿Cómo te sientes? – Narcissa sabía que nada había sido fácil. Pero su hijo estaba allí. Para ella también era un antes y un después.
- Estoy bien. ¿Tu? –
- Aliviada. – Y ambos rieron con un tono cansino en el sonido de sus voces.
- Tengo algo para ti. – Draco convocó la varita de su madre que descansaba en la mesita de luz y se la entregó con un "Gracias". Ella se llevó una grata sorpresa al ver que Draco recupero la suya.
- ¿Cómo la recuperaste? –
- Potter se cansó de jugar con ella y la devolvió. – Intentó que sonara divertido. Pero la mueca en sus labios donde las comisuras estaban ligeramente hacia abajo, reflejaban algo distinto.
- Charlemos. - Narcissa tomó la silla extra que se encontraba a un lado del escritorio y la acercó para sentarse junto a su hijo. - No pretendo que seas amigo de Harry Potter. Ni siquiera que le dirijas la palabra. ¿Pero no crees que ha hecho lo necesario como para darle una tregua? – Draco no dijo nada solo la miraba seriamente a los ojos. Asique ella continuó. – Él ha hecho algo que jamás voy a olvidar. – Draco emitió un sonido que aparentaba una risa siseante y giro la cabeza para apartar la vista y que su madre no viera que sus palabras lo ponían celoso.
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Sin tí, JAMÁS! [Drarry] Primera Parte.
Fiksi PenggemarLuego del final de la segunda guerra de Hogwarts, todo cambió. Y ya no hay marcha atrás. Con un simple arrepentimiento, el epilogo que todos conocemos, nunca sucederá. ¿Pero por qué? Simplemente porque cuando llega el verdadero amor todo cambia. L...