Elora
Estancarse. Una palabra la cual solo utilizaba para negarla, siempre aconsejaba no estancarse con las cosas, seguir hacia delante, nunca caer repetidas veces con la misma piedra. Sonreír, superar y continuar. Antes pensaba así, ahora, ahora ya nada era lo mismo, mis pensamientos, mi vida, todo lo que me rodeaba no tenía nada de mi yo anterior, con miedo pero con ganas de comerse el mundo. Mi yo actual solo quería esconder la cabeza bajo el brazo y llorar hasta caer dormida.
Ahora solo veía y escuchaba cosas de Louis y One Direction por televisión o por conversaciones ajenas de la calle. Y la verdad es que ahora la mitad de población de todo el mundo me odiaba. La razón, en una entrevista Louis dijo que yo le había puesto los cuernos y que solo lo quería por fama y dinero, dejándome por los suelos y creándome mucho odio por parte de las directioners. No podía salir a la calle sin escuchar uno que otro “puta” “zorra” “ojala murieras”.
-¡Elora! –La voz de Mag resonó por todo el pequeño piso.
Asome mi cabeza por la puerta de mi habitación, no me movía de allí si no era para ir al baño, comer o ver la televisión. Mag se acercó hacia mí a grandes zancadas.
-¿Els lo has olvidado verdad?
-¿El que…? –Dije yo confundida, ni siquiera sabía que día éramos.
-Lo sabía… -Dijo ella negando con la cabeza haciendo que su flequillo se moviera hacia los lados. –Tienes que arreglarte ya, y sobretodo darte una buena ducha, pareces una vagabunda.
-Pero para que… -Dije yo sin querer despegarme de la camiseta azul que había estado llevando desde que Louis y yo rompimos.
-Por dos cosas, apestas y mi madre y Lilly vienen hoy a cenar.
-Pero…
-Nada de peros, hacia la ducha ya y ponte guapa, una falda, un vestido o algo bonito.
-Si sargento… -Dije yo haciendo una mueca.
-Venga Els.
Entre a la habitación y cogí ropa limpia y “bonita” como pedía Mag y una toalla, me fui hacia el baño cerrando la puerta al entrar. Empecé a llenar la bañera y prepararlo todo, me quite la ropa dejándola a un lado y metí un pie en el agua, notando su calor.
Me tumbe en la bañera respaldando la cabeza en la bañera y cerrando los ojos, que me pesaban más de lo normal. Mi respiración iba ralentizándose cada vez más y me sentí muy relajada, algo que no había logrado desde ya hacía tiempo. Metí mi cabeza completamente en el agua. La sensación de las gotas bajando por mi pelo y recorriéndome la cara me hacía sentir… ¿feliz?, si era una sensación reconfortante. Cogí el shampoo y empecé a enjabonarme el pelo, haciéndome un suave masaje mientras tarareaba una canción sin sentido.
Cuando al fin termine de quitarme la suciedad, y al estar finalmente relajada y con ganas de sonreír, me vestí con un jersey de color ceniza y una falda de tubo negra, junto con unas medias negras y unos botines rojos. Me hice un moño aun con el pelo mojado y me puse los pendientes.