El Cadáver de la Novia [McEastman] (Adaptación/Inspiración)

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*Si alguien ha leído o visto la película
del Cadáver de la Novia, de Tim Burtom, que está basada en un cuento Ruso, comprenderá lo mucho que amo esta película. Aclaro esta es una adaptación, que también utilice como inspiración, no sé como decirlo, pero conservare algunos de los detalles*.

Les contare una historia de un hombre, que viajo a la Tierra de los Muertos y volvió para contarlo, como Jesús, pero más divertido, nuestra historia comienza en una fría y húmeda tarde, en el viejo Londres Victoriano.

Paul McCartney, practicaba con su guitarra, sentado en el alfil de su ventana, observando como las gotas de agua golpeaban y resbalaban por el cristal, su mano izquierda rasgueaba delicadamente las cuerdas, creando una simpática melodía.

Mientras que su mano derecha, se encargaba de cambiar con algo de precisión los acordes.

-Paul baja ya, se nos hará tarde-llamo Mary McCartney, su madre-¡James Paul McCartney!.

Mcca dejo su guitarra a un lado, sacudió alguna migaja o pelusa de su traje, pues su madre era muy estricta respecto a la limpieza.

Bajo por la escarlatina, pero sus pies se enredaron y termino bajando los últimos diez peldaños de bruces, su cara fue a dar a los pies de su madre.

-¡Demonios James!-sentencio la señora McCartney-¿Qué dirán los Eastman sobre ti?, Solo mírate, ¡Todo empolvado!.

-Podrían decir que soy un dedito empanizado de pescado.

El joven estallo en risas, por su ingenioso chiste, con una buena referencia a sus orígenes, sin embargo la mujer lo miro con mala cara y salió de la casa, dejando solo al muchacho de veinte años.

Mary McCartney, quería dejar de ser la esposa de un apestoso pescador, o al menos ser "La Esposa" del pescadero, y así aspirar a una mejor categoría dentro de la "Pomposa sociedad Inglesa".

Si se pregunta el ¿Porque?, aquí está la razón, ¿Qué ocurre cuando tus padres son vendedores de pescado, con grades ingresos económicos?, fácil, se te concede el honor de desposar a una buena y acomodada señorita de la sociedad Inglesa y así convertirte en la salvación de banca rota de sus padres.

Todos salen ganando, sus padres no pierden su estatus en la Aristocracia y tus padres y tu por ende, suben un peldaño en la Sociedad Inglesa.

Al menos eso pensaba Paul, mientras iba sentado en el carruaje de sus padres, su boda seria mañana, con la señorita Linda Eastman, el día de hoy era un simple ensayo de bodas.

-No quiero casarme con Paul-dijo la joven de cabellera rubia, mientras su dama de compañía ajustaba su corsé-¿Qué tal si no, nos gustamos?.

-Mi niña, usted sabe porque sus padres decidieron hacer esto.

-Lo se, pero no es algo exagerado.

-¿Exagerado?-interrumpió Louis Eastman-¿Escuchas lo que dices Linda?.

-Madre...

-En cinco minutos los McCartney llegaran-giro sobre sus talones-Aprieta bien ese corsé, aun la escucho respirar.

La mujer salió de la habitación, con paso seguro e incluso algo intimidante, mientras que Linda, sonrió con nostalgia a su reflejo en el espejo.

Cuando los McCartney llegaron a la Mansión de los Eastman, no fueron del todo bien recibidos.

-Señor y señora Eastman, es un placer-saludo déspota Mary-Que casa tan elegante, ¿Quién es su decorador?.

-El Padre McKenzie, está esperando-Loiuse Eastman se dirigió al salón principal-Por aquí, por favor.

Todos fueron detrás de ella, con excepción de Paul, quien se quedó intrigado, por un hermoso piano de color negro, sobre este había un pequeño jarrón con un ligero y algo marchito ramillete de lilas.

Paso sus delgados dedos por las teclas, cuando sintió confianza, se sento en el taburete del piano y comenzó a tocar.

Linda Eastman, se quedo mirando desde el pequeño balcón de las escaleras, Paul McCartney, se veía apuesto en aquel taburete, con un traje negro, su cabello combinaba con su ropa, perfectamente bien peinado.

Bajo las escaleras, tratando de ser cautelosa, se paró a un lado del Piano y McCartney, veía con detenimiento, como sus dedos apretaban cada tecla, como su solitaria y fría casa, se alegraba con aquella melodía.

Pero la canción, termino, cuando Paul, miro a Linda, sus llamativos ojos azules, le examinaron de pies a cabeza.

-¡Señorita Eastman!-se sobre salto Paul-Y-yo lo siento mucho.

Linda soltó una adorable risa.

-Puedes llamarme Linda, en visto de que mañana seremos esposos.

-Linda, es un bonito nombre.

-¡Pero que imprudencia!-interrumpió Louise-Miren que verse, ¡A solas!, el padre McKenzie está esperando.

Tomo a Linda, del brazo y la arrastró con ella al salón principal.

-Paul.

-Linda.

Asi que a McCartney no le quedo de otra, que ir detrás de su futura esposa y su futura suegra.

Cuando cruzo las enormes puerta al salón, principal no imaginaba que estaba cavando su propia tumba, literalmente...

Okey ahora que tengo su atención, esto serán dos partes.

The Beatlegirls One-Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora